El triunfo del profesor Manuel Morón Palomino en las oposiciones a la cátedra de derecho procesal de la laguna celebradas en 1960

AutorManuel Cachón Cadenas
Cargo del AutorCatedrático de Derecho Procesal Universidad Autónoma de Barcelona
Páginas29-44
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EL TRIUNFO DEL PROFESOR
MANUEL MORÓN PALOMINO
EN LAS OPOSICIONES A LA CÁTEDRA DE DERECHO
PROCESAL DE LA LAGUNA CELEBRADAS EN 1960
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Catedrático de Derecho Procesal
Universidad Autónoma de Barcelona
1. INTRODUCCIÓN
Voy a centrar mi intervención en un momento muy concreto de la trayectoria
académica del profesor Morón: las oposiciones a la cátedra de Derecho Procesal
de la Universidad de La Laguna celebradas en 1960, en las que resultó vencedor,
accediendo así a la condición de catedrático de la materia.
Por lo tanto, se trata de un momento de enorme trascendencia en el itinera-
rio académico del profesor Morón Palomino, y, en consecuencia, en la enseñanza
e investigación del Derecho Procesal en la Universidad de La Laguna.
El expediente de estas oposiciones se custodia en el Archivo General de la
Administración (caja 32/18522).
2. EL CONTEXTO ACADÉMICO DE LAS OPOSICIONES A LA CÁTEDRA
DE DERECHO PROCESAL DE LA LAGUNA CELEBRADAS EN 1960
Antes de exponer el desarrollo de las oposiciones a la cátedra de Derecho
Procesal celebradas en 1960, es conveniente hacer unos breves apuntes sobre el
contexto académico que rodeó a esas oposiciones.
* Agradezco a los profesores Tomás López-Fragoso y Alicia González Navarro la invitación para
participar en el congreso celebrado en octubre del año pasado en homenaje a la memoria del profesor
Manuel Morón Palomino, del que trae causa este Libro Homenaje.
Manuel Cachón Cadenas
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A lo largo del siglo XX, década tras década, se fue repitiendo un mismo pro-
blema: la cátedra de Derecho Procesal de La Laguna se iba cubriendo, pero rá-
pidamente quedaba vacante, lo que se reiteró muchas veces y durante distintos
periodos.
Esta situación se endereza y cambia precisamente gracias al profesor Morón
Palomino, cuando éste decide establecerse definitivamente en La Laguna.
Con anterioridad, el esquema típico de actuación era el siguiente: la cátedra
vacante salía a oposición, se adjudicaba al vencedor, que tomaba posesión, lo que
a veces hacía en la Universidad de Madrid, y con frecuencia no llegaba a dar cla-
ses en La Laguna, porque pedía la excedencia, y esperaba a reingresar por otra
Universidad, es decir, cuando hubiera una cátedra vacante en otra Universidad.
Esto fue lo que hizo, por ejemplo, el fundador de la moderna doctrina proce-
sal española, Francisco Beceña, que pidió la excedencia y reingresó después por
la Universidad de Valencia.
El Decreto de 14 de diciembre de 1923 intentó poner coto a este estado de
cosas, exigiendo que se prestaran efectivamente al menos dos años de docencia
en La Laguna para poder trasladarse a otra Universidad.
El Decreto tuvo consecuencias en el ámbito del Derecho Procesal. Al poco
de su promulgación Mauro Miguel Romero, padre de Carlos de Miguel, también
catedrático de Derecho Procesal, obtuvo la cátedra de La Laguna, y pidió la exce-
dencia sin llegar a dar clases, para seguir ejerciendo como abogado en Valladolid.
Pocos años después solicitó el reingreso por la Universidad de Salamanca, pero
le fue denegado, por no cumplir los dos años de permanencia en La Laguna.
Entabló un contencioso-administrativo, pero el proceso quedó sin objeto por-
que en mayo de 1931, tras la proclamación de la República, se derogó el Decreto
de 1923, de manera que dejó de exigirse el requisito de permanecer dos años
en La Laguna. De hecho, Mauro Miguel enseñaría en Salamanca y después en
Valladolid.
En las tres décadas que siguieron a la guerra civil, fueron pocas las oposicio-
nes a cátedras de Derecho Procesal que se convocaron. Diríamos que se fueron
convocando con cuentagotas, a pesar, incluso, de las vacantes producidas a causa
de la guerra civil.
Las universidades españolas no daban para más. Recordemos que había 12
universidades públicas, cada una de las cuales tenía una sola cátedra de Derecho
Procesal, excepto la Universidad de Madrid, que, desde mediados de los años 40,
contó con 2 cátedras. En total, 13 cátedras.
Por remontarnos sólo a los años 50 del siglo pasado, en 1950 fueron nom-
brados, por oposición, catedráticos de Derecho Procesal de las Universidades de
Zaragoza y La Laguna Vicente Herce Quemada y Carlos de Miguel Alonso, res-
pectivamente. Dos años antes Víctor Fairén había obtenido la cátedra de Derecho
Procesal de la Universidad de Santiago.

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