Así, no. Treinta argumentos para dialogar
| Autor | F. Javier De La Torre Díaz |
| Cargo del Autor | Doctor en Derecho y licenciado en Filosofía y Teología Moral |
| Páginas | 11-70 |
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ASÍ, NO.
TREINTA ARGUMENTOS PARA DIALOGAR
JAVIER DE LA TORRE DÍAZ
Director de la Revista Iberoamericana de Bioética. Presidente del
Comité de Ética de la Universidad P. Comillas. Profesor de Bioética.
Durante los últimos años he abordado la temática de la eu-
tanasia académicamente en unos cuantos libros y decenas de
artículos y conferencias. Ciertos artículos invitaban a pensar de
modo equilibrado e interrogativo, otros artículos de modo más
divulgativo e informativo presentaban las distintas situaciones
y opciones, y sólo en algunos pocos, de modo crítico, me he po-
sicionado ante algunas propuestas legislativas.
En estas páginas quiero abandonar la equidistancia y la
ponderación deliberativa, la mera descripción, para posicio-
narme públicamente contra esta ley, en este momento y de este
modo. No es lo políticamente correcto en estos tiempos donde
la corriente de opinión mayoritaria -mainstream-, rodillo para
algunos, toma otra dirección. No es cuestión de irse a los ex-
tremos, ni de alimentar la confrontación, algo que por carácter
no me siento inclinado, algo que por convicción es difícil que
me ocurra. Lo que sí quiero es manifestar dónde estoy y no
ser cómplice del cambio cultural profundo que supone esta
ley, de participar en un retroceso moral y cultural de enorme
calado social.
Seré claro en la exposición y no academicista para que
me entienda todo el mundo. Remitiré abajo a referencias más
académicas para los que quieran profundizar. Mi oposición a la
eutanasia se funda en treinta argumentos que paso a enunciar.
Javier de la Torre Díaz
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1. ALIVIAR Y PALIAR EL DOLOR
No hay un derecho a la eutanasia, sino una obligación so-
cial de atender el dolor y el sufrimiento extremos. Los que nos
oponemos a la eutanasia no queremos ver a nadie sufrir y lo
que deseamos y promovemos como obligación y deber social
es aliviar, paliar y eliminar todo sufrimiento y dolor.
Los que nos oponemos a la eutanasia, como tantos ciudada-
o con muy pocos dolores. Nadie quiere un dolor y sufrimiento
insoportables, un dolor que invade toda la vida y que hace ex-
tremadamente difícil poder disfrutar de lo bueno y placentero
de la vida. Menos aún, nadie quiere obligar a otros a vivir con
un dolor inasumible y sin sentido, a morir entre dolores. Nadie
-
ten implacablemente el dolor. No queremos, ni deseamos eso.
Algunos deforman y caricaturizan nuestras posiciones como si
deseáramos que algunas personas siguieran con “tormentos” y
1. Nuestro compromiso ha sido,
es y será siempre aliviar, eliminar, paliar, aminorar, curar el dolor.
Lo que existe es un derecho a no sufrir dolores, a que se nos ayude
a aliviarlos2. Las personas no quieren morir, sino no sufrir, dejar
de sufrir. Las personas no desean morir sino no sufrir o tener un
sufrimiento más que tolerable junto con otros placeres y bienes
que proporciona la vida. Ese es nuestro empeño. Y aunque es im-
posible desterrar del todo de la vida el dolor y el sufrimiento (más
sufre quien más ama pues le importa la vida del otro y sufre por el
otro, nos recuerda Martha Nussbaum)3, sí pensamos que siempre
es posible aliviar, aminorar, paliar el dolor y ofrecer, incluso en
1 Cf. Edmundo Bal, Ley de eutanasia: una garantía de libertad, El mundo,
24 de diciembre de 2020.
2 Cf. Comité de Bioética de España, Informe del 6 de octubre 2020, 18; Fe-
derico de Montalvo, ¿Cabe proclamar un derecho a morir o es una contradicción
en sí misma?, ABC, 18-12-2020.
3 “El que ama a otro se entristecerá por un número doble de sucesos y será
doblemente vulnerable a la fortuna”. Cfr. M. Nussbaum, La fragilidad del bien.
Visor, Madrid 1995, 450. O el
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las situaciones extremas, unas condiciones de bienestar mayores.
Y, sobre todo, pensamos que la mayor parte del sufrimiento al
medios de comunicación, sino que la mayoría del sufrimiento en
la falta de reconocimiento social, la falta de cariño, las tensiones
familiares, la precariedad económica, la depresión, el sinsentido,
el abandono, el maltrato tan ocultados y desatendidos. Ahí se
de la vida. Y, por supuesto, no por ello creemos que la vida sea
indigna por estar repleta de sufrimientos en estas circunstancias.
Detrás de la petición de eutanasia en muchas personas lo que
hay es un grito muy claro y comprensible: ¡No quiero sufrir! No
deseo ningún dolor inútil4. No se quiere la muerte, se quiere una
vida sin dolor y sufrimiento. Al doctor Gómez-Batiste, uno de los
pioneros de los cuidados paliativos en España, le preguntaron
una vez qué haría si se estuviera muriendo y sufriera un dolor
intolerable, y rápidamente contestó: «Cambiaría de médico».
La pericia de ciertos médicos en materia de control de dolor
Ciertos pacientes al cambiar de servicio o de manos expertas y
reajustando el tratamiento anestésico, dejan de pedir la eutanasia
-
jor tratamiento del dolor, alguna medicación de antidepresivos
y algunas sesiones terapéuticas cambian de actitud.
y bioeticista, Joan Viñas, que convive desde hace años con un
cáncer de riñón con metástasis, cirujano del hospital Arnau de
Vilanova de Lleida, exrector de la Universitat de Lleida, expre-
sidente de la Real Academia de Medicina de Catalunya y de la
Asociación de Profesionales Sanitarios. En una entrevista en el
periódico La Vanguardia
conocido verso del poeta: “No quiero que te vayas dolor, ultima forma de amar”.
Cfr. Pedro Salinas, La voz a ti debida, Alianza, Madrid 2012.
4 Cfr. J. C.Bermejo y R. Mª Belda, ¡No quiero sufrir! Sobre la eutanasia y
Sal terrae, Santander 2019.
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