Representaciones del fiscal en el cine y su correspondencia con el ordenamiento jurídico español
| Autor | Dr. D. Albert González Jiménez |
| Cargo del Autor | Doctor en Derecho y Licenciado en Derecho y en Criminología |
| Páginas | 91-110 |
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COLECCIÓN
OBSERVATORIO DE INVESTIGACIÓN DE ESERP
1. INTRODUCCIÓN
Desde hace ya unas décadas es frecuente que la cinematografía proyecte
la imagen del fiscal como uno de los héroes habituales de la escena o, al menos,
como uno de los que conforman el llamado grupo de los buenos, habitualmente
provisto de un cierto aire de justiciero al más puro estilo de Gary Cooper en su
papel de héroe del farwest.
Sin embargo, esto no fue siempre así, y hubo un tiempo, especialmente
cuando el cine se rodaba en blanco y negro, en que la imagen del fiscal era la
de un tipo «tirando a malencarado, con la sangre de la acusación chorreándole
por la negra toga, que disfrutaba acosando implacablemente, con delectación de
verdugo, al pobre e inocente acusado» (Torres-Dulce, E., 2019).
CAPÍTULO 7
Representaciones del fiscal en el
cine y su correspondencia con el
ordenamiento jurídico español
Dr. D. Albert González Jiménez
Doctor en Derecho y Licenciado en Derecho y en Criminología.
Profesor Lector, Acreditado AQU y Ayudante Doctor Acreditado ACCUE.
Profesor de Grado en Criminología de ESERP Business
& Law School, UPF. UOC, UNED, Ui1.
Abogado especialista en Derecho Penal.
ESERP Business & Law School
Calle Girona, 24. 08010 Barcelona. Mail: prof.agonzalez@eserp.com
Enlace web: https://es.eserp.com/profesor/albert-gonzalez-jimenez/
CUADERNOS DE PSICOLOGÍA CRIMINAL Y FORENSE
DR. BERNAT-N. TIFFON | DIRECTOR Y COORDINADOR
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Bien saben de esto último los fiscales de ficción que sufrieron el varapa-
lo dialéctico y judicial en Matar a un ruiseñor por parte del abogado Atticus
Finch, interpretado por Gregory Peck; o en Anatomía de un asesinato, donde
el abogado Paul Biegler, interpretado por un brillante James Stewar t, paradóji-
camente dedicado a la abogacía tras salir derrotado en una elección ciudadana
como fiscal del distrito, acaba venciendo espléndidamente a nada menos que
dos fiscales que formaban la acusación. O lejos de la ficción, en la miniserie
American Crime Story: e People v. O.J. Simpson, donde una legión de abo-
gados vence magistralmente a una anodina acusación ante un jurado popular
que, finalmente, declara inocente al famoso deportista O.J. Simpson ante la
perplejidad del espectador.
También es cierto que en no pocas ocasiones en alguna película, o en
alguna serie de televisión, se han magn ificado los éxitos de los abogados defenso-
res frente a los fiascos acusadores, fruto, probablemente, de la arraigada cultura
norteamericana de ensalzamiento de la iniciativa privada frente al servidor pú-
blico; aunque el carácter electo que ostenta el fiscal de distrito en EEUU le lleve
a mantener sustanciales diferencias con nuestro modelo funcionarial público, y
lo acerque algo más a una suerte de profesional independiente asociado al éxito,
electoral eso sí. De hecho, el personal que trabaja para la oficina del fiscal suelen
ser abogados independientes contratados para tal fin.
Mientras tanto, en nuestras salas de justicia los fiscales proyectan ante
el ciudadano y hacia los abogados una imagen que, tal vez, se acerque más a la
del celuloide en blanco y negro que a la de un héroe que encarna el bien, provis-
tos, en ocasiones, de una cierta superioridad moral. Sin embargo, esta sería una
cuestión objeto de un estudio diferente, aunque relacionada, a la que ahora nos
ocupa.
2. OBJETIVOS E HIPÓTESIS
Nuestra investigación tiene como principal objetivo la comprensión de la
imagen que se proyecta desde el relato cinematográfico, principalmente a través
del cine norteamericano, del fiscal en contraposición al del abogado.
Sin embargo, junto al objetivo central del estudio, también se pretenden
una serie de objetivos secundarios necesarios para su comprensión:
i. Estudiar la función del fisca l.
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