Prólogo

AutorNoelia Igareda González
Cargo del AutorGrupo de Investigación Antígona, Derechos y Sociedad con Perspectiva de Género. Universidad Autónoma de Barcelona
Páginas19-20
PRÓLOGO
Las mujeres presas son una minoría dentro de la población penitenciaria,
muchas veces ignoradas y rara vez objeto de estudio e interés por parte de la
academia. Esto provoca que los sistemas de ejecución penal rara vez sean sensibles
a su presencia, y se muestren no sólo ciegos al género, sino revictimizadores y
lejanos de cumplir la función de reinserción y rehabilitación que nuestras leyes
encomiendan a la pena privativa de libertad.
A pesar de que la literatura criminológica ha demostrado que las medidas
penales alternativas constituyen otra opción a la pena privativa de libertad, y
que muchas veces favorecen el cumplimiento rehabilitador del castigo penal, su
aplicación ha sido muy tímida en el sistema de justicia penal español. Se han
utilizado poco, se han aplicado de manera limitada, y apenas se han estudiado y
analizado desde la academia. Pero es que, además, y tal como Cristina Vasilescu
nos muestra a lo largo de este libro, las mujeres penadas a estas medidas penales
alternativas son las grandes olvidadas de esta forma de respuesta penal.
La criminología española en general no se ha dedicado mucho a las
mujeres presas. Sorprende ver que desde la última vez que entré en prisión para
entrevistar a mujeres privadas de libertad en el año 2005, apenas ha habido en
España investigaciones empíricas que se hayan dedicado a estudiar porqué estas
mujeres delinquen, qué ocurre en su paso por la institución penitenciaria, qué
sucede cuando salen de prisión, cómo incorporar la perspectiva de género en las
políticas penitenciarias para cumplir el mandato constitucional de reinserción, o si
se benecian o no y cómo, de las medidas penales alternativas (salvo contadísimas
excepciones que la autora cita de manera exhaustiva).
De ahí que la obra de Cristina Vasilescu cubre una laguna importante en el
conocimiento criminológico español, cuando aborda un estudio en profundidad de
la situación de las mujeres que cumplen medidas penales alternativas, y sobre todo,
cuando lleva a cabo un análisis riguroso de la adecuación de las existentes medidas
penales alternativas a las necesidades y características de estas mujeres.
Aunque las mujeres representan un porcentaje muy pequeño de todas las
personas que cumplen medidas penales alternativas (entre un 7 y 10 por ciento),
la autora nos muestra cómo las medidas penales alternativas han sido diseñadas

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