El voluntariado en el contexto europeo

AutorJosé Ignacio Ruiz Olabuénaga
CargoUniversidad de Deusto
Páginas37-48

El voluntariado en el contexto europeo JOSÉ IGNACIO RUIZ OLABUÉNAGA * U no de los mitos y creencias más po- pularizados relativos a la sociedad española es la de su escasa propen- sión colectiva al asociacionismo, y por ende al voluntarismo... Si hubiese que creer a todos cuantos han escrito y opinado sobre el pueblo español, ya desde que Ganivet escribiera «sólo nosotros conservamos inalterables el amor al individualismo y el odio a la organi- zación que son el fundamento de nuestras mayores glorias» 1 , una de las características más destacadas y específicas de éste sería la del individualismo, o sea, la antítesis absolu- ta del voluntariado asociado. Y, si fuera cierta la tesis de Alexis de Toc- queville de que el desarrollo asociativo volun- tario de un pueblo da la medida más exacta, no sólo de su nivel de democracia sino de ima- ginación, de juventud, de solidaridad y liber- tad 2 , la sociedad española sería, por eso mismo, una de las sociedades menos demo- cráticas a la par que una de las más tristes, menos solidarias y menos libres. El asociacionismo y, dentro de él, el volun- tariado español gozan entre nosotros de una doble imagen social, por un lado, el volunta- riado como forma organizada de la vida civil y social es interpretado mayoritariamente como una virtud social promotora de solidari- dad, libertad y democracia y, por otro, es visto como el gran ausente de nuestra convivencia ciudadana. Ambas interpretaciones, sin embar- go, distan mucho de haber sido contrastadas exhaustivamente con investigaciones en profundidad que determinen si se corres- ponden adecuadamente a la realidad social o se trata simplemente de estereotipos su- perficiales. La tesis de la presencia social del volunta- riado es tan verosímil, en principio, como la de su ausencia, de forma que lo mismo que se afirma que el voluntariado es nuestro gran ausente puede sostenerse que éste, o la socia- bilidad (como prefieren denominarla los miembros del GEAS) 3 constituye un fenóme- no colectivo tan omnipresente como descono- cido socialmente. He aquí la primera cuestión que uno pue- de formularse ¿cuál es nuestro nivel de vo- luntariado? ¿Somos más o menos asociativos que, por ejemplo, los franceses, los italianos, los alemanes o los ingleses? Es esta una cues- tión cuya respuesta correcta se enfrenta a una ambigüedad básica, la de su indefinición conceptual. ¿De qué hablamos cuando nos re- ferimos al voluntariado o cuando afirmamos 37 * Universidad de Deusto. 1 MODESTO PÉREZ (1918): Angel Ganivet, poeta y pe- riodista. Sucesores de Hernani, Madrid, pág. 82, en José García Mercadal (recop.): Ideario de Ganivet. Madrid, 1932, Pág. 9. ANGEL GANIVET (1905): Granada la bella. Madrid, Vic- toriano Suárez, Pág. 56, en J. García Mercadal: op. cit., págs. 228-229. 2 KALTENBACH, P. (1995): Asociations lucratives sans but Denoel, Paris, pág. 24. 3 GRUPODE ESTUDIOS DE ASOCIACIONISMO Y SOCIABILIDAD. Cfr. ALÍA MENDÍA, F. y OTROS (1998): España en Sociedad, Edic. de la Universidad, Cuenca. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (o negamos) que somos menos asociativos que los demás europeos? No hay duda que, cuando hablamos de asociacionismo, nos referimos a la tendencia o al comportamiento por el que un número de personas se unen para el logro de un objetivo previamente fijado. El problema surge cuan- do se pretende diversificar los diversos tipos de objetivos buscados o las diversas formas de integración adoptadas para su logro. Como en tantas otras ocasiones, el problema de la carencia de una definición operativa com- partida de lo que se entiende por asociacionis- mo y, por referencia a él, la del voluntariado organizado, acaba provocando un confusio- nismo analítico que permite la extracción de conclusiones divergentes, incluso contradic- torias a un mismo problema. El voluntariado al que nos referiremos se encuadra en el com- portamiento «voluntario, asociado, no lucrati- vo con o sin acción social», frente a todos los demás que no serán tenidos en cuenta como referencia. Para comenzar, por consiguiente, es im- prescindible precisar las diferencias de conte- nido del término asociacionismo del que conlleva el término voluntariado. El asocia- cionismo, sociabilidad, es la propensión de las personas a agruparse en conjuntos estables para obtener cualquier tipo de meta u objeti- vo. La organización de una empresa comer- cial, la de un partido político, la de un club deportivo y mil otras semejantes son otros tantos ejemplos de asociacionismo y los suje- tos que las constituyen pueden, en conse- cuencia, ser considerados más o menos asociacionistas en función de su participación en ellas. El asociacionismo, como es obvio, se estructura en tres sectores básicos, el estatal, el lucrativo comercial y el no lucrativo. Gráfi- co 1 38 ESTUDIOS GRÁFICO 1 Voluntario Individual Asociado lucrativo no lucrativo lucrativo No Lucrativo CON Acción social SIN Acción social CON Acción social SIN Acción social CON Acción social SIN Acción social CON Acción social SIN Acción social Préstamo particular Venta vivienda Regalo Asistencia Hobby Cooperativa Empresa ONG Club Impuesto Multa Servicio Militar Escuela Básica CON Acción social SIN Acción social CON Acción social SIN Acción social CON Acción social SIN Acción social CON Acción social SIN Acción social lucrativo no lucrativo lucrativo no lucrativo Individual Asociado Forzado REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES Cuando, sin ulteriores matizaciones, se habla de asociacionismo, se da por supuesto que uno se refiere al tercero de los sectores, el no lucrativo. Pero no es ésta la única manera de abordar el fenómeno social del asociacio- nismo. Su tratamiento por parte de los espe- cialistas oscila entre dos polos extremos alejados teóricamente entre sí. Una interpre- tación del asociacionismo quiere reducirlo al fenómeno del asociacionismo no lucrativo con destino de servicio o asistencia social, esto es, el asociado con las ONGs y ONGDs, al paso que, en el otro extremo, por asociacionismo se entiende toda forma de cooperación organiza- da de manera estable e institucionalizada, in- cluidas las orientadas a la obtención de lucro. Representantes cualificados de esta últi- ma corriente son los investigadores del grupo GEAC. El planteamiento básico del grupo GEAC, en efecto, entiende por asociacionis- mo (ellos prefieren denominarlo «Sociabili- dad»), la propensión de los ciudadanos a asociarse de forma estable para obtener un objetivo concreto cualquiera que sea su natu- raleza o condición. En este contexto, las em- presas comerciales forman parte integral de la sociabilidad. El grupo GEAC constata de entrada el hecho de que los historiadores es- pañoles apenas se hayan interesado por una temática de tanta importancia para conocer la realidad social del país 4 . A ellos se debe, sin embargo, el primer intento de medición sistemática del nivel de asociacionismo en la España de fines del siglo XIX, a través del cual es posible conocer una serie de elemen- tos importantes de este fenómeno. Como dato relevante aportado por los in- vestigadores GEAC destaca el concerniente a la multiplicidad de términos para individua- lizar una asociación, lo que, a su vez, se con- vierte en una barrera importante para efectuar el cálculo estadístico del número to- tal de asociaciones. Reproducimos su tabla panorámica de «tipos» y número correspon- diente de asociaciones, sobre fechas consecu- tivas de fines del siglo XIX. Ya en la década de los setenta aparece en público el término específico del «Sector No Lucrativo», en el que se incluyen, sin apenas ninguna restricción terminológica, fundacio- nes, asociaciones, sindicatos, partidos políti- cos, cooperativas, etc., es decir, toda clase de entidades exteriores a la economía liberal-ca- pitalista y al sector público. Ello da lugar a que, a la hora de referirse a este Sector, se re- curra a una