La inversión directa extranjera en España

AutorNuria Elena Gómez Gómez/Rosa Santero Sánchez/Pilar Grau Carles
Cargo del AutorUniversidad Rey Juan Carlos
Páginas179-201

Page 179

1. Introducción

La economía se encuentra sumergida en un proceso de cambio y de incorporación en un nuevo entorno económico mundial, donde el proceso de globalización se ha convertido en un tema central para los estudios dentro de la economía internacional y nacional.

El Diccionario de la Real Academia define el término globalización como la tendencia creciente de los mercados y empresas a extenderse alcanzando una dimensión mundial que traspasa las fronteras nacionales.

Si buscamos una definición proveniente de una institución económica podemos referirnos a la del FMI que señala que la globalización es la interdependencia económica creciente del conjunto de países del mundo, provocada por el aumento del volumen y la variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al mismo tiempo que la difusión acelerada y generalizada de la tecnología. Este término se usa desde los años 80 cuando los adelantos tecnológicos empezaron a facilitar y acelerar las transacciones internacionales comerciales y financieras.

Para medir el grado de apertura e internacionalización de una economía se pueden utilizar tanto análisis y estudios sobre comercio exterior de bienes e intangibles (total y cuotas de participación), como análisis y estudios sobre los flujos de capitales.Page 180

Por tanto, uno de los aspectos ligados al proceso de globalización es el aumento de los flujos internacionales de capitales. Según el V Manual de Balanza de Pagos del FMI, que es el marco conceptual para la elaboración de las balanzas de pagos de todos los países, las operaciones financieras con el exterior pueden ser clasificadas por el tipo de inversión, distinguiendo las siguientes categorías: inversiones directas, inversiones de cartera, instrumentos financieros derivados y otras inversiones. Serán los flujos de inversión directa extranjera (IDE) en los que se centre el estudio que se presenta a continuación.

En las últimas dos décadas, los flujos de inversión extranjera directa, tanto de salida como de entrada en España, han crecido de una forma sorprendente. Mientras que en 1980 sólo un 0,9% del PIB nacional se invertía en el exterior, en 1999 la cifra alcanzó un 17%. Además, la economía española dio un salto decisivo en su proceso de internacionalización en 1996, cuando por primera vez los flujos de inversión directa extranjera emitidos (salidas) superaron ampliamente los recibidos (entradas), convirtiéndose así en un país inversor neto en el escenario internacional (véase Gráfico 1) y dándose por fin el paso necesario para acceder a la fase más avanzada en la internacionalización económica de un país (Dunning y Narula, 1996).

Las dos fuentes estadísticas españolas principales que ofrecen datos de IDE son la Balanza de Pagos y el Registro de Inversiones Extranjeras. Ambas han experimentado grandes cambios metodológicos a lo largo de la década de los 90, para adaptarse a la liberalización de los movimientos internacionales de capitales y a la exigencia comunitaria de armonización de legislaciones. Como se verá en la sección dos, aunque las definiciones que utilizan no son las mismas, la evolución de la IDE ha seguido la misma tendencia.

En relación con la IDE actual en España, existen algunos hechos que merecen la pena destacar. En primer lugar, el entorno económico mundial, desde mediados de la década de los 90, ha sido muy favorable para la expansión de los flujos de IDE, con altas tasas de crecimiento del producto y procesos de liberalización y privatización de servicios públicos en distintas áreas económicas; además, se ha producido un aumento generalizado de la competencia, que fuerza a muchas empresas a fragmentar su producción entre distintos territorios para abaratar costes; por último, el paso adelante dado por la Unión Europea en su integración mediante la Unión Económica y Monetaria, constituye un factor decisivo para la mejora de la evolución del flujo de inversión española en el exterior.

Todo esto ha dado lugar a una difusión creciente de la producción internacional hacia países en desarrollo, expresada a través de IDE, y a una concentración empresarial de actividades en los países desarrollados, vía fusiones y adquisiciones. La relevancia de las fusiones y adquisiciones ha ido arrinconando en los países industrializados aquella IDE más ligada a la creación de instalaciones productivas. Este fenómeno ha sido tan importante, que algunos autores plantean el concepto de IDE como transferencia de activos empresariales desde los propietarios menos eficientes a los más eficientes.Page 181

[ NO INCLUYE GRAFICO ]

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Registro de Inversiones Exteriores Unidades: Millones de Euros

Gráfico 1: Evolución de la Inversión Directa en España: período 1993-2004

España participó activamente en la expansión de las actividades productivas en el ámbito internacional, sobre todo en América Latina. Pero el aumento de la competencia que conlleva la internacionalización de las economías, incluido el proceso de integración comunitario, ha exigido a las empresas multinacionales una reordenación de su actividad productiva. Las nuevas circunstancias de un mercado sin barreras han supuesto un cierto olvido de los mercados nacionales, menos inversión y desplazamientos de actividad productiva hacia otros lugares.

