Los productos agroalimentarios tradicionales: hábitos de compra y consumo de miel

AutorAna Belén del Río Lanza/M.ª José Sanzo Pérez/Rodolfo Vázquez Casielles
CargoUniversidad de Oviedo
Páginas96-122

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Introducción

Hoy en día, para cualquier productor agrario, sea cual sea la actividad y el tamaño de su negocio, resulta esencial satisfacer los deseos de los consumidores en cuanto a las cualidades de los productos y los puntos de venta donde se distribuyen los mismos. De cara a impulsar la comercialización de un producto y obtener la máxima rentabilidad, es necesario adoptar una orientación al consumidor de modo que se tenga presente todos los aspectos que influyen en la conducta de compra y en el consumo de ese producto: entre otros, las motivaciones por las que adquiere el producto, la frecuencia de compra y consumo, los momentos de consumo, quiénes consumen y quiénes realizan la compra, la cantidad comprada y los -establecimientos de venta preferidos. Sólo así se podrá desarrollar una oferta que proporcione valor al consumidor, le satisfaga plenamente y que prefiera frente a las demás ofertas de la competencia.

Los cambios demográficos, económicos, socioculturales y tecnológicos ocurridos en los últimos años han supuesto importantes transformaciones en los hábitos de compra y consumo de los españoles. En particular, ha variado sensiblemente, tanto de forma cuantitativa como cualitativa, su conducta ante los productos agroalimentarios tradicionales (alimentos elaborados a partir de materias primas tradicionales con un modo de producción y/o transformación artesanal), lo que ha originado excelentes oportunidades de mercado para los productores de este tipo de alimentos. Así, según las estadísticas acerca de las Denominaciones de Calidad reconocidas por la Comunidad Europea, la actividad agroalimentaria tradicional muestra E nuestro país una tendencia hacia el crecimiento. Prueba de ello es que ha aumentado progresivamente la producción, y también el número, de los productos amparados por una Denominación d Origen Protegida (DOP) o una Especialidad Tradicional Garantizada (ETG)1 (M.A.P.A., 1999).

El propósito principal de este trabajo es ahondar en el análisis de las pautas existentes en el mercado español en Page 97 cuanto a la compra y consumo d productos agroalimentarios tradicionales. Hasta la fecha, no se tiene constancia de ninguna investigación que aporte datos empíricos sobre estos te mas. Tales datos resultan de gran interés para lo, productores, que podrían así adaptar mejor si oferta a las necesidades y deseos de los consumidores, con lo que intensificarían su capacidad competitiva. De esta manera, la importancia eco nómica y social de esta parte del sector agroalimentario se podría incrementar, contribuyendo a h generación de un mayor volumen de negocio, nuevos empleos y empresas, el sostenimiento del medio rural y el desarrollo de una alimentación sana y de alta calidad.

Con esta finalidad, en el presente estudio se analizan los hábitos de compra y consumo de miel, diferenciando la miel con una composición tradicional de aquella que es obtenida mediante un proceso más industrial. La investigación realizada se ha estructurado para su exposición en cuatro apartados que se corresponden con los objetivos específicos planteados:

  1. Delimitar la actividad agroalimentaria tradicional examinando sus rasgos característicos, las tendencias de consumo que contribuyen a su desarrollo y las fortalezas y debilidades que presenta en relación al resto de productos agroalimentarios.

  2. Concretar los distintos componentes de un producto agroalimentario tradicional y los beneficios que proporcionan al consumidor.

  3. Disponer de una perspectiva general de la demanda de miel en España. Para ello, se tomará como referencia el Panel de Consumo Alimentario elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y se observarán las cantidades compradas, el gasto realizado y la distribución de las compras entre hogares y hostelería, así como según distintas características de los hogares (meses en los que se realiza la compra, zona geográfica, clase social, tamaño del hábitat, edad y actividad del ama de casa y presencia o no de niños).

  4. Estudiar las conductas de compra y consumo de miel del consumidor urbano, así como los atributos que asocian a una miel de excelente calidad, a fin de identificar posibles diferencias en el comportamiento en función del tipo de miel -tradicional o industrial- adquirida.