serie de términos solapables pero no identificables, en sentido estricto, con el mismo. Entre ellos los principales serían los 39 JOSÉ IGNACIO RUIZ OLABUÉNAGA 4 CANAL I MORELL, J. (1992): La sociabilidad en los es- tudios sobre la España contemporánea, en Historia Con- temporánea, núm. 7, págs. 183-205. TABLA 1. REPARTO POR TIPOS N EL TOTAL DE ESPAÑA --- Academias (bellas artes, científico) --- Alianzas --- Ateneos --- Cámaras. --- Casinos. --- Centros --- Círculos --- Clubes --- Colegios profesionales --- Fomentos --- Gabinetes --- Juventudes --- Liceos --- Ligas --- Peñas --- Recreos --- Sindicatos --- Sociedades agrarias/ganaderas --- Sociedades benéficas/socorros --- Sociedades cient. instruct. y recreo --- Sociedades cooperativas --- Sociedades corales --- Sociedades de crédito --- Sociedades de interés profesionales --- Sociedades de socorros mutuos --- Sociedades deportivas --- Sociedades económ. amigos del país --- Sociedades industrial / mercantiles --- Sociedades musicales --- Sociedades orfeones --- Tertulias 45 6 58 52 1.352 234 613 13 125 17 4 20 30 13 4 37 10 51 61 192 44 48 17 101 152 65 43 454 34 8 37 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES que se utilizan cuando se habla «de la socie- dad civil», de «la economía social», del vo- luntariado, de la cooperación al desarrollo o del Sector No Lucrativo. En el extremo de todos estos, en efecto, se sitúan los que utilizan el término Tercer Sector, pero se re- fieren exclusivamente a un tipo de organiza- ciones del mismo, el de las ONGs y ONGDs. Con frecuencia se confunden los términos y, en consecuencia, los datos relativos a su im- portancia y desarrollo. Voluntariado. El concepto de Voluntaria- do, por su parte, es un término ampliamente utilizado y se corresponde con el de organiza- ciones voluntarias sin más matizaciones. Este término se refiere a las entidades funda- das en la voluntariedad de la asociación (el deseo libre, no precisamente la filantropía). Es una concepción que admite la participa- ción voluntaria en asociaciones que admiten como legítimo objetivo el logro de lucro econó- mico lo mismo que en aquellas que lo descar- tan por principio. La definición del Sector No Lucrativo cada vez más se va identificando con la que exige cinco criterios fundamentales que determi- nan los rasgos básicos que debe poseer una institución cualquiera para poder ser enten- dida como parte constituyente de este Sector. Las cinco características son: estar organiza- da formalmente, ser privada, disfrutar de ca- pacidad de autocontrol institucional, no repartir beneficios entre los propietarios o administradores y tener un marcado grado de participación voluntaria. Son no pocos los casos en los que resulta difícil, si no imposible, determinar la inclu- sión o exclusión de una determinada organi- zación o de un grupo de organizaciones del cuerpo del Tercer Sector. Ello no impide que, con esta definición, se logre un consenso ge- neral aceptable para el trabajo de investiga- ción comparativa. Es claro que lo que nosotros entendemos por asociacionismo no lucrativo es harto más restringida que la delimitada en el ámbito de «la Sociedad Civil» o la «Economía Social» y, al mismo tiempo, más comprehensiva que la que lo identifica con el marco concreto de las «asociaciones y fundaciones» y más aún que la que lo reduce al mundo de las ONGs y, so- bre todo, a la del voluntariado. Por asociacionismo no lucrativo entende- mos, por consiguiente, un tipo de comporta- miento en el que intervienen el voluntariado, la participación civil, la responsabilidad de- mocrática, la solidaridad social y la iniciati- va grupal, comportamiento que da lugar a un fenómeno social de algún modo organizado, voluntario, autónomo e independiente del go- bierno y ajeno a la búsqueda primaria del lucro económico 5 . Es el voluntariado integrado en el Tercer Sector (cuyo croquis hemos presentado más arriba) del que queremos conocer su pre- sencia en el marco español y europeo. El voluntariado, entendido