'Huespedes de aire'. Sociología de las personas sin hogar en Madrid.
Autor | Darío Pérez Madera |
Páginas | 225-227 |
HUÉSPEDES DEL AIRE
SOCIOLOGÍA DE LAS PERSONAS
SIN HOGAR EN MADRID
PEDRO JOSÉ CABRERA CABRERA
Departamento de Publicaciones de la
Universidad Pontificia de Comillas
Colección Políticas, Trabajo y Servicios
Sociales, nº 7
Madrid, 1998
Resulta muy meritorio hacer un trabajo
sociológico sobre cualquier colectivo social invisible
y oculto. Esta es la compleja y excelente
tarea que ha realizado D. Pedro Cabrera
Cabrera en este libro.
El colectivo de Personas Sin Hogar (P.S.H.,
a partir de ahora), conforma uno de los grupos
sociales que presenta uno de los mayores grados
de dificultad en su estudio. La ocultación
social que sufren, el rechazo a acudir a los
Centros de Atención, la movilidad «residencial
» para alcanzar la subsistencia, su invisibilidad
en los datos y estadísticas oficiales, etc.
son factores que favorecen la dificultad real y
objetiva para delimitar cuantitativa y cualítativamente
el fenómeno del «Sin Hogarismo».
Este libro constituye un esfuerzo riguroso
por acercarse al grupo social de P.S.H. que
deambulan por las calles de una ciudad como
Madrid, la cual, por su tamaño y por otras
razones que no son objeto de explicar en este
trabajo, se constituye hoy en el núcleo urbano
de nuestro país que cuenta en sus calles
con el mayor número de P.S.H. El autor señala,
para 1995, una estimación de unas
3.161 personas que deambulan por la ciudad
de Madrid. Otras fuentes estadísticas sitúan
las cifras en unos 5.000 ciudadanos que conforman
este grupo social. En todo caso, existe
un consenso generalizado en reconocer que
los datos generales de P.S.H. se sitúan en 1%
de la población.
El libro cuenta con dos partes claramente
diferenciadas. En primer lugar, realiza una
presentación conceptual, histórica y sociológica
sobre las P.S.H, y las respuestas asistenciales
proporcionadas hasta ahora. Plantea
claramente una relación directa entre las
teorías de la exclusión social y el fenómeno
del «Sin Hogarismo». Por tanto, rompe con
un tópico extendido entre la población en general.
Las P.S.H. son algo más que pobres.
Se trata de personas que sufren procesos de
exclusión multi-causal y que presentan problemáticas
añadidas diversas.
En esta primera parte, se realiza igualmente
un recorrido históríco sobre la conceptualización
del fenómeno social de las P.S.H.
y de los diversos modelos de respuesta social.
Cabe señalar, en este caso, que muchas afirmaciones
y consideraciones que se hacían
anteriormente aún están vigentes. Por ejemplo,
existe todavía la tendencia a personalizar
y a culpabilizar los procesos de exclusión.
En el ámbito asistencial, aún muchos
recursos mantienen su lógica de respuesta
temporal y de atención sólo a las necesidades
básicas, careciendo en muchos casos de
programas de intervención integral y de estrategias
coordinadas para la inserción.
La segunda parte del libro se refiere al estudio
propiamente sociológico del colectivo
de P.S.H. en Madrid. Comienza presentando
la metodología de trabajo utilizada. En este
sentido, la primera dificultad que se encuentra
es la de definir y acotar la muestra del estudio,
teniendo en cuenta su difícil cuantificación,
su heterogeneidad y dispersión. En
este caso la muestra es de 170 personas, lo
que significa un tamaño muestral adecuado.
Sin embargo, como déficít de la misma, hay
que señalar que quedan fuera un grupo muy
importante desde su trascendencia en lo que
se refiere a las características de orden psicosocial
y de desarraigo. Me refiero al colectivo
de crónicos de la calle, es decir, aquellos que
rechazan en muchos casos la atención. Hay
que indicar que la muestra está seleccionada
sobre personas qué de alguna forma tienen
contacto con las redes de atención social. Por
tanto, son usuarios de comedores, Centros de
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Acogida, perceptores del Ingreso Madrileño
de Integración, y de otros recursos. En definitiva,
se trata de personas que acceden de
una u otra forma a los recursos asistenciales,
presentando éstos unos perfiles distintos al
colectivo social que conforma el sub-colectivo
social que se viene denominando como «crónicos
de la calle».
En relación con el trabajo sociológico, hay
que señalar que se va realizando un recorrido
detallado y preciso de las diversas características
sociodemográficas del colectivo de
P.S.H. (edad, sexo, estado civil, educación,
etc...). Como principales elementos y/o conclusiones
que se presentan, podemos señalar
los siguientes aspectos que pueden ser muy
útiles conocerlos para identificar con claridad
la situación actual de este complejo colectivo
social. Los varones siguen siendo mayoritarios.
