Prólogo

AutorJosé Miguel Ruano
Cargo del AutorConsejero de Presidencia y Justicia del Gobierno de Canarias
Páginas9-10

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El 11-S es uno de esos momentos históricos en los que detenemos el tiempo para cerrar una etapa o una era y abrir una nueva. Fue el momento en el que entraron en colisión el proyecto de globalización que se desarrollaba pacíficamente, pese a sus desajustes, y el proyecto de terrorismo catastrófico y de destrucción masiva.

Algunos autores como David HELD, consideran el proyecto terrorista como un desafío a la globalización y contra la expansión de los valores de Occidente como la democracia y la libertad. El llamado terrorismo internacional parece perseguir el objetivo de globalizar el miedo, que nadie se sienta seguro e invulnerable y, por otro lado, alzarse como único poder alternativo, el nuevo enemigo del mundo occidental.

Por su parte, la globalización, entre otros efectos, ha agrandado el abismo entre pobres y ricos. Según el Banco Mundial, en los últimos veinte años se ha producido un notable aumento de la pobreza, que presenta tintes dramáticos si observamos que el 54% de la población mundial vive con menos de dos dólares al día y el 22% lo hacen sólo con un dólar o menos, en niveles de pobreza extrema. Es decir, estamos en un camino en el que a más crecimiento se produce más desigualdad y, ésta, a su vez, es causa de regresión.

En el mundo globalizado de hoy, sometido al riesgo del terrorismo de destrucción masiva, no se puede procurar la seguridad utilizando los mismos conceptos y estructura de la sociedad industrial del siglo pasado, es preciso una reformulación que nos permita enfrentarnos a los problemas actuales con mentalidad e instrumentos de hoy.

La seguridad es un bien social y un factor imprescindible para el desarrollo, para el ejercicio de las libertades y para el progreso. Esta afirmación es incuestionable, la dificultad está en cómo la promovemos en esta nueva era que ha transformado la sociedad industrial que, sin duda, ofrece grandes posibilidades para el desarrollo de la humanidad, pero también nos presenta nuevos peligros y nuevos retos.

Hoy vivimos en una sociedad de riesgos, nada nuevo en la historia de la humanidad, pero nuestras sociedades complejas de hoy los multiplican. Contamos con tecnologías sofisticadas aplicadas a la seguridad y, sin embargo, la sociedad se siente más insegura que nunca. Y de ahí, surge el peligro de considerar la seguridad como ideología, como mito y en la lucha por alcanzarla se puede caer en la pérdida de libertades, pasando previamente por la...

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