como un com- portamiento por el que un individuo (socio o no de una organización no lucrativa) toma parte, a favor de ésta, en actividades que, or- dinariamente, serían remuneradas por ella, constituye una figura social tan ambigua que necesita una definición operativa estricta antes de que pueda ser evaluada en términos cuanti- tativos, más aún si se pretende efectuar un cál- culo de su importancia equivalente en términos salariales o de yacimiento de empleo. Siguiendo la opinión de los directores de varias plataformas de voluntariado, hemos establecido dos definiciones operativas para nuestro cálculo. Estas son: Voluntario en sentido amplio. Es todo aquel que dedica una hora al mes, como mínimo, a una organización no lucrativa. Voluntario en sentido estricto. Es todo aquel que dedica más de 16 horas mensuales a una de estas organizaciones. 40 ESTUDIOS 5 CNVA (1993): Les Associations a l'epreuve de la Decentralisation, La Documentation Francaise, Paris, pág. 18. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES Por fuerza es necesario recurrir a las informaciones, más o menos consistentes, de los sondeos llevados a cabo en torno a una única fecha de referencia, la más pró- xima disponible al año 2.000. La conclusión principal que se deduce de todos estos son- deos (al margen de la dificultad de compa- ración exacta de los resultados por el uso de definiciones operativas no coincidentes to- talmente) es que el nivel de voluntariado, tal como es entendido por nosotros, no baja del 9,5 por ciento de la población mayor de 18 años, pero tampoco supera el 15 por ciento. Utilizando, en consecuencia, una estima- ción conservadora del 9,8 por ciento, puede calcularse que el número de voluntarios en sentido «lato», en España, en sentido amplio, se sitúa en torno a los dos millones novecien- tos mil, al paso que el de voluntarios en senti- do «estricto», con una dedicación mínima superior a las 4 horas semanales, sería de 1.026.482. Tabla 2. Respecto a la dedicación ofrecida por parte de los voluntarios en sentido «estricto», los re- sultados de un sondeo realizado recientemen- te en el País Vasco (coincidentes en grandes líneas con los de Cataluña y otras regiones) ofrecen la siguiente distribución desagregada por subsectores ICNPO que se refleja en la si- guiente tabla. Tabla 3. Los resultados del sondeo citado muestran también que la estructura de la dedicación voluntaria es más bien heterogénea, y que existen diferencias apreciables según el tipo de organización no lucrativa en la que pres- tan sus servicios, si bien, en este caso, nues- tra confianza en la información disponible es sensiblemente menor. Parecido cotejo puede efectuarse entre el peso relativo de las Organizaciones no lucra- tivas y el de los voluntarios adscritos a ellas. En cuatro sectores, en efecto, (Cultura-De- porte, Educación-Investigación, desarrollo- vivienda y Asoc. Profesionales) el porcentaje 41 TABLA 2. VOLUNTARIOS S.L. Y S.S. ICNPO Voluntarios s. l. Voluntarios s.s. 1. Cultura, deporte y ocio 717.767 224.660 2. Educación e investigación 547.867 126.557 3. Salud 137.044 74.963 4. Servicios sociales 496.793 295.095 5. Medio ambiente 166.237 82.620 6. Desarrollo com. y vivienda 174.031 55.864 7. Derechos civiles 319.041 109.112 8. Intermed. Filantrópicos 7.937 1.000 9. Actividades internacionales 298.121 39.352 10. Asociaciones Profesionales 66.381 17.259 11. MutualidadesdePrev.Social 0 0 TOTAL 2.931.219 1.026.482 JOSÉ IGNACIO RUIZ OLABUÉNAGA REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES de los voluntarios es sensiblemente inferior al del número de asociaciones, mientras que en otros cuatro (Salud, Servicios Sociales, Medio Ambiente y Derechos civiles) sucede lo contrario, que el número de organizaciones es porcentualmente menor que el de los volun- tarios. Tabla 4. El empleo. A través del estudio del em- pleo se pueden determinar dos aspectos rele- vantes del voluntariado, a) el número de individuos -socios o no- que dedican su tiem- po y actividad sin ninguna remuneración sa- larial y b) el volumen financiero que esto implica, tanto en el total de los gastos opera- tivos del Tercer Sector como en cada uno de los subsectores principales. El empleo gene- rado por el voluntariado puede concretarse en dos índices diferentes, a saber: a) El número total de personas volunta- rias. b) El número de empleos retribuidos en términos de jornada completa «equivalente». Expuesto ya el número de voluntarios afecta- dos, nos queda reseñar el correspondiente de empleos. Tabla 5. 