La actividad agroalimentaria tradicional

La globalización de los mercados y las innovaciones tecnológicas (en el campo de la producción, conservación, transporte y comercialización de alimentos) han hecho que en el sector agroalimentario exista, en general, un exceso de oferta casi continuo y una intensa rivalidad competitiva. Ante esta situación, los productores agrarios han de adecuar su oferta a las necesidades y a los gustos de los consumidores, lo cual implica normalmente desarrollar diversas tareas Page 98 que aporten un valor añadido al consumidor, por encima de la función básica que desempeña el producto. Por ello, es preciso entender la actividad agroalimentaria como un sistema que abarca el conjunto de actividades relacionadas con la producción, transformación, distribución y consumo de alimentos destinados a la población humana. Surge así el concepto de sistema agroalimentario, pudiendo distinguir dentro de él dos subsistemas: el subsistema tradicional y el subsistema industrial (Figura 1).

[ VEA LA FIGURA EN EL PDF ADJUNTO ]

Concretamente, centrándonos en el ámbito de estudio de este trabajo, el subsistema agroalimentario tradicional presenta las siguientes características específicas:

  1. Son productos elaborados a partir de materias primas tradicionales, siguiendo un modo de producción y/o transformación artesanal.

  2. Dichos productos se vinculan con determinadas zonas geográficas y costumbres populares, proporcionando al consumidor diversos beneficios, tales como la percepción de una alta calidad, la valoración de ciertas cualidades atribuibles al medio geográfico y el sentimiento de contribuir al sostenimiento de las tradiciones culturales y al desarrollo económico de la zona (Titos y Haro, 1990; Martín y Albisu, 1992; Sanz, 1995).

  3. En la actualidad, se trata de una actividad muy atomizada, con un amplio número de explotaciones de carácter familiar y de reducida dimensión económica y comercial. Así, existen deficiencias comerciales en cuanto al diseño del envase, las actuaciones de comunicación, el análisis del entorno y la estructura de los canales de distribución, en la que predomina la distribución directa entre el productor y el consumidor final dificultando por tanto la comer-Page 99cialización de los productos en mercados alejados de los centros de producción.

  4. El catering tiene un peso insignificante en comparación con el alcanzado para otros productos agroalimentarios (Ruiz Vega e Iglesias, 1996).

En este punto conviene examinar los distintos factores que condicionan las tendencias en el consumo de alimentos. De este modo, se podrán delimitar las características que debería reunir un producto agroalimentario con vistas a favorecer su comercialización. Esto permitirá, a su vez, identificar los principales puntos fuertes y débiles de los productos agroalimentarios tradicionales.

Las preferencias de los individuos en relación con la demanda de alimentos vienen determinadas por diversos factores de tipo demográfico, económico, sociocultural, tecnológico y legal. Actualmente, cabe resaltar entre otros el envejecimiento de la población, la disminución del tamaño del hogar, las migraciones del campo a la ciudad, la elevación del poder adquisitivo, los mayores niveles de formación e información, la incorporación de la mujer al mercado laboral, la modificación de los estilos de vida, el aumento de las comidas fuera del hogar, la creciente preocupación por la salud, el medio ambiente y la belleza, el gusto por lo natural, las innovaciones tecnológicas en producción, distribución y comercialización que han aumentado la oferta de productos y han permitido nuevos sistemas de venta, y las recomendaciones nutricionales ofrecidas por profesionales y los poderes públicos.

De acuerdo con los factores anteriores, se tiende en general a consumir productos transformados con alto valor añadido (por ejemplo, productos lácteos enriquecidos en calcio u otros componentes, alimentos congelados, platos preparados o conservas) y de calidad (sanos, naturales, frescos, nutritivos y sabrosos). Esta tendencia ha originado un aumento del consumo de alimentos con alto contenido nutritivo y bajo aporte de calorías. Asimismo, se ha incrementado la demanda de productos con buena relación calidad-precio, presentación atractiva e información, adecuada sobre el contenido, fáciles de preparar y consumir, adaptables a diversas situaciones de consumo y en formatos cómodos y apropiados para el tamaño del hogar. Por otro lado, el gusto del consumidor por la variedad y la diferenciación en las formas de consumo ha llevado a los individuos a probar nuevos alimentos, sustituyendo algunos por otros más novedosos y con un mayor prestigio social.

Tal y como se muestra en la Figura 2, de estas tendencias de consumo se deduce que el carácter natural y artesanal de un producto agroalimentario constituye una fortaleza esencial, en tanto que garantiza su autenticidad, una buena calidad y altas cualidades nutritivas. Otra fortaleza de los productos agroalimentarios tradicionales se...

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