Como se observa en el Gráfico 2, se produce un importante despliegue inversor en España a partir de la segunda mitad de la década de los noventa., de modo que en 1999, las inversiones de las empresas españolas en América Latina, superan por primera vez a las de Estados Unidos, constituyéndose como centro casi exclusivo de los flujos de capital español.Page 182

[ NO INCLUYE GRAFICO ]

Fuente: Casilda, R. (2003).

Unidades: millones de dólares.

Gráfico 2: Flujos de Inversión Extranjera Directa por origen en América Latina y Caribe (1992-2000).

Una vez centrado el tema a tratar, en la siguiente sección se define qué se entiende por IDE y cuál es la legislación vigente, haciendo un repaso a los cambios que sobre definición y legislación ha tenido España. En la sección tres, se repasan las diferentes investigaciones realizadas sobre IDE en España clasificándolas en función del tipo de datos utilizados. La sección cuatro analiza la evolución y la situación actual de la IDE en España, distinguiendo entre inversiones recibidas y realizadas. En la siguiente sección, se revisan las teorías acerca de los efectos que las integraciones económicas tienen sobre la IDE y se aportan datos sobre la situación de la IDE en España dentro del contexto de la Unión Monetaria Europea. Por último, se exponen las conclusiones.

2. Definición y fuentes estadísticas de la inversión extranjera directa

De acuerdo con la OCDE y el FMI, la inversión directa extranjera tiene como objetivo establecer una relación duradera entre un residente en una determinada economía y otra entidad residente en otro país. Por inversión duradera cabe entender la existencia de una relación de largo plazo entre el inversor y la empresa en que se invierte, así como un grado de influencia sobre la gestión por parte del inversor.Page 183

Los niveles de participación en el capital social a partir de los que se considera posible ejercer un control efectivo de la empresa, varían según las legislaciones nacionales sobre inversión. La OCDE propone como límite mínimo de participación, el 10%. El reglamento de inversiones extranjeras en España, en vigor hasta julio de 1992, estipulaba como límite mínimo un 20%. La entrada en vigor del RD 671/1992, de 2 de julio, supuso la homogeneización de la definición española con la propuesta de la OCDE.

El Manual de Balanza de Pagos del FMI tipifica las operaciones que generan IDE en tres categorías:

* capital que fluye desde la casa matriz para constituir una filial o una sucursal en el exterior;

* reinversión de los beneficios obtenidos por el inversor extranjero;

* préstamos financieros a largo plazo, concedidos por las matrices a sus filiales en el resto del mundo.

Con motivo de la armonización de los movimientos internacionales de capital en la década de los 90, y debido a la adecuación de la legislación española a la comunitaria por razón de la liberalización de los movimientos de capitales a finales de la pasada década, las series de IDE publicadas tanto por la Balanza de Pagos como por el Registro de Inversión Extranjera, tienen rupturas importantes.

La Balanza de Pagos de España, siguiendo las indicaciones del FMI, incluye como IDE las acciones no cotizadas y otras formas de participación en el capital, financiación entre empresas relacionadas e inversión en inmuebles. Sin embargo, no existe unanimidad sobre la necesidad de incluir algunas como el caso de los préstamos entre empresas relacionadas o la inversión en inmuebles, puesto que podrían ser operaciones muy alejadas del ámbito productivo.

La Balanza de Pagos expresa las series estadísticas de IDE en términos netos desde 1990 y sus cifras muestran los movimientos monetarios de inversión neta recibida y emitida, pero no permiten conocer, como en el caso de las Entidades Tenedoras de Valores Extranjeros, qué parte de los flujos recibidos tienen como destino el sistema productivo nacional y qué parte de estos flujos pasan a engrosar la inversión de España en el exterior. Por lo tanto, estas series deben ser complementadas con las del nuevo Registro de Inversión Extranjera del...

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