42 ESTUDIOS TABLA 3. HORAS MENSUALES DE PRESTACIÓN VOLUNTARIAPOR SECTORES Sector Media horas/mes Servicios sociales Salud Medio ambiente Derechos civil y asesor legal Desarrollo común y vivienda Arte y cultura Deporte y ocio Religión Otras Asociaciones Profesionales Educación e investigación Actividades internacionales Intermediarios filantrópicos 28,3 26,1 23,7 16,3 15,3 15,1 14,7 13,0 12,6 12,4 11,0 6,3 6,0 Media Total 17,6 TABLA 4. ORGANIZACIONES Y VOLUNTARIOS ICNPO Organiozaciones Voluntarios 1. Cultura, deporte 58,2 21,9 2. Educación e investigación 13,8 12,3 3. Desarrollocom.yvivienda 10,8 5,4 4. Asociaciones Profesionales 4,2 1,7 5. Intermed. Filantrópicos 0,0 0,0 6. Actividadesinternacionales 0,2 3,8 7. MutualidadesdePrev.Social 0,2 0,0 8. Salud 1,1 7,3 9. Servicios sociales 3,1 28,7 10. Medioambiente 2,2 8,0 11. Derechos civiles 6,2 10,6 TOTAL 100,0 100,0 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES En términos sintéticos, llegamos a los si- guientes indicadores: ---Elempleo voluntario equivalente en el sector no lucrativo, que puede fijarse en 253.599 empleos a jornada completa. ---El empleo voluntario equivalente del sector no lucrativo asciende al 2,19 por ciento del empleo equivalente español . VOLUNTARIADO Y CONTEXTO INTERNACIONAL Estos índices del voluntariado español pueden interpretarse en un contexto más am- plio comparándolo con sus equivalentes in- ternacionales. A fin de poder comparar países con estructuras productivas muy diferentes entre sí, en esta comparación se utiliza como denominador de las ratios el empleo equiva- lente total no agrario de cada país. El sector no lucrativo tiene en España una importan- cia similar a la que ha alcanzado en otros países europeos, como Francia, Alemania, Finlandia y Austria, y se sitúa en torno a los valores medios obtenidos para el conjunto de los países contemplados en la segunda fase del estudio comparativo coordinado por la Universidad Johns Hopkins. De forma seme- jante, el voluntariado español se sitúa en los niveles medios de la Tabla comparativa inter- nacional. Tabla 6. PESO ECONÓMICO DEL VOLUNTARIADO La operatividad de una organización no lucrativa, como la de cualquier otra organiza- ción, descansa, en términos financieros, sobre tres elementos: los gastos de capital, los gas- tos de personal y los demás gastos corrientes dedicados a la adquisición de los medios nece- sarios para su funcionamiento. Al igual que 43 TABLA 5. EMPLEO VOLUNTARIO Y TOTAL Sector ICNPO Empleo vol. equiv. 1. Cultura, deporte y ocio 2. Educación e investigación 3. Salud 4. Servicios sociales 5. Medio ambiente 6. Desarrollo com. y vivienda 7. Derechos civiles 8. Intermed. Filantrópicos 9. Actividades internacionales 10. Asociaciones Profesionales 11. Mutualidades de Prev. Social 55.151 31.262 18.662 73.016 20.408 13.842 27.031 247 9.794 4.285 0 MEDIATOTAL 253.599 TABLA 6. EMPLEO EQUIVALENTE VOLUNTARIO EN 22 PAÍSES País Voluntario Holanda Francia USA Finlandia Reino Unido Australia Alemania Irlanda Bélgica España 5,1 4,7 4,1 3,3 4,4 2,9 3,1 2,7 2,5 2,3 Media de 22 países 2,2 Israel Austria República Checa Japón Argentina Perú Brasil Rumanía Hungría Eslovaquia México 1,8 1,2 2,1 1,1 0,6 0,5 0,2 1,4 0,3 0,4 0,3 JOSÉ IGNACIO RUIZ OLABUÉNAGA REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES ocurre en otros países de los que se dispone de abundante información, este sector se ca- racteriza, excepto en subsectores muy especí- ficos, por una abundante intensidad del factor