Intereses académicos compartidos: hacia una comunidad Iberoamericana de inteligencia

AutorAndrés Gómez de la Torre Rotta
Páginas121-130

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La literatura especializada continúa siendo débil y deficitaria en el ámbito de la formación de cuadros de especialistas y profesionales en los centros académicos públicos y privados en materia de inteligencia en Iberoamérica. La influencia de autores norteamericanos clásicos como Sherman Kent y Washington Platt prosigue dominando el espectro de las lecturas elegidas para quienes se dedican a estudiar los temas en cuestión. Es desde luego una literatura precursora, interesante y sugerente, pero no es menos cierto que sePage 122trata de obras publicadas en los entornos de la Guerra Fría, el mundo bipolar y la contención al comunismo.

Las doctrinas de inteligencia en Latinoamérica han estado tradicionalmente influenciadas también por el fenómeno de la guerra irregular o contrainsurgente, destacándose con nitidez la fuerte influencia en las dependencias de inteligencia militar de la llamada doctrina y teorización francesa (Trinquier, Aussareses, Chateau-Jober, Biggeard, Massú, Lacheroy y Raoul Salán) así como de la Escuela de las Américas (School Of Ameritas, SOA) —hoy rebautizada como WHINSEC—, que caló hondamente en los perfiles académicos de la embrionaria inteligencia militar en esta parte del Continente. Los años ochenta constituyeron un avance significativo dentro de la evolución de la teoría de inteligencia en los Estados Unidos, con autores como Jeff Richelson, Roy Godson, Bruce Berkowitz, Greg Treverton, Allan Goodman, Russell Swenson, Jon A. Wiant, Mark Lowenthal, Richard K. Betts y otros.

Con mucho acierto, el Director del Centro Nacional de Inteligencia del reino de España, don Alberto Saiz Cortés, se refirió acerca de la necesidad de perfilar una cultura de inteligencia (Saiz Cortés, 2005: IX-XI). Cultura, por cierto, que se encuentra en un estado verdaderamente embrionario en el Perú y seguramente en otras comunidades académicas y científicas de las regiones Centro y Sudamericana.

A la carencia bibliográfica va también aparejada la ausencia de una cultura de inteligencia, otro déficit, particularmente de éste, nuestro lado del mundo. Lo curioso y verdaderamente atípico es que, pese a dicho déficit, existe muy recientemente una inicial, estimulante y a la vez solvente, pero aún reducida, comunidad de expertos civiles en Latinoamérica. Esta comunidad produce trabajos interesantes, que sin duda están naciendo en el área, con el valor agregado de que la misma comunidad evidencia su orientación intelectual en base al irrestricto apego y compromiso con la democracia, los derechos humanos y el referente de políticas públicas gubernamentales de inteligencia, al único servicio del Estado en función de la amenazas reales y potenciales a la seguridad nacional e internacional. A nuestro modesto en- tender, en México Fredo Arias King, Sergio Aguayo, Leonardo Curzio, Manuel Balcázar y Raúl Benites Manaus; en Costa Rica Paul Chaves; en Guatemala Manolo Vela, Miguel Ángel Reyes Illescas, Edgar Gutiérrez y Bernardo Arévalo de León; en Chile Carlos Maldonado y GuillermoPage 123Holzmann; en Argentina José Manuel Ugarte, Susana Lemozy y Alejandro Corbacho; en Brasil Alcides Costa Vaz, Marco Cepik y Priscila Antunes; Andrés Sáenz en Colombia.

En la línea de la dependencia intelectual de los Estados Unidos, una obra verdaderamente original y que sin duda constituye un punto de partida innegable en el continente americano acerca de los nuevos estudios y enfoques de inteligencia ha sido la publicación del libro Profesionalismo de Inteligencia en las Américas, publicado en Washington en dos ediciones consecutivas, una en el año 2003 y una segunda edición revisada en noviembre del año 2004. El propulsor personal del proyecto ha sido el profesor norteamericano Russell G. Swenson, geógrafo y profesor de lengua española, director de Investigación Institucional y profesor de la Maestría en Inteligencia Estratégica del Joint Military Intelligence College del Departamento de Defensa. Junto con la profesora argentina Susana Lemozy han producido sin duda una obra nunca vista antes en el hemisferio, precursora y espectacular. En el libro se encuentran ensayos de varios de los especialistas aludidos en el párrafo anterior. Tiene realista, auténtica y harta razón el prestigiado profesor inglés de inteligencia Michael Herman, quien prologa la obra de Swenson y Lemozy (eds., 2003) al expresar que «Raramente todavía en Europa se conoce algo sobre la inteligencia Latinoamericana, y la misma ignorancia existe en gran medida en los EE. UU.»

La excelencia y adecuado establecimiento de los centros de formación de inteligencia en Latinoamérica siguen siendo una tarea y un reto pendientes dentro de las políticas públicas de institucionalización de los servicios de inteligencia. Colombia dispone de una Academia Superior de Inteligencia, dependiente del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS. Chile perfiló un centro muy discreto de formación de inteligencia en el año 2001, siendo por entonces el organismo de inteligencia la Dirección de Seguridad Pública e Informaciones, DISPI, reemplazada actualmente por la Agencia Nacional de Inteligencia, ANI, que prosigue bajo la dirección del abogado Gustavo Villalobos. Argentina tiene una renombrada y quizás más antigua escuela de inteligencia. Brasil dispone también de una escuela de inteligencia.

No olvidemos que en...

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