Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo. Tendencias 2023

Páginas273-320
Revista Crítica de Relaciones de Trabajo. Laborum nº 7 (2º Trimestre 2023)
Economía, Sociología e Historia de las Relaciones de Trabajo y del Estado Social ISSN: 2792-7962 – ISSNe: 2792-7970
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Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo. Tendencias 2023
World Employment and Social Perspectives. Trends 2023
organización internacionaL deL trabaJo1
RESUMEN EJECUTIVO
Los mercados de trabajo presentan enormes dicultades
Las perspectivas mundiales de los mercados de trabajo se deterioraron considerablemente
durante el año 2022. Las nuevas tensiones geopolíticas, el conicto de Ucrania, una recuperación
desigual tras la pandemia y la obstrucción de las cadenas de suministro han creado las condiciones
propias de un episodio de estanación, el primer periodo de inación alta y bajo crecimiento simultáneos
desde la década de 1970. Los responsables políticos deben resolver una compleja disyuntiva a la hora
de contener la elevada inación en un entorno de recuperación incompleta del empleo. La mayoría
de los países todavía no han alcanzado los niveles de empleo y de horas trabajadas registrados a
nales de 2019, antes del estallido de la crisis sanitaria de la COVID-19. Sin embargo, una serie de
perturbaciones de la oferta, predominantemente en los mercados de alimentos y materias primas, han
empujado al alza los precios de producción, provocando repuntes de la inación de los precios al
consumo, lo que a su vez ha motivado la adopción de una política más restrictiva en los principales
bancos centrales. A falta de un aumento de las rentas del trabajo en proporciones equivalentes, la
crisis del costo de la vida pone en peligro el sustento de los hogares y entraña el riesgo de contraer la
demanda agregada. Muchos países han acumulado una cuantiosa deuda, en parte para recobrarse de
las graves secuelas de la pandemia. Así pues, el riesgo de una crisis mundial de la deuda soberana se
cierne sobre muchos mercados fronterizos, entorpeciendo su frágil recuperación.
En estas difíciles circunstancias, persisten en todo el mundo importantes décits de trabajo
decente que quebrantan la justicia social. Centenares de millones de personas carecen de acceso
a un empleo remunerado. Las personas empleadas a menudo están desprovistas de protección
social y no pueden ampararse en los derechos fundamentales en el trabajo, debido a que trabajan
mayoritariamente en situación de informalidad o no disponen de cauces para expresar sus intereses
a través del diálogo social. La distribución de los ingresos es muy desigual, de modo que muchos
trabajadores no consiguen salir de la pobreza. Las perspectivas del mercado de trabajo son inicuas,
no solo entre países, sino también dentro de un mismo país. Las diferencias entre hombres y mujeres
están presentes en todos los ámbitos del mundo laboral, y los jóvenes tropiezan con dicultades
especícas.
1 El presente apartado constituye un elaborado resumen sistemático de algunos de los principales puntos contenido
en el Informe titulado Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2023. Ginebra: Ocina
Internacional del Trabajo, 2023, disponible en:
https://www.ilo.org/global/research/global-reports/weso/WCMS_881012/lang--es/index.htm
Los ajustes realizados en el mismo no han sido de contenido, sino de formato para adaptarlo a las normas de la
presente revista.
Fecha Recepción: 02/03/2023 - Fecha Revisión: 02/03/2023 - Fecha Aceptación: 03/03/2023
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La crisis de la COVID-19 aumentó los niveles de informalidad y de pobreza de los trabajadores.
A pesar de la recuperación iniciada en 2021, la actual escasez de oportunidades para mejorar las
condiciones de empleo probablemente se agravará con la desaceleración prevista, desplazando a los
trabajadores hacia empleos de peor calidad y privando a otros de una protección social adecuada. Los
ingresos reales del trabajo disminuyen cuando los precios son superiores a los ingresos nominales. La
consiguiente presión a la baja sobre la demanda en los países de ingresos altos repercute en los países
de ingresos bajos y medianos a través de las cadenas mundiales de suministro. Además, las constantes
perturbaciones de las cadenas de suministro amenazan las perspectivas de empleo y la calidad de
los puestos de trabajo, especialmente en los mercados fronterizos, alejando aún más el horizonte de
rápida recuperación del mercado de trabajo.
En suma, ha surgido en todo el mundo un entorno de elevada y persistente incertidumbre,
que contrae la inversión empresarial, especialmente de las pequeñas y medianas empresas, erosiona
los salarios reales y empuja a los trabajadores de nuevo al empleo informal. Muchos de los avances
logrados en la reducción de la pobreza durante el decenio anterior se han contenido, del mismo modo
que decae la convergencia en los niveles de vida y la calidad del trabajo a medida que se desacelera
el crecimiento de la productividad en todo el mundo, lo que diculta la superación de los décits de
trabajo decente.
Las condiciones adversas del mercado de trabajo quebrantan la justicia social
El trabajo decente es fundamental para la justicia social. La inmensa mayoría de los
hogares dependen de los ingresos generados por oportunidades de trabajo decente que ofrecen una
remuneración justa, seguridad en el lugar de trabajo y protección social.