Sin embargo, resulta cada vez
más importante la presencia de mujeres, las
cuales, en número y en situaciones personales
de desarraigo conviene estudiar. Con respecto
a la edad, el numero mayor de P. S. H.
se sitúa entre el tramo comprendido entre
los 31-50 años, son datos muy similares a los
estudios realizados en otros países. En este
apartado, hay que llamar la atención sobre
un dato muy significativo, consiste en el bajo
porcentaje de personas mayores de 65 años
que conforman el colectivo de P.S.H. Se rompe
así una tendencia clásica, ya que tradicionalmente
las «personas mayores» constituían
un grupo muy numeroso dentro de este
grupo social altamente excluido. No cabe duda,
que las políticas de protección social desarrolladas
en los últimos veinte años con este
segmento de población, han tenido una
clara incidencia en la progresiva reducción
de ancianos en las calles o en los Albergues.
La soledad, tal y como se refleja en el estudio,
es la principal característica de las
P.S.H. La mayoría son solteros (55%) o bien,
se encuentran divorciados o separados (30%).
Solo un 9% de estas personas cuentan aun
con algún tipo de relación de pareja (casados
o en pareja). Sin lugar a dudas, la carencia
de vínculos y redes familiares constituyen un
factor clave que favorece su vulnerabilidad y
sobre todos dificulta aun más que estas personas
puedan salir de su situación de marginación.
En la misma línea, hay que señalar que el
bajo nivel educativo y, la falta de capacitación
laboral son factores que favorecen los
procesos de exclusión que generan como resultado
el desarraigo y la pérdida de vínculos
familiares y sociales.
El estudio, en uno de sus apartados, presenta
claramente el proceso de exclusión de
las P.S.H. entendiendo éste como el resultado
de diversos factores que van actuando en
el itinerario personal del sujeto, donde además,
operan y están presentes diversos factores
estructurales, tales como; déficit en el
desarrollo de políticas sociales de vivienda,
mercado laboral precario, etc... Por tanto, se
puede afirmar que las P.S.H. son el resultado
de la actuación de factores personales exclusógenos
que actúan en colectivos socialmente
vulnerables. Ello supone, tal y como
se refleja en el estudio, que existen diversas
tipologías de este colectivo social según el estado
y/o proceso de exclusión en que se encuentre
el sujeto (leve, moderado y crónico).
Las problemáticas añadidas, es decir, el
alcoholismo, los trastornos mentales y las
dependencias a otras drogas, constituyen
elementos presentes en los itinerarios personales
de las P.S.H. En unos casos, constituyen
la causa precipitante de los referidos
procesos. En otros, se convierten en la consecuencia
directa de encontrarse en una situación
de destrucción y abandono personal.
Desde el punto de vista asistencial, resulta
interesante la información y valoración
que hacen los propios usuarios de los recursos
que utilizan. Sin duda, se realizan muchas
afirmaciones que son muy interesante
tener presente de cara al diseño y definición
de algunos dispositivos especializados de
atención en particular y, de la red asistencial
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en general. Hay que reconocer que la misma
es muy deficitaria y heterogénea, respondiendo
aún, en muchos casos, a criterios de
intervención de épocas anteriores. Constituye
hoy una asignatura pendiente de los diferentes
responsables políticos, afrontar de
forma global las políticas generales contra la
exclusión y en particular, la respuesta a los
grupos mas excluidos, entre los que encontramos
a las P.S.H.
Para finalizar, resultan muy interesante
los apartados del estudio donde se viene a
demostrar, como afirma el autor que «algunas
obviedades, a pesar de reconocerlas, son
olvidadas». En primer lugar, las P.S.H. viven
en nuestro mundo, no son de «otro mundo»,
es decir, no son ajenos a las distintas circunstancias
cotidianas que se producen en
nuestra sociedad. Son personas que tienen
ideología política, deseos y expectativas como
el resto de la población. Por tanto, no es cierto,
como algunos afirman, que «en el fondo
les gusta vivir así». No se trata de una opción
personal elegida. Por el contrario, constituye
una situación impuesta que al final, por diversas
razones, en algunos casos, se asumen
y se integra como algo cotidiano. Son personas
que viven en el mundo, en sus márgenes,
pero están presentes en nuestra realidad social,
lo que nos obliga a desarrollar las estrategias
activas de intervención e inclusión.
Del mismo modo, son personas, por tanto sujetos
de derecho, en nuestro caso podríamos
afirmar de derechos sociales.
En definitiva, el libro nos presenta una
compleja realidad social, que está conformada
por un grupo de personas que suman un
importante número de «catástrofes personales
silenciosas». En nuestra mano está romper
con este fatalismo individual y a su vez,
con el olvido y/o negación social, comenzando
a dar pasos para el reconocimiento social de
las P.S.H. y por tanto, garantizar sus derechos
sociales y el desarrollo de las políticas
de inclusión que requieren.
Se puede afirmar, que estamos ante un interesante
y comprometido estudio, que ha
buscado, a mi juicio, hacer visible en lo humano
y en lo sociológico, a un colectivo social
gravemente excluido y en muchos casos,
oculto y de difícil definición.
DARÍO PÉREZ MADERA
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