Trabajos en talleres de carpintería.

Cargo del AutorTrabajos en talleres de carpintería.
ERGA - Formación Profesional 3
cuada, excepto las que estén pro-
tegidas por doble aislamiento o
alimentadas por un transformador
de separación de circuitos .
11 Evitar el contacto de sustancias
químicas con la piel (barnices, co-
las, …) utilizando mezcladores, pa-
letas, guantes protectores, etc.
12 Planificar el trabajo y prever
los imprevistos, evitando las prisas
y la prolongación excesiva de la jor-
nada laboral. En el caso de que se
necesite aumentar el tiempo de tra-
bajo, hay que compensarlo con des-
cansos adicionales.
13 Impedir y desaconsejar con-
ductas competitivas entre los traba-
jadores. Del mismo modo, hay que
marcar prioridades de tareas evitan-
do solapamientos e interferencias
entre los operarios.
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En esta ocasión, la sección de Notas Prácticas trata el tema de trabajos en talleres de carpintería. Se
incluyen los siguientes apartados: un conjunto de recomendaciones que constituyen el cuerpo teórico
del tema; un caso práctico; una serie de actividades didácticas que pueden desarrollarse a partir de dicho
caso y un apartado de legislación. Las propuestas didácticas son orientativas y tienen como finalidad el
que puedan ser utilizadas por el profesorado como herramientas de apoyo a la hora de abordar la ense-
ñanza en temas de prevención.
Notas
Prácticas
TRABAJOS EN TALLERES DE CARPINTERÍA
1Usar máquinas y herramientas
seguras que tengan el marcado CE.
Las máquinas peligrosas sólo las
utilizarán las personas designadas,
formadas para manejarlas y que es-
tén informadas de sus peligros.
2Utilizar las máquinas de acuerdo
con las instrucciones del fabricante
y sólo en aquellos trabajos para los
que han sido diseñadas.
3Prohibir los trabajos a menores
en sierras, prensas, tupís, o cual-
quier otra máquina peligrosa.
4Proteger la parte cortante de las
máquinas con resguardos que impi-
dan a los operarios el acceso direc-
to a las zonas peligrosas.
5Mantener las distancias adecua-
das entre las máquinas, de manera
que la actividad que se realiza pue-
da hacerse con comodidad y se evi-
ten situaciones inseguras (empujo-
nes al pasar, exceso de ruido, etc.).
6Señalizar en el suelo la zona que
puede ser invadida por partes que se
desplacen de las máquinas.
7Instalar sistemas de captación y
aspiración localizada en las máqui-
nas y herramientas de arranque de
virutas. También se instalarán siste-
mas de extracción localizada en los
lugares donde se origine polvo (zona
de lijado), vapores (zona de barni-
zado), humos, nieblas y partículas
en suspensión.
8Tener una buena ventilación na-
tural en los locales y, si no fuera
posible, o fuese insuficiente la ex-
tracción localizada, se deberán uti-
lizar los equipos respiratorios de
protección individual para evitar
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Descripción:
los riesgos que producen las sus-
tancias tóxicas para la salud (pin-
turas, barnices, catalizadores, disol-
ventes o pegamentos).
9Eliminar la suciedad, papeles,
polvo, virutas, grasas, desperdicios
y obstáculos con los que se pueda
tropezar o resbalar y retirar los ob-
jetos innecesarios, envases o herra-
mientas que no se estén utilizando.
Mantener ordenadas las herramien-
tas en paneles o cajas.
10 Examinar periódicamente las
instalaciones eléctricas y no utili-
zar maquinaria o herramientas
eléctricas que hayan sufrido un
fuerte golpe o estén afectadas por
la humedad, hasta que las revise un
especialista. Todas las máquinas
deben disponer de puesta a tierra,
en combinación con interruptores
diferenciales de sensibilidad ade-
CASO PRÁCTICO
O PRÁCT
Elisa tiene 16 años y este verano terminó sus estu-
dios de secundaria. Desde entonces, trabaja en un
pequeño taller de carpintería que su padre tiene en el pueblo. Le entusias-
ma esta actividad y su intención es continuar el negocio familiar. El próxi-
mo curso, siguiendo los pasos de su primo Alberto, ingresará en un centro
de Formación Profesional para perfeccionar sus conocimientos sobre car-
pintería y ebanistería.