trabajo frente a una muy reducida pre- sencia de capital. El costo total del Sector en su conjunto, puede estimarse en 4.095.236 millo- nes de pts; de los cuales habría que atribuir al voluntariado el equivalente de 879.988, que representando un montante equivalente a un 1,2% del PIB español, y distribuidos, por sub- sectores de la clasificación ICNPO dan lugar al siguiente reparto. Tabla 7. Ahora bien, la similitud básica de la contri- bución del voluntariado español al sector no lu- crativo que, como hemos mencionado se sitúa en un 2,3% de empleo equivalente del total es- pañol, merece dos acotaciones importantes. En primer lugar, es la contribución menor en términos porcentuales de los países euro- peos analizados (excepto Austria). Aunque se sitúa por encima de la media de los 22 países que han tomado parte en el cotejo internacio- nal, la contribución voluntaria de los españo- les dista con su 2,3% del índice holandés (5,1), francés (4,7) o norteamericano (4,1). En segundo lugar la desventaja del asociacionis- mo español respecto a países europeos como Francia, Alemania o Austria, siendo muy cor- ta, se agrava precisamente por la mayor dife- rencia contributiva del voluntariado en sentido estricto. Está suficientemente comprobado que el asociacionismo voluntario organizado guarda una relación muy estrecha con el nivel de de- sarrollo de los países, confirmando de este modo e inesperadamente la Tesis general de James Coleman sobre la tendencia al corpo- rativismo de la convivencia social, así como la caracterización efectuada hace ya más de un siglo por Ferdinand Tönnies al denominar Ges- sellschaft a las sociedades modernas y Ge- meinschaft a las tradicionales. Ella ha servido, al mismo tiempo, para dar pie a un cierto confu- sionismo entre Asociacionismo voluntario y «altruismo» o «responsabilidad social». Con excesiva frecuencia se ha hablado de una ola creciente de altruismo, de solidaridad y de co- rresponsabilidad de la juventud moderna (en general en toda Europa), cuando en realidad este aumento de la corporatización está más relacionado con la corporatización progresiva de las sociedades desarrolladas frente a la in- dividuación o familización de las sociedades tradicionales. No existe, o al menos, no ha sido suficien- temente documentada la relación entre mo- dernidad y solidaridad. Como dejó constatado el Informe Foessa, el nueve por ciento de las familias españolas sigue pautas tradicionales en su comportamientos solidarios con perso- nas necesitadas sin acudir a organismos o instituciones formales que podrían satisfacer sus necesidades de modo más técnico, profe- sional , incluso, económico. Ello coincide con la constatación estadísti- ca de que sea el grupo de naciones europeas el que aparezca más rico en número de orga- nizaciones, de socios y de voluntarios respec- 44 ESTUDIOS TABLA 7. ESTRUCTURADEL GASTO DEL SECTORATRIBUIDO AL VOLUNTARIADO (En millones de pesetas) Coste trabajo voluntario 1. Cultura, deporte y ocio 2. Educación e investigación 3. Salud 4. Servicios sociales 5. Medio ambiente 6. Desarrollo com. y vivienda 7. Derechos civiles 8. Intermed filantrópicos 9. Actividades internacionales 10. Asociaciones profesionales 11. Mutualidades de Prev. Social 191.375 108.478 64.411 253.364 70.817 48.033 93.798 857 33.986 14.869 0 TOTAL 879.988 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES to al conjunto del resto de países menos desa- rrollados. Una comprobación que rompe, por otro lado, el mito histórico que venía atribu- yendo desde los tiempos de Tocqueville, a Es- tados Unidos la primacía indiscutible del sector organizado no gubernamental. Paradójicamente, el ranking de asociacio- nismo en términos de empleo no coincide con el resultante del análisis del voluntariado. USA por ejemplo, asciende puestos a costa de Israel. Del mismo modo, de los tres países lí- deres en el asociacionismo (Bélgica, Holanda, Irlanda), dos de ellos pierden posiciones cuando se jerarquiza su contribución equiva- lente de