Reseña del libro Clara Campoamor, de viva voz. Entrevistas 1925-1936, de Juan Aguilera Sastre e Isabel Lizárraga Vizcarra
| Autor | Carlos García Valdés |
| Cargo | Catedrático Emérito de Derecho Penal Universidad de Alcalá |
| Páginas | 998-1000 |
ADPCP, VOL. LXXV, 2022
998 Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales
A S, Juan y L V, Isabel: Clara Campoamor,
de viva voz. Entrevistas 1925-1936. Renacimiento. Los cuatro vientos.
Sevilla, 2021, 398 páginas.
En el pasado número del Anuario, en esta misma Sección, recensioné el
libro del Prof. Ricardo Mata sobre Victoria Kent. Ahora, que acaba de apare-
cer, quiero acompañar aquellas líneas con la noticia del ensayo dedicado a
otra excepcional mujer, que fue antagonista de la citada en muchos aspectos
y también destacada figura de la II República: Clara Campoamor Rodríguez.
Abogada –licenciada por la Universidad de Madrid– y diputada como la ilus-
tre malagueña, la personalidad de ambas se me antoja muy diversa. Victoria
Kent fue un animal político con las alas cortadas cuando fue Directora Gene-
ral de Prisiones y relegada en el Congreso después. Campoamor mantuvo
una actitud equilibrada en su presencia en la política nacional del momento.
Digna en su comportamiento y defensora del papel de la mujer, su militancia
en el Partido Radical fue muy relativa pues su independencia se impuso. Lo
que las unió fue su evidente relevancia, el ser las únicas mujeres presentes en
las Cortes constituyentes, el haber desempeñado sendas Direcciones Genera-
les –la de Campoamor fue la de Beneficencia– su republicanismo a ultranza
(«¡República. República siempre!», p. 79) y su exilio y muerte lejos de
España.
La República tuvo pocas personalidades como ellas, dedicadas a su país,
más sectaria una que otra, es cierto, pero carentes de egoísmo y dedicadas de
verdad a la cosa pública. Los mismos dirigentes que la nombraron expulsan a
Victoria Kent del mando de las Prisiones al año y un mes escaso de su ejercer
su cargo y tampoco la generosidad partidista se vislumbró en la ilustre letrada
madrileña que, prácticamente, intervenía sola en la Cámara.
La originalidad del texto de Juan Aguilera e Isabel Lizárraga, reconoci-
dos especialistas en Campoamor, con obras previas acerca del personaje, es
presentar las 70 entrevistas seleccionadas de la protagonista a lo largo de casi
once años, la gran mayoría en castellano y unas pocas en otros idiomas, como
el francés –que hablaba perfectamente– y el catalán, traducidas de seguido
todas. Por ello el texto se titula «de viva voz» pues así la suya en la presente
obra «resuena en primera persona» (p. 8). Como puede observarse, la evolu-
ción experimentada por la prócer ha sido contenida y razonable. Los años
que transcurren entre la primera y la postrera sirven para captar su pensa-
miento coherente y específico. Pocas cosas cambian. Su fidelidad a la demo-
cracia, su denuncia cuando se la mancilla, el pacifismo, la defensa del voto
femenino o el rigor expositivo de cuanto nos confiesa. Todo ello figura desde
el inicial momento en las charlas compiladas en el texto por los autores y ello
es, sin duda, un subido mérito de la ilustre letrada.
Antes de adentrarse en la obra propiamente dicha, los autores trazan un
breve apunte biográfico de nuestra protagonista (pp. 12 ss.), semblanza que,
específicamente, primero referida a su infancia y luego a su edad adulta, pro-
fesiones desempeñadas y a los flamantes cargos ejercidos, se completa en las
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