El décit mundial de empleo ascendió a 473 millones de personas en 2022, lo que corresponde
a una tasa de incidencia de décit de empleo del 12,3 por ciento. El décit mundial de empleo es una
nueva medida de la necesidad insatisfecha de empleo en el mundo. Se compone de 205 millones de
desempleados —lo que equivale a una tasa del 5,8 por ciento de desempleo— y de 268 millones de
personas que, aun teniendo una necesidad insatisfecha de empleo, no forman parte de la población
activa al no cumplir los criterios para inscribirse en la categoría de desempleados. El décit de
empleo es especialmente elevado para las mujeres y en los países en desarrollo. En la actualidad,
el décit de empleo femenino es del 15,0 por ciento, frente al 10,5 por ciento en el caso del empleo
masculino, a pesar de que hombres y mujeres presentan tasas mundiales de desempleo similares. Las
responsabilidades personales y familiares, incluido el trabajo de cuidados no remunerado, así como el
desánimo por la falta de oportunidades de empleo decente y de formación y reconversión profesional,
pueden disuadir a muchas personas de buscar empleo o limitar su disponibilidad para aceptar puestos
de trabajo anunciados con poca antelación. Los países de ingresos bajos y medianos-bajos presentan
elevadas tasas de incidencia de décit de empleo, del 13 al 20 por ciento, mientras que el décit ronda
el 11 por ciento en los países de ingresos medianos-altos y es de solo el 8 por ciento en los países de
ingresos altos.
En 2022, unos 2000 millones de trabajadores tenían un empleo informal en el mundo. La
incidencia del empleo informal se redujo en 5 puntos porcentuales entre 2004 y 2019. La recuperación
del empleo tras la crisis de la COVID-19 se ha visto impulsada principalmente por el empleo informal,
lo que ha provocado un ligero aumento de la incidencia de la informalidad. Esta última carece de
muchas características de la relación laboral formal que son importantes para avanzar en la justicia
social. Por ejemplo, los empleos informales ofrecen muchas menos oportunidades de acceso a los
sistemas de protección social que sus equivalentes formales. En conjunto, solo el 47 por ciento de la
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población mundial está efectivamente cubierta al menos por una prestación social, lo que signica que
más de 4000 millones de personas siguen careciendo de esa forma de protección.
Se calcula que, en 2022, el número de trabajadores que vivían en situación de pobreza extrema
(con ingresos inferiores a 1,90 dólares de los Estados Unidos al día por persona en condiciones de
paridad del poder adquisitivo (PPA)) era de 214 millones, lo que corresponde aproximadamente al 6,4
por ciento de las personas empleadas. Se estima que la tasa de pobreza laboral extrema en los países
de ingresos bajos es similar a la de 2019 y que el número de trabajadores pobres es cada vez mayor.
A falta de avances signicativos que rompan el estancamiento, será imposible cumplir el Objetivo
de Desarrollo Sostenible (ODS), esto es, la erradicación de la pobreza en todas sus formas. Como
los ingresos nominales procedentes del trabajo no crecen al mismo ritmo que la inación, la crisis
del costo de la vida puede sumir a un mayor número de personas en la pobreza absoluta o relativa,
entendiendo por «pobreza relativa» la caída por debajo del umbral nacional de pobreza. Este riesgo es
aún más elevado para quienes se encuentran en la parte inferior de la muy desigual distribución de la
renta; los ingresos de la mitad inferior de los trabajadores del mundo equivalen aproximadamente al
8 por ciento de las rentas totales del trabajo.
Los datos resultan aún más desfavorables en el caso de las mujeres y los jóvenes, lo que
pone de maniesto grandes desigualdades en los mercados de trabajo de muchos países. La tasa
mundial de actividad de las mujeres se situó en el 47,4 por ciento en 2022, frente al 72,3 por ciento
en el caso de los hombres. La diferencia de 24,9 puntos porcentuales signica que por cada hombre
económicamente inactivo hay dos mujeres en esa misma situación. Los jóvenes (de 15 a 24 años)
encuentran graves dicultades para conseguir un empleo decente. Su tasa de desempleo es tres veces
superior a la de los adultos (mayores de 25 años). Más de uno de cada cinco jóvenes (el 23,5 por
ciento) ni trabajan ni estudian ni reciben formación (son los llamados ninis).
La conuencia de varias crisis frena el crecimiento del empleo
El impacto de la pandemia, la crisis del costo de la vida y la crisis geopolítica lastran las
perspectivas del mercado laboral. Las subidas de precios provocadas por perturbaciones de oferta y de
demanda han elevado las tasas de inación a sus valores más altos registrados en los últimos decenios.
El conicto de Ucrania y otros conictos geopolíticos han agravado la escasez de suministros y
suscitan incertidumbre. En consecuencia, la crisis del costo de la vida merma progresivamente el
poder adquisitivo de los ingresos disponibles de los hogares y reduce la demanda agregada. Con
el endurecimiento de la política monetaria, no solo se restringen las condiciones de nanciación de
las economías avanzadas, sino que sus efectos indirectos repercuten en las economías emergentes
y en desarrollo. A falta de una coordinación adecuada de las políticas, existe el riesgo de que las
economías dominantes adopten un programa de políticas centrado en sus problemas internos sin tener
debidamente en cuenta su posible impacto colateral. El número de ofertas de empleo ha empezado a
descender de forma brusca en los países que aportan información al respecto; ahora bien, como las
cifras anteriores habían alcanzado cotas sin precedentes, en octubre de 2022 seguían siendo elevadas
desde una perspectiva histórica.
Aparte de las dicultades inmediatas, los cambios estructurales a más largo plazo resultan cada
vez más perceptibles en los mercados de trabajo mundiales. Por ejemplo, el cambio climático incrementa
la incidencia de catástrofes naturales y fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones,
sequía, degradación de la tierra, erosión del suelo, olas de calor y precipitaciones impredecibles. La
convivencia con esas nuevas realidades exigirá importantes iniciativas de adaptación, incluida una
inversión considerable en infraestructuras en las regiones más afectadas. Aun así, las medidas de
adaptación también brindan oportunidades de creación de empleo, sobre todo en algunas de las zonas

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