Reseña del libro «Tortura. Hay una bomba a punto de estallar», de Bob Brecher
| Autor | Carlos García Valdés |
| Cargo | Catedrático emérito de Derecho Penal Universidad de Alcalá |
| Páginas | 729-730 |
Bibliografía 729
ADPCP, VOL. LXXVI, 2023
B, Bob: Tortura: Hay una bomba a punto de estallar. Altamarea.
Madrid, 2023, 215 pp.
Este es un libro intemporal por el tema tratado y, a la vez, actual por la
manera de abordarlo. Con prólogo del poeta chileno Raúl Zurita, su recono-
cido autor, Bob Brecher, profesor de la Universidad de Brighton, parte de
unos divulgados textos del conocido abogado y Catedrático de Derecho de
Harvard, Alan Dershowitz («Why Terrorism Works», 2002 et al.) que, en
determinados supuestos, viene a aceptar el tormento de prisioneros por deli-
tos de terrorismo, con determinadas limitaciones. Sin perjuicio de otras
muchas citas al respecto, que vienen a apoyar la tesis referida o rechazarla de
plano, así como la mención de casos reales conocidos, lo fundamental del
estudio es refutar lo siguiente: ¿cabe la tortura como método de obtener la
confesión de quien conoce la localización de una bomba terrorista capaz de
asesinar a cientos de personas?, ¿se debe admitir únicamente si en este caso
concreto la admite un juez? En estas vías circula toda la reflexión. La crítica
que Brecher realiza en el opúsculo es potente en ambos casos. En todo caso,
no debe olvidarse que se trata de un libro contra la tortura y que parte de una
reflexión acerca de una defensa restrictiva de la misma, que rotundamente no
se comparte por el autor.
No es el texto una recopilación de formas o métodos históricos o recien-
tes de tortura o su presencia en el panorama comparado, aunque hay muchos
países y situaciones que se mencionan. Entre ellos, los más conocidos: Abu
Ghraib o Guantánamo, hoy; y determinados lugares que se mencionan de
continentes africanos o sudamericanos a lo largo del siglo . Todo ello se
extiende en la importante obra, que es una meditación acerca del tormento en
los interrogatorios y detenciones, no una exposición global del mismo.
En cuatro breves capítulos Brecher viene a distinguir entre la tortura apli-
cada excepcionalmente a quien tiene información relevante acerca de la
explosión de un artefacto destructor o la empleada como castigo y represalia
a los delincuentes. De lo que se trata, y de la que hablan los distintos autores,
es de la primera modalidad, rechazándose la segunda. Pero los peligros apa-
recen poco a poco en el libro y así, la excepción se puede convertir en regla.
Por otro lado, la autorización judicial en los casos extremos que algunos
defienden, también puede extenderse progresivamente y desembocar en una
regla común en los delitos más graves, por ejemplo en los más adecuados
secuestros de persona.
Tampoco es baladí la necesidad de torturadores profesionales, como se
sugiere en la obra, que sepan advertir la verdad o de la mentira de lo confe-
sado bajo esa cruel y sistemática presión física o psíquica. Si en nuestro
pasado el verdugo se institucionalizó, sólo faltaba en el derecho actual aque-
lla dedicación.
Mas el mayor y más adecuado reproche que alcanzo a ver en la monogra-
fía es la ineficacia del mal trato que se recoge en la misma. No existe prueba
alguna de haberse impedido atentados fehacientemente, nos dice Bob Bre-
cher, excepto menciones no contratadas de estos supuestos. La rapidez de la
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