Sobre el cierre de la revista El Jueves (o sobre caricaturas, sobre difamaciones e injurias, y también sobre la ignorancia de ciertos políticos)

AutorMariano Yzquierdo Tolsada
CargoCatedrático de Derecho civil

"La imagen y diálogos atribuidos a Sus Altezas provocan un grave menoscabo en el prestigio de la Corona". Acabo de leer el Auto del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional de 20 de julio de 2007 (más conocido estos días como "Auto del Juez Del Olmo") por el que se acuerda "el secuestro de la publicación correspondiente al ejemplar de la revista EL JUEVES, año XXX, n° 1573, del 18 al 24 de julio de 2007, así como del molde de dicha publicación". Y llevo un buen rato leyendo muchas de las declaraciones recaídas a raíz del fruto de la reflexión de algunos, la incontinencia verbal de otros y la ignorancia de muchos (una ignorancia que no admite redención si quien habla es toda una Vicepresidenta del Gobierno de España).

En relación con la viñeta, de un mal gusto y una chabacanería descomunales, no me corresponde a mí valorar la oportunidad o no de la medida cautelar del Auto del Juez Del Olmo en términos que no sean los estrictamente jurídicos. Pero sí quiero dedicar esta página a puntualizar algunas de las declaraciones de contenido jurídico que hemos tenido que soportar en las últimas semanas.

Muchos han creído que la medida consistente en el cierre de una publicación supone regresar a los negros tiempos de la censura previa. Una estupidez que ignora básicamente dos cosas: que la censura previa era una medida de carácter administrativo, y que como tal, fue desterrada expresamente por el artículo 20.2 de la Constitución. De lo que estamos hablando aquí es de una medida estrictamente judicial, que nada tiene que ver con la censura previa. El Auto del juez Del Olmo dice lo que dice porque así lo ordena el artículo 816 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal: "Inmediatamente que se dé principio a un sumario por delito cometido por medio de la imprenta, el grabado u otro medio mecánico de publicación, se procederá a secuestrar los ejemplares del impreso o de la estampa donde quiera que se hallaren. También se secuestrará el molde de ésta".

No puede confundirse la vieja y ya superada censura previa, que era un acto administrativo, con el secuestro judicial de una publicación

Hay quien ridiculiza al juez Del Olmo por el nulo efecto práctico de su medida. La verdad sea dicha, es como poner puertas al campo que se ordene el viernes el secuestro de una revista que ya estaba en los quioscos desde el miércoles, y ello no podía tener otro efecto que el que terminó teniendo: la edición en papel estaba prácticamente agotada desde antes...

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