SAP Murcia 30/2007, 21 de Marzo de 2007

PonenteABDON DIAZ SUAREZ
ECLIES:APMU:2007:830
Número de Recurso15/2007
Número de Resolución30/2007
Fecha de Resolución21 de Marzo de 2007
EmisorAudiencia Provincial - Murcia, Sección 2ª

AUD.PROVINCIAL SECCION N. 2

MURCIA

SENTENCIA: 00030/2007

AUDIENCIA PROVINCIAL

SECCION SEGUNDA

MURCIA

Rº 15/07

J.O. 210/05

Penal n. Dos Murcia.

S E N T E N C I A Nº 3 0/2007

ILMOS. SRES.:

D. Abdón Díaz Suárez

PRESIDENTE

Dña. María Jover Carrión

D. Fernando López del Amo González

MAGISTRADOS

En la ciudad de Murcia a Veintiuno de Marzo de dos mil siete.

Habiendo visto en grado de apelación la Sección Segunda de esta Audiencia Provincial el proceso Abreviado de la Ley Orgánica 7/88, que por el delito de Agresión sexual, se ha seguido en el Juzgado de lo Penal n. Dos de Murcia, con el nº 210/05, contra Pablo ; habiendo sido partes en esta alzada Dña. Patricia representada por la Procuradora Dña. Maestre Guillamón, actuando como Letrado el Sr. Pagan Rubio y el Ministerio Fiscal que actúan como apelados, así como el acusado, que lo hace como apelante, quien estuvo representado en primera instancia por el Procurador Sr. Arjona Ramírez y defendido por el Letrado Sr. Martínez Moya; siendo Ponente el Iltmo. Sr. Presidente D. Abdón Díaz Suárez, quien expresa la convicción del Tribunal.

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO

El Juzgado de lo Penal dictó en las referidas diligencias sentencia con fecha 27/Junio/05 sentando como hechos probados lo siguiente: "Que el día 11 de Julio de 2003, sobre las 14,45 horas, el acusado Pablo, con D.N.I. n. NUM000, nacido el 7 de septiembre de 1937 y sin antecedentes penales, llamó por teléfono al domicilio de Patricia, de 30 años de edad en aquella fecha, entre cuyas familias existía una amistad íntima desde hacía más de quince años, y le pidió por favor que le llevara a su casa, sita en PLAZA000, n. NUM001, NUM001, de Murcia, y distante de la Patricia unos cincuenta metros, una fotografía de un viaje que habían hecho junto la esposa de Pablo y la madre de Patricia, porque quería escanearla para llevársela a su esposa a Denia esa tarde. Patricia le dijo que si no podía venir por ella la hija de Pablo, María Virtudes, ya que ella estaba terminando de comer, contestándole Pablo que María Virtudes se estaba duchando para irse después a "hacerse la cera" y que, como eran tan pesadas, si iba María Virtudes se iban a poner a hablar e iban a tardar mucho, y él tenía prisa.

Sobre las 15,00 horas Patricia llegó a casa de Pablo, preguntando por María Virtudes y diciéndole Pablo que se había ido a la depilación, pasando ambos a una habitación para proceder a escanear la fotografía referida, cerrando previamente Pablo la puerta que comunicaba el pasillo. Una vez en dicha habitación Pablo se sentó en una silla junto al ordenador y ella en una mecedora, diciéndole Pablo que se acercara más a él, que estaba tan guapa que parecía una modelo, comenzando a hacerle preguntas íntimas, tales como si tenía novio y si tenía con el relaciones sexuales, negándose Patricia a contestar esta última pregunta. Con la intención de desviar de su propia persona el tema de conversación, Patricia le comentó que quien no tenía novio era María Virtudes, diciéndole Pablo que María Virtudes no tenía novio por que no tenía lo que ella tenía, su olor personal, al tiempo que, con ánimo lúbrico, comenzó a acariciarle el brazo y a darle "mordisquitos" en él, comentándole en ese momento que no podía mantener relaciones sexuales con su esposa porque padecía los trastornos de la menopausia, tocándole la pierna y el brazo.

Ante el cariz de los acontecimientos, Patricia intentó marcharse de la casa sin crear escándalo, pues Pablo le comentaba que no funcionaba bien el escáner y por eso tardaba mucho en escanear la foto, cogiendo Patricia su bolso en estado de nerviosismo, al contrario que Pablo, quien se mostraba tranquilo y sonriente, diciendo: "oye, Patricia, no habrás pensado que quiero algo contigo".

Patricia intentó salir hacia la calle pero encontró cerrada la puerta del distribuidor, por lo que, debido al nerviosismo que padecía, abrió varias puertas tratando de encontrar la salida a la calle, estando detrás de ella Pablo sonriendo y en actitud de mofa. Una vez logró salir de esa parte de la vivienda, se le cayó el bolso y se volcó su contenido en el suelo, recogiendo únicamente el teléfono móvil y dirigiéndose hacia la puerta de salida, abriéndola, si bien en ese instante Pablo la cerró de un golpe, quedando ambas caras a escasos centímetros. Patricia le dijo que iba a regresar María Virtudes y Pablo le contestó que no, que María Virtudes no iba a venir. A continuación la condujo hasta una esquina del salón, quedándose Patricia quieta y con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo. Estando en esa posición, prácticamente paralizada por la tensión que padecía y sin acertar a proferir otras frases que "por favor Pablo, por favor Pablo ", el acusado comenzó a besarla desde una oreja hasta la mitad de la boca, moviéndole la cara para que ella no la desviara hacia el lado contrario, y diciéndole: "pero qué es un beso". Al mismo tiempo Pablo le tocó los pechos y le pasó la mano por la pierna, todo ello por encima de la ropa, llegando a introducir su mano por la parte superior del pantalón y bajarla hacia la zona púbica por debajo de la ropa interior, sin llegar a tocar la zona genital. En ese momento, Patricia le dio un empujón, se separó de él, abrió la puerta y se marchó de la casa, yendo detrás de ella Pablo, quien le decía que era un secreto entre ella y él, que no se lo dijera a nadie, y al contestarle ella que no tenía padre, pero sí un novio y tres primos, él dijo que si se lo contaba a alguien "se iba a enterar, la iba a machacar".

Desde el domicilio de Pablo, Patricia se dirigió a casa de su tía, Teresa, sita en el mismo edificio que la de ella, sin que se encontrara en la misma, por lo que se dirigió a su propia casa y le contó lo sucedido a su madre, María Inés, quien la aconsejó que no denunciara porque era el marido de Amparo y el padre de María Virtudes y que seguro que se le había ido la cabeza....

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