voluntariado. Con esta última atri- bución, el ranking pasa a estar representado por Holanda, Francia, USA y el Reino Unido. Tabla 8. Una vez comprobada la diferente (aunque un tanto solapada) dinámica del asociacionis- mo y la solidaridad o la del corporatismo y la generosidad, resulta pertinente recordar que estas dos dimensiones (empleo remune- rado y voluntariado gratuito) no expresan toda la realidad social voluntaria. Aun limi- tándonos a la definición operativa en senti- do estrito del Tercer Sector (la que nosotros mismos hemos adoptado), el conocimiento de la aportación voluntaria sigue siendo muy limitado por cuanto se limita a) al volu- men de personas y a su b) valor económico co- rrespondiente, y es preciso distinguir una serie de colectivos cuya representación demo- gráfica en términos de unidades pertenecien- tes al mismo, de contribución económica, de presencia y de participación son todavía igno- rados. A los empleados y voluntarios de las orga- nizaciones formales, habría que sumar con entera justicia, no sólo los que operan aisla- damente 6 sino a todos aquellos que, junto a los anteriores forman parte de este inmenso ejército social. Destacan, en primer lugar los Donantes, esto es, las personas que contribuyen con do- nativos (financieros o de otra especie), y no con actividades personales, al desarrollo de una organización no lucrativa. Este conglo- merado adquiere en sociedades como la espa- ñola una importancia especial como se desprende del hecho de que el asociacionismo 45 6 Hemos recordado más arriba que el 9% de las fa- milias españolas ayuda a sus familiares en caso de nece- sidad sin recurrir a ningún tipo de organización formal. TABLA 8. RANKING DE EMPLEO EQUIVALENTE País Remunerado Voluntario Holanda 12,6 6,1 Irlanda 11,5 2,7 Bélgica 10,5 2,5 Israel 9,2 1,8 USA 7,8 4,1 Australia 7,2 3,1 Inglaterra 6,2 4,4 Francia 4,9 4,7 JOSÉ IGNACIO RUIZ OLABUÉNAGA REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES voluntario español sea sostenido económica- mente, sobre todo, por la contribución de los propios socios más bien que por la contribu- ción de la administración pública. En esta misma línea encaja la primacía que la socie- dad española ostenta en el llamado volunta- riado «espasmódico» que se expresa en las contribuciones puntuales orientadas al alivio de desgracias naturales acaecidas fuera de sus fronteras (Ruanda, Nicaragua...). Tampoco ha sido posible hasta ahora pre- cisar el número exacto de socios por la impre- cisión irremontable que acompaña a este concepto en aquellas organizaciones que, por su carácter expresivo más que instrumental, el ser socio no requiere una contribución es- pecifica a favor de otros. Confusionismo que destaca más cuando se le compara con el con- cepto de cuota limitado a determinar el volu- men de «fichajes» (registros) oficiales al margen de la intensidad y la frecuencia de participación en la organización voluntaria. El socio se halla a medio camino entre el do- nante y la cuota, pero por el momento ningu- no de estos índices ha podido ser fijado. Los donantes, son siempre personas vo- luntarias excepto cuando sus contribuciones son respuestas a preceptos imperativos se- mejantes al pago de contribuciones impues- tas por la ley. No hay persona que, alguna vez no haya sido donante, razón por cual conocer el número de donantes en una sociedad y en una fecha concreta carece de toda relevancia. No lo es tanto, sin embargo, el conocimiento del volumen que puede alcanzar el total de donativos de una sociedad concreta. Cálculo que, si se exceptúan aquellos casos concretos en los que por su relevancia, su estructura- ción formal y su publicidad, se convierten en excepcionales, es prácticamente inalcanza- ble. Es factible saber la contribución de un país con ocasión de una tragedia civil de otro (como puede ser la de un terremoto), pero es imposible calcular, ni siquiera aproximada- mente, el montante de los donativos de los es- pañoles, por ejemplo, en un año concreto. Las estadísticas