Mayores y Familia ante el futuro de los Servicios Sociales

AutorAntonio Gutiérrez Resa
CargoCatedrático de Servicios Sociales. Universidad de Zaragoza.
Páginas81-106

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Tendencias de los servicios sociales y ley de dependencia

El planteamiento que hacemos en las siguientes páginas lo queremos relacionar estrechamente con la nueva Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia1. En primer lugar nos interesa saber o conocer algunas de las principales tendencias actuales de los Servicios Sociales en España. A partir de las tendencias existentes, trataremos de subrayar aquellos aspectos más favorables que presentan los Servicios Sociales y aquellos otros que pueden hacernos reflexionar para de este modo auspiciar el cumplimiento de la citada Ley y un claro beneficio para los ciudadanos que se acojan a la misma. La estrecha relación ya anunciada pensamos que puede gestionarse básicamente a través de los Servicios Sociales, siendo la red existente de Servicios Sociales Comunitarios el fundamento para la atención de los mayores y de su contexto familiar. No podemos olvidar que la citada Ley de Dependencia afecta a un millón de personas e indirectamente a tres millones de familiares; que en los ocho años previstos para su cumplimiento total creará 300.000 puestos de trabajo para personas que con sus cotizaciones contribuirán también a la financiación pública del plan; que deberán reforzar la ayuda familiar (en su mayoría mujeres 80%) ante la insuficiencia actual de la asistencia (residencias, ayuda a domicilio, centros de día, etc.) para cubrir los diez años de asistencia que requieren las personas mayores dependientes; que la viabilidad de la Ley reposa en un sistema mixto de financiación por el que las Administraciones central y autonómica sufragan la mayor parte del gasto, aportando el usuario el resto en función de su renta y patrimonio; que la Ley establece un marco legal que garantiza el derecho de las personas a recibir asistencia pública: La Ley permitirá ofrecer un mínimo de servicios que deberán materializar las comunidades autónomas; teleasistencia, centros de día y de noche, residencias, ayuda a domicilio (SAD) y, cuando se trate de personas con el tercer grado de dependencia, un asistente personal, mientras que cuando no haya red familiar se ofrecerá una prestación económica.

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Aunque sigue aumentando el conocimiento de los Servicios Sociales en España, la utilización de los mismos por las familias es limitada mientras que su eficacia se considera como notable. En general la utilización de los Servicios Sociales es reducida si tenemos en cuenta que Correos lo emplea el 72,2% de la población y la Administración de Justicia el 10,2%. Y en el caso del funcionamiento eficaz de los Servicios Sociales se reparten el 72% a partes iguales quienes no saben, y quienes piensan que funcionan con bastante eficacia, sin olvidar el nada despreciable 25,9% de los ciudadanos que indican que funcionan poco o nada los Servicios Sociales2.

Ahora bien, las familias se decantan por los Servicios Sociales públicos aunque haya que pagar más impuestos, y prefieren recibir de la Administración una cantidad de dinero fija mensual para sus necesidades. En la práctica, la mayoría de las familias acuden a los Servicios Sociales de mercado para solucionar sus problemas. Las infraestructuras públicas disponibles (Centros de Servicios Sociales, Albergues y Centros de Acogida) son financiadas, sobre todo, por las Corporaciones Locales, mantenidas básicamente por un número insuficiente de trabajadores sociales, siendo la cobertura municipal y, en menor medida, comarcal. La mayoría de los usuarios son personas mayores y los servicios "estrella", los más demandados: información-orientación, el servicio de ayuda a domicilio (SAD), los Hogares o Clubes y los Centros de Día. Los Servicios Sociales también se hacen cargo de la Inclusión Social en diversos sectores así como de las personas dependientes ante un proceso de envejecimiento demográfico, escasez de recursos sanitarios y sociales y utilización de recursos de los Servicios Sociales Comunitarios destinados a toda la población.

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Cambio de rumbo en los servicios sociales comunitarios

El cambio de rumbo en los Servicