Presentación

AutorJuan José Tamayo y Juan Luis Hernández
Páginas9-13

Page 9

La Cátedra Latinoamericana Ignacio Ellacuría de Análisis de la Realidad Política y Social fue fundada en noviembre de 2004 en la universidad jesuita de la Ciudad de México (Universidad Iberoamericana), junto con las universidades jesuitas de Puebla, México, y El Salvador (UCA). En los últimos años se sumaron también las universidades jesuitas de Guatemala (Universidad Rafael Landívar), de Andalucía (Universidad Loyola) y la universidad pública de San Luis Potosí, en México (UASLP). De la misma manera, a este esfuerzo iberoamericano por honrar los legados de Ignacio Ellacuría, también se articuló la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de España, y que lleva el nombre del jesuita asesinado en El Salvador.

Anualmente la Cátedra Ellacuría se desarrolla en alguna de las universidades mencionadas con la finalidad de analizar la realidad, observar sus posibilidades de transformación, revisar contextualmente el pensamiento de Ellacuría, sostener el pensamiento crítico y desde el Sur, alentar la praxis de la resistencia y la esperanza en un mundo roto y consistentemente depredador. A fines del año 2015 se llevó a cabo la Cátedra en Sevilla, España, en la Universidad Loyola de Andalucía para

Page 10

analizar las relaciones actuales entre política, iglesia, religión y sociedad.

El texto que a continuación presentamos está sostenido por distintos enfoques sobre las relaciones e interacciones entre política y religión, sus dinamismos, tensiones y posibilidades. David Fernández Dávalos sostiene en su contribución titulada “Ignacio Ellacuría: movimiento popular, iglesia y teología histórica”, que en América Latina durante las décadas de los setenta y ochenta, “reconocimos que la propia fe, vivida con hondura y autenticidad, es política desde su esencia”. Fernández Dávalos hace un recorrido por algunas de las contribuciones más importantes de la teología de la liberación en AL y de América Latina al mundo, así como el papel de Ignacio Ellacuría en este caminar innovador, disruptivo y acosado. Ellacuría aparece como el representante de esa unión entre movimiento popular, iglesia y teología histórica, que, vistas cada una en su dinamismo histórico podrían ser la antítesis de las otras dos variables, pero dadas las condiciones estructurales de pobreza, desigualdad y opresión de AL, se convirtieron en síntesis historizadas de la realidad movilizada.

Héctor Samour, por su parte, elabora una profunda revisión...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR