Fuego en el cuerpo... y en el burdel

Del fuego en el cuerpo a las llamas en el colchón. Pero llamas de las de verdad. Los clientes del club Olimpo, en Villalba, vivieron ayer una madrugada al rojo vivo, una velada de verdad ardiente. Aunque no exactamente la que esperaban.Todo empezó con un probable cortocircuito en uno de los reservados de la primera planta, y terminó con unas 50 personas, entre clientes, meretrices y otros trabajadores del local, vagando unos con más ropa que otros en torno a la A-6, en una escena más propia de una película de Berlanga.Los ardores corporales pasaron a ser auténtico incendio que terminó con ocho personas intoxicadas por inhalación de gases, un ala del edificio casi completamente chamuscada y la Policía investigando -ya que el Pisuerga pasaba por Valladolid- si algunas de las chicas, la mayor parte de ellas latinoamericanas y de Europa del este, podrían ser ilegales.El edificio, de cuatro plantas y muy visible desde la carretera de A Coruña, se lamía las heridas a media mañana de ayer. La fachada sur permanecía absolutamente tiznada de negro y un contenedor a la puerta albergaba varios muebles completamente quemados, pero el dueño se esforzaba por dejarlo todo en algo parecido a una pequeña fogata: «Si esto no ha sido nada, no había ni cinco personas dentro», aseguraba a este diario. «Ha sido apenas un incidente, a esas horas no había casi nadie», le secundaba su abogado.Sin embargo, los vecinos más aledaños contaban otras cosas. Por ejemplo Amadeo, dueño de una finca contigua: «¡Bueno la que se armó! ¡Yo vi por lo menos tres coches de bomberos soltando agua y más agua! Y había mucha gente en la acera. Casi todo hombres, pero también muchas mujeres... Algunas llevaban abrigos, pero otras iban hasta descalzas o el zapatillas, se ve que tuvieron que salir a la carrera», contaba.Amadeo contaba que Alfonsa, guardesa de otra finca muy cercana, lo vio todo: las prostitutas saliendo del local a la carrera, los clientes enfilando el camino de sus coches y los bomberos con alguna dificultad para controlar el fuego, cuyas llamas llegaron a alarmar al vecindario.Esos testimonios apuntaban más bien a que las llamas convirtieron la calzada ante el prostíbulo en una improvisada barra americana. De hecho, las temperaturas eran tan bajas a esas horas de la mañana, por debajo de los cero grados centígrados, que las autoridades tuvieron que llevarse a las trabajadoras más ligeras de ropa al cuartel más cercano de la Guardia Civil en previsión...

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