son inexistentes en este campo y sólo a través de sondeos especiales es alcan- zable un cifra aproximativa. Más asequible, por el contrario es el cálcu- lo aproximado del número de cuotas pertene- cientes a organizaciones de voluntariado, aunque, por el momento, nos veamos obliga- dos a reconocer que carecemos todavía de ci- fras exactas para la sociedad española. Para su conocimiento deberíamos disponer no sólo del catálogo completo de organizaciones sino del número exacto de socios pertenecientes a cada una de ellas. En definitiva puede extraerse de los estu- dios efectuados hasta ahora un escueto pero importante conjunto de deducciones sobre la presencia social del voluntariado en Europa. a) Dentro de una dinámica general ex- pansiva del voluntariado, la heterogeneidad en la estructuración del sector es muy impor- tante y permite el diseño de modelos diferen- tes de evolución y funcionamiento. b) Uno de estos modelos es el europeo oc- cidental caracterizado por su volumen de de- sarrollo; al parecer es el más importante de todos ellos por su especial orientación al sec- tor de los servicios sociales (frente a otros más orientados a la cultura o la enseñanza). c) El sostenimiento económico y financie- ro tampoco es común a todos los modelos, dis- tinguiéndose el europeo por su dependencia del apoyo de la administración pública, al paso que otros, como el español o el de los paí- ses suramericanos destacan por su autofi- nanciación. Sobre todas estas diferencias, sin embar- go, el voluntariado revela una dinámica ex- pansiva que, lejos de remitir, sigue ganando presencia en todas las sociedades analizadas, sean estas desarrolladas o pertenezcan al bloque marcado por el subdesarrollo. 46 ESTUDIOS REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES Es precisamente el conocimiento de esta dinámica, así como el de su orientación en el futuro próximo, de los riesgos que implica y las garantías de funcionalidad positiva que ofrece, de sus amenazas y rivalidad frente a los logros sociales del Estado de bienestar, de la supuesta identificación con la responsabili- dad democrática que pregona, de la potencia- lidad pedagógica de liderazgo de la que presume y de otros muchos aspectos y dimen- siones que la constituyen, lo que continúa siendo incompleto, superficial y provisional. 47 JOSÉ IGNACIO RUIZ OLABUÉNAGA REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES RESUMEN: El voluntariado es uno de los movimientos sociales actuales de mayor envergadura, al mis- mo tiempo que uno de los mitos y creencias más popularizados relativos a la sociedad espa- ñola. Su contenido es ambiguo y confuso, su importancia social y económica no se conocen con precisión y su impacto político se desconoce casi por completo. Aun así, todas las inves- tigaciones efectuadas hasta el momento corroboran que su peso social, asi como la dinámica que lo impulsa, coinciden con el movimiento paralelo existente en el conjunto de los países desarrollados. El caso español coincide básicamente a) en la riqueza de sus manifestaciones, b) en el nú- mero de personas involucradas, c) en la capacidad de creación de empleo y d) en el proceso expansivo con el resto de Europa. Ni somos los individualistas insolidarios que afirma el mito del individualismo español, ni somos más solidarios que el resto. Dos puntos débiles se destacan en el tratamiento, tanto académico como administrativo de este trascendente fenómeno social. Por un lado, el recelo de la administración (histórica- mente alimentado desde los inicios del siglo XIX y que confunde progreso con control esta- tal) y, por otro, la desidia en el registro estadístico (que continúa olvidando la monitorización actualizada del peso económico, de la evolución demográfica, del impacto so- cial y de las consecuencias políticas que el voluntariado conlleva para el fortalecimiento de la sociedad civil). 48 ESTUDIOS REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES

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