Estado de bienestar y trabajos de cuidado

AutorJosé Joaquín Pérez-Beneyto Abad
CargoMagistrado, Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía
Páginas196-203
Revista Derecho Social y Empresa nº 3, Julio 2015
ISSN: 2341-135X págs.196-203
ESTADO DE BIENESTAR Y TRABAJOS DE CUIDADO
JOSÉ JOAQUÍN PÉREZ-BENEYTO ABAD
Magistrado, Sala de lo Social del
Tribunal Superior de Justicia de Andalucía
El denominado Estado de Bienestar hallaría su fundamento (paradójico) en la
constatación del f
fondo caótico de la existencia
, que nos une e iguala radicalmente a
todos. Sin embargo, lo sentido hoy es el vivir en un Estado de Malestar. El como hemos
llegado está vinculado a sus orígenes próximos.
Tras las dos grandes conflagraciones, Estados Unidos emergía como la mayor
potencia económica que jamás haya tenido el mundo. Concentra un poder mundial
sin precedentes, pero eso le entorpecía la posibilidad de continuar su propia expansión.
Dada la pobreza del resto del planeta, el comercio y sus inversiones exteriores
quedaban seriamente ralentizadas. Necesitaría de la recuperación económica
subordinada de los otros centros capitalistas. Su masiva intervención en la Europa
occidental y en Japón fue destinada a ello.
La nueva dinámica obligaba igualmente a una nueva relación del Estado con su
población, multiplicando los circuitos de consumo y consiguiendo una nueva
reproducción de la fuerza de trabajo («New Deal») hasta el extremo de la trasmutación
del Estado en una entidad cada vez más intervencionista en la economía, funcionando
a cuenta de un creciente sector social que desmercantilizaba condiciones de
reproducción de la fuerza de trabajo, las cuales quedaban convertidas en servicios
sociales. Igualmente se desmercantilizaba parcialmente la propia fuerza de trabajo a
través de sucesivos derechos socio económicos, los cuales terminarían siendo blindados
en un Estatuto del Trabajo, el cual reconocía la asimetría entre las partes que firman
un contrato laboral y por tanto, la necesidad de cierta protección de la más débil: el
trabajo.
De ahí que el f
fordismo
hegemónico estuviera incardinado en un nuevo modelo
de desarrollo intensivo necesitado de potenciar la demanda para conseguir la expansión
generalizada del consumo y con ello, la integración del salario en la acumulación. El
salario ligado a la productividad colectiva terminaría de hacer el resto en la vía de la
integración del Trabajo, erigiéndose en una poderosa herramienta para transformar
paulatinamente los antagonismos de clase en conflictos sociales.

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