La criminalidad en el ámbito de las drogas
| Autor | Santiago B. Brage Cendán |
| Cargo del Autor | Prof. Derecho Penal y Criminología, Facultad de Derecho, Univ. Santiago de Compostela |
| Páginas | 131-160 |
PARTE CUARTA
La criminalidad en el ámbito
de las drogas
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1 INTRODUCCIÓN Y CONCEPTO
El consumo de drogas se remonta a los propios albores de la humani-
dad. De hecho, el consumo de tales sustancias ha estado presente en todas
las culturas y civilizaciones, donde siempre se han utilizado para modificar
el estado de ánimo o el nivel de consciencia. En estas primitivas etapas su
consumo se llevaba a cabo de forma socializada y se restringía a ciertas ce-
remonias y ritos, la mayor parte de ellos de carácter religioso, como pode-
mos todavía comprobar en las pocas tribus que hoy día continúan viviendo
aisladas en nuestro planeta (caso de algunas tribus amazónicas).
Centrándonos en nuestra civilización occidental, la primera droga
sobre la que se realizó un estudio minucioso, ya a principios del siglo XIX,
fue la morfina. Se trata de una droga semisintética derivada del opio y que
se utilizó de forma masiva durante la guerra civil americana (años 1861-
1865), ya que a los soldados que participaron en dicha contienda se les
dotaba entre su equipamiento de una jeringuilla y una dosis de morfina
para que la utilizaran en el caso de ser heridos, dado que la morfina es un
alcaloide con grandes propiedades analgésicas. Debido al gran número de
heridos que hubo en tal enfrentamiento, ya que se calcula que superaron
los 300.000, surgió entre muchos de ellos lo que entonces se denominó
como «enfermedad del ejército», que no era ni más ni menos que la adic-
ción a tal sustancia, es decir, la «morfinomanía».
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CUADERNOS DE CRIMINOLOGÍA | SANTIAGO B. BRAGE CENDÁN
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En la búsqueda de nuevos analgésicos el laboratorio Bayer en 1898,
pocos días después de lanzar a la venta la aspirina, fue el primero en co-
mercializar un nuevo fármaco bajo el nombre de «heroína». Se cree que
el nombre de heroína se deriva de la palabra «heroica». El fármaco fue co-
mercializado como un sedante para la tos y como sustituto de la morfina
pensando que era menos adictivo. Esto se vio facilitado por el hecho de
que se creía que la heroína producía relativamente menos euforia con des-
viaciones mínimas en el comportamiento y la inteligencia y, dado que sus
efectos eran más breves, podría remediar los problemas de adicción que
generaba la morfina, lo que pronto se desmintió.
Pero no sería hasta el pasado siglo XX, especialmente en la década de
los sesenta, cuando por vez primera la droga se utilizó como un símbolo
de lucha social, llegándose a identificar su consumo con los movimientos
contraculturales. De este modo, en los años sesenta y ligada a la cultura hi-
ppie se utilizan determinadas sustancias derivadas del cáñamo (cannabis),
en particular, la marihuana y el hachís.
Por su parte, en la década de los 70, con motivo fundamentalmente
de la guerra de Vietnam, se introduce en los EE.UU. por los propios solda-
dos americanos el uso de opiáceos, principalmente de heroína.
En la década de los 80, junto a las anteriores sustancias, se generaliza
el consumo de la cocaína, para convivir en las décadas siguientes y hasta la
actualidad con el uso de drogas de diseño como por ejemplo, entre otras,
el éxtasis.
Una vez puesta de manifiesto la evolución en el consumo de estas
sustancias, se hace preciso definir el concepto de «droga», teniendo en
cuenta que no resulta fácil tal tarea, entre otros motivos, porque dicho
término en otros idiomas es sinónimo de medicamento (caso del término
inglés drug). No obstante, las drogas se pueden definir como aquellas sus-
tancias psicoactivas que teniendo una actividad terapéutica, la mayor parte
de las veces son capaces de provocar una modificación de la conducta del
sujeto, generando una dependencia de tipo físico, psíquico o ambas a la
vez, y que provocan, en muchos casos, un grave deterioro psicorgánico y
en la conducta social.
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