Supremacía de los Tribunales civiles en Inglaterra

AutorJuan E. Ramírez de la Torre
Páginas904-909

Supremacía de los Tribunales civiles en Inglaterra 1

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Dos son los principios fundamentales aplicados por los Tribunales ingleses para el mantenimiento de la Constitución: "igualdad ante la ley", que no admite excepciones en las responsabilidades del ciudadano ni en la jurisdicción de los Tribunales ordinarios, y "responsabilidad personal del que obra mal", que determina que ningún acto del subordinado puede ser justificado por las órdenes del superior.

El dogma según el cual si un hombre arresta a otro sin auto de prisión será responsable, aun cuando lo hiciere por mandato del Rey, data por lo menos del tiempo de Eduardo IV (1461-1483). El precepto legal de que un civil no puede ser juzgado y penado más que por los Tribunales ordinarios es tan antiguo como la la Carta Magna (1215) 2. Como ilustración de esta regla, puede citarse la Resolución del Parlamento en el caso del rebelde conde de Lancaster, durante el reinado de Eduardo III. En el año 1322, los condes de Lancaster y Hereford se levantaron contra la autoridad del Rey Eduardo II. Vencidos por las fuerzas reales en la batalla de Boroughbridge, en que Hereford perdió la vida, Lancaster fué ejecutado en virtud de sentencia dictada por un Court Mar-Page 905tial (Tribunal marcial) presidido por el Rey. Cuando, ocho años después, Eduardo III subió al trono, el Parlamento examinó el caso, a petición del hijo de Lancaster, y dictó una ley revocando la proscripción (attainder) del citado conde, fundándose para ello en que cuando se le juzgó y condenó estaban actuando los Tribunales civiles.

El precepto de la Carta Magna se afirmó en la Petición de Derechos (1628), que prohibió la aplicación de la ley marcial (martial law) dentro del reino, excepto en cuanto fuese necesario para el mantenimiento del orden y de la disciplina del ejército "en tiempo de guerra" 3, y en el preámbulo de la primera Mutiny Act (1689), que estableció el moderno sistema de Tribunales militares para juzgar y castigar las ofensas cometidas por los que estuvieren sujetos al fuero militar.

Mientras los Tribunales ordinarios están funcionando, ningún civil puede ser juzgado por un Court Martial. Este principio fué establecido con noble energía, como dice Dicey 4, por los Jueces irlandeses en el caso de Wolfe Tone (1798), que habiendo tomado parte en una invasión francesa de Irlanda fée hecho prisionero y condenado a muerte por un Tribunal militar de Dublín. En el mismo día señalado para la ejecución se pidió al Tribunal del Banco irlandés un writ o cédula de habeas corpus, alegando que, no siendo Tone militar, sólo podía ser juzgado por un Tribunal civil. Concedido por el Tribunal, el oficial encargado de la custodia del prisionero rehusó obedecer tal mandato, por no proceder de sus superiores militares. El Justicia Mayor irlandés ordenó al Sheriff incautarse de Wolfe Tone y del Provost Marshall (jefe de las fuerzas).

La existencia de un Código militar y de un sistema jurídico militar para su aplicación envuelve necesariamente cuestiones de suprema importancia constitucional.

La primera de...

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