El decrecimiento sobrevenido
Autor | José María Enríquez Sánchez/David Álvarez Antelo |
Páginas | 91-109 |
4. EL DECRECIMIENTO SOBREVENIDO
Pese a que nos estemos basando en recientes simulaciones a partir de los IAMs de
MEDEAS_W_v2, la idea de decrecimiento sobrevenido no es nueva. Esta la encon-
tramos como respuesta a una vieja disputa académica respecto a la reavivada idea del
estado estacionario de la economía hacia los años setenta del pasado siglo XX.
A dicho debate académico Nicholas Georgescu-Roegen –sirviéndose de los
principios de la Termodinámica como paradigma (en concreto el segundo de ellos,
el llamado“principio de aumento de entropía”)– contestó introduciendo la noción
“decrecimiento” precisamente para señalar la imposibilidad de poder llevar a cabo de
manera satisfactoria la consecución de un estado estacionario de la economía; ya que,
como ocurre en el ámbito de la Física, tampoco la Economía es ajena a esos principios119,
lo que a la larga imposibilita de facto la consecución de ese propósito de lograr un
estado estacionario de la economía idóneo para asegurar y mantener condiciones de
bienestar social.
En la constatación de esta inevitabilidad, por tanto, Georgescu-Roegen planteó la
idea de reemplazar la idea del estado estacionario de la economía por uno irremedia-
blemente decreciente120.
119 Vid., La ley de la entropía y el proceso económico, Madrid, Fundación Argentaria, 1995, pp. 47 et
seq.
120 Vid., Nicholas Georgescu-Roegen, La décroissance. Entropie-Écologie-Économie, Paris, Éditions
Sang de la terre, 1995, cap. II.8, pp. 87-91 e id. “Energy and Economic Myths”, in Southern Economic Journal,
Vol. 41, Nº 3 (Jan., 1975), p. 369. Ilustrativo a este respecto es el comentario añadido de que –citamos– «de
no ser por podríamos usar la
energía de un trozo de carbón una y otra vez», y lo mismo armó respecto de la disipación de la materia
a través de la fricción de los sólidos y los uidos sirviéndose de otros tantos ejemplos (vid., “La teoría
energética del valor económico: un sosma económico particular”, en El Trimestre Económico,vol. 50,
nº. 198(2), 1983, p. 836). En otros términos, como ocurre con la energía, también «la materia disponible
se degrada en forma continua e irremisible en materia no disponible» (id. “La teoría energética del valor
económico: un sosma económico particular”, en El Trimestre Económico,vol. 50, nº. 198(2), p. 840).
Estas explicaciones nos sirven además para extender la misma reexión respecto de las limitaciones físicas
para el reciclado (vid., Daniel Seabra & Armando Caldeira-Pires, “e thermodynamic rarity concept:
José María Enríquez Sánchez y David Álvarez Antelo
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Una muestra gráca sobre lo dicho bien podría ser la siguiente:
Gráca 30. Modelo mundial estabilizado (estado estacionario de la economía y reducción de los
recursos). Fuente: MIT Sloan School of Management (1970-1972).
A systematic review”, in Ecological Indicators, Volume 108 (January), 2020) e incluso de las aspiraciones
en la eciencia tecnológica relacionada con ello. Al respecto, escribió Georgescu-Roegen: «No solo son
nitos los recursos accesibles, sino que también la ley de la entropía ja un límite denido a la eciencia
que puede alcanzar el progreso tecnológico. La tecnología más avanzada no puede obtener de un pedazo
de carbón más trabajo útil que la energía libre contenida»; apostillando de seguido que «en verdad, ni
siquiera eso» (Nicholas Georgescu-Roegen, La ley de la entropía y el proceso económico, Madrid, Visor-
Fundación Argentaria, 1996, p. 297), puesto que –como dijeran Paul y Anne Ehrlich– «lo que se consume
cuando usamos energía no es la energía en sí misma, sino su disponibilidad» (“Disponibilidad, entropía
y leyes de la termodinámica”, en Herman E. Daly (editor), Economía, ecología y ética: ensayos hacia una
economía en estado estacionario, México, Fondo de Cultura Económica, 1989, p. 57). Argumentos que
–como ha aclarado Óscar Carpintero Redondo– ponen de maniesto el carácter limitado del progreso
tecnológico como pretendido remedio a la escasez de energía y materiales (vid., “Economía y ciencias de
la naturaleza: algunas consideraciones sobre el legado de Nicholas Georgescu-Roegen”, en ICE: Revista
de Economía, julio-agosto, 1999, nº 779, p. 132; v. et L a bioeconomía de Georgescu-Roegen, Barcelona,
Intervención Cultural, 2006, p. 153).
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