Capitalismo de imágenes: estrategias ante la manipulación de los medios
| Autor | Fabian Andrey Zarta Rojas |
| Páginas | 844-861 |
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CAPÍTULO 4
CAPITALISMO DE IMÁGENES:
ESTRATEGIAS ANTE LA MANIPULACIÓN
DE LOS MEDIOS
FABIAN ANDREY ZARTA ROJAS
Corporación Universitaria Minto de Dios-UNIMUNUTO
1. ANALISIS INTRODUCTORIO
Los medios de comunicación masiva se enfrentan, desde principios del
siglo XXI, a diversos retos y dificultades que la sociedad les presenta.
Dentro de esa diversidad de cuestiones que se interponen en ellos para
cumplir su principal objetivo (informar de forma veraz) se encuentran:
la posverdad en los medios digitales, el capitalismo de imágenes y pla-
taformas, así como también la ausencia de un pensamiento crítico y una
conciencia política.
Las consideraciones que se deben realizar frente a cada una de ellas no
es poca; como se sabe, de forma atávica diversos teóricos de la comuni-
cación y pensadores han intentado, de modo incansable, comprender en
qué punto la comunicación tiende a volverse amorfa; en otras palabras,
¿dónde la comunicación pierde su objetivo? Desde ese polidirecciona-
miento surge una multiplicidad de oportunidades para conducir la vera-
cidad de los hechos ante, como lo expresa la RAE (201), esa “distorsión
deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el
fin de influir en la opinión pública y en las actitudes sociales”, que lla-
mamos posverdad. Este concepto no sólo es contundente, sino que tam-
bién deja abierta la oportunidad para resolver algo que se suele dejar de
lado: la manipulación de las creencias y las emociones.
Para entenderlo mejor, vale la pena recordar el concepto de axioma en
la “megamáquina capitalista” de Deleuze y Guattari (2004), que plantea
una actualización en el sistema capitalista que interviene actividades
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humanas para monetizarlas. Este pensamiento lo concretan Srnicek y
Giacometti (2018), al conseguir descifrar una doble actualización de la
maquina capitalista, a lo que ellos denominaron “capitalismo de plata-
formas” dentro del cual existe un “capitalismo de las emociones”. Estos
dos componentes del neoliberalismo son elemento aliados de los medios
de comunicación masiva que se pueden usar para lograr un bienestar
social o para manipular las masas de forma indiscriminada logrando una
infracción directa sobre la construcción ética que pretenden las empresas
asociadas al sector, como lo pensaría Cortina (201).
Siguiendo con la idea, los medios son generadores de opinión, pero sus
orientaciones discursivas no son inocuas, sino que son formaciones re-
toricas construidas para esperar una acción responsiva por parte de la
audiencia. Y es en ese punto donde las emociones logran que los medios
acumulen capital, mediante las emociones de los miles de espectadores
que tienen gracias a las plataformas digitales; esto es proporcionalmente
directo al número de vistas, visitas, likes y las veces que la publicación
ha sido compartida.
Si pensamos estas movilidades digitales desde las estadísticas de cada
red social (Meta 2910 millones de usuarios, YouTube: 2.52 millones
de usuarios, WhatsApp: 2.000 millones de usuarios, Instagram: 1.478
millones de usuarios, WeChat: 1.2 millones de usuarios, Tik Tok:
1.000 millones de usuarios), es fácil comprender que el modelo econó-
mico de los medios de comunicación está, por una parte, limitado por el
consumo de las redes sociales y, por otra, es el ambiente propicio para
mantener lo que algunos autores llaman el “cuarto poder”.
Pero la cuestión no se detiene en la manipulación de las emociones por
parte de los medios, sino que existen cuestiones que rebasan a estas com-
pañías productoras de discursos miméticos. Con la popularización de las
redes sociales (en donde millones de personas comparten públicamente
sus datos personales) las bases de datos que maneja la multinacional de-
trás de cada aplicación o red social es inimaginable; pero de nuevo, no
debemos perder de vista lo que Zuboff (2019) nos advierte sobre el ca-
pitalismo de vigilancia en donde la inteligencia artificial (que implica
un conflicto ético global que la humanidad hoy debe asumir) no es
inofensiva; todo lo contrario, con dicha cantidad de información estamos
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