Alberto terminó sus estudios hace tres meses y, en la actualidad, tam-
bién estaba trabajando en el taller. Elisa no cabía en sí de contenta cuando
supo la noticia; los dos crecieron juntos y la carpintería había sido para
ellos el perfecto lugar de juegos de su infancia: dibujar con el serrín, cons-
truir juguetes, pintar, etc.
Sin embargo, contrariamente a lo que ella
había imaginado, desde que Alberto entró en
el taller no hacía más que discutir y estar de
mal humor. Todo empezó a los quince días
de su llegada, como consecuencia de unos
comentarios que le hizo a Felipe, el padre de
Elisa. Le dijo que deberían plantearse cam-
biar un poco las instalaciones y las máqui-
nas para trabajar con mayor comodidad y de
forma más segura. Le insistió mucho en la
sierra de cinta que, tal como estaba situada
en medio del taller y, además, sin ninguna
protección, representaba un peligro para to-
dos. Felipe, lejos de escucharle, le quitó im-
portancia al asunto y le contestó que si du-
rante veinte años las cosas habían estado así,
ahora no tenían por qué cambiarlas y, entre
risas, añadió que, además, un buen profesio-
nal de la “madera” se mide por los dedos que le faltan de su mano. Alberto
se sintió muy desairado por aquella respuesta y, a partir de entonces, cada
día volvía al “ataque” sobre distintas cosas: que si el suelo estaba lleno de
polvo, que si nunca ventilaban el local, que si las herramientas nunca esta-
ban en su sitio, etc.
Elisa también se lo tomaba a broma y le “chinchaba” como cuando eran
pequeños, diciéndole que había vuelto muy “sabiondo” de la escuela y que
no había para tanto: para ella la carpintería era un poco “cutrecilla”, pero
entrañable.
Sin embargo, en una ocasión se molestó mucho porque Alberto la obligó
a dejar de trabajar con la sierra de cinta diciendo no se qué de la edad y de
que no estaba preparada para ello. Y ese mis-
mo día sucedió el accidente. Felipe les retó
a los dos: se trataba de saber quién era ca-
paz de barnizar, de forma pulida, el mayor
número de cajones durante la mañana. A
Elisa le encantó el juego y, aunque Alberto
no prestó mucha atención, ella se puso rá-
pidamente en marcha. En una de las carre-
ras que hizo para ir en busca de un cajón,
Elisa resbaló a causa del serrín que había
en el suelo y cayó sobre la sierra de cinta.
Su brazo izquierdo impactó de lleno contra
la hoja afilada de la máquina y se produjo
un gran corte.
Han pasado unos días y Elisa, tras ser aten-
dida en el hospital, ya se está reponiendo de
sus heridas. Felipe, con aire apesadumbra-
do, está hablando con Alberto en el taller so-
bre cómo mejorar la seguridad en el trabajo.
E. Mitjans
A continuación describimos un conjunto de normas básicas de seguridad, aplicables tanto en pequeños talleres de carpintería como en industrias de
segunda transformación de la madera, que pueden servir de ayuda para prevenir los accidentes que se producen en este sector (cortes, amputaciones,
intoxicaciones, problemas en la piel, etc.). Es importante recordar que la mayoría de estos accidentes son ocasionados por las máquinas de trabajo que
se utilizan en los talleres: tupís, cepilladoras, sierras, prensas, etc. Estas máquinas están consideradas muy peligrosas (elementos cortantes de fácil
acceso, ruido, velocidad de movimiento…), por lo que, en todo momento, hay que tener en cuenta la legislación especial de seguridad a la que están
sometidas (ver Erga-FP nº 9 sobre “Seguridad en máquinas”). Otros riesgos que se producen en los talleres de carpintería provienen del tipo de empresa
que predomina en el sector. Acostumbran a ser pequeñas industrias, de origen familiar, que aglutinan, en un mismo local de dimensiones reducidas, las
secciones de almacenamiento (maderas, fibras, etc.), mecanizado (máquinas) y acabados (barnices, colas, etc.), favoreciendo en gran manera la posibilidad
de que se originen incendios o enfermedades causadas por los contaminantes químicos.
MEDIDAS PREVENTI
V
MEDIDAS PREVENTI
V
MEDIDAS PREVENTIVAS
S PREVE

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