Ayala, Francisco, El pensamiento vivo de Saavedra Fajardo. Ed. B. Rodríguez Arrocha
| Autor | Rafael Ramis Barceló |
| Cargo | Universitat de les Illes Balears - IEHM, España |
| Páginas | 852-853 |
852 Bibliografía
AHDE, tomo XCI, 2021
mos en Weimar, no como un momento histórico que por sus características no puede
volver a repetirse, sino como una línea roja que debemos tener como referencia para
que, utilizando la expresión del autor, los «fascismos futuros» que, a pesar del adjetivo,
ya están entre nosotros, no destrocen nuevamente la sociedad que tanto costó reconstruir
tras la II Guerra Mundial.
E R C
Universidad de Sevilla. España
AYALA, Francisco, El pensamiento vivo de Saavedra Fajardo, Ed. B. Rodríguez
Arrocha, Sevilla, Athenaica Ediciones, 2021, 274 pp. EAN 9788418239243.
Unir a dos grandes figuras del pensamiento hispano es siempre motivo de satisfac-
ción. Y cuando el resultado es de tal calidad estética y exquisita factura es ocasión de
público regocijo. Se trata de la primera edición crítica de El pensamiento vivo de Saave-
dra Fajardo, escrita por Francisco Ayala (1906-2009).
Relevante jurista, sociólogo, traductor y catedrático universitario, Ayala merece la
calificación de polígrafo, pues cultivó con destreza el ensayo, la novela y el relato
corto. Nacido en Granada, se formó en Madrid, en cuya Universidad fue catedrático de
derecho político desde 1935, materia que había enseñado desde 1927. Discípulo de
Hermann Heller, fue uno de los primeros y más destacados exégetas de la Constitución
de 1931, en obras como El Derecho social en la Constitución de la República Española,
Madrid, 1932. Concluida la Guerra Civil, partió hacia el exilio, pasando por París, La
Habana y terminando en Buenos Aires, donde se le concedió la residencia. En 1941,
comenzó a dirigir la Biblioteca Sociológica de la editorial Losada. En 1976 regresó a
España. Fue elegido miembro de la RAE y obtuvo diversas distinciones como el Premio
Miguel de Cervantes y el Premio Príncipe de Asturias.
La obra que nos ocupa fue publicada en su exilio de Buenos Aires en 1941. Se
encuadra en el marco de un conjunto de libros que estudiaban el «pensamiento vivo» de
diferentes colosos de la época moderna. Así como la editorial Losada publicó las obras
de Arnold Zweig, El pensamiento vivo de Spinoza, Buenos Aires, 1939, o de François
Mauriac, El pensamiento vivo de Pascal, Buenos Aires, 1940 (en traducción del propio
Ayala), al año siguiente le tocó el turno a Saavedra Fajardo.
La idea de «pensamiento vivo» significaba enfatizar, ante todo, su actualidad y la
intemporalidad de su palabra. Pese a la distancia en el transcurso de los siglos, estos
autores se hacían presentes en su dolorosa apreciación de las dificultades de un tiempo
trágico. No en vano, se pasaba a la sazón por la dolorosa prueba de las libertades, en la
larga contienda mundial que acabó en 1945. No debemos olvidar que Ayala venía de la
desolación de la Guerra Civil española y que contemplaba el oscuro panorama político
de aquellos años.
No es de extrañar que Ayala eligiese como contertulio a Diego de de Saavedra
Fajardo (1584-1648), hombre de Estado y testimonio ocular de algunos de los episodios
más sombríos de su época. Su extremado realismo, sin embargo, no daba lugar al con-
formismo o a una visión acomodaticia. Si su pesimismo antropológico situaba a Saave-
dra Fajardo en la línea de Hobbes, su visión cristiana le proporcionaba un telón de fondo
teñido de un cierto optimismo teleológico. Aunque no hubiera razón para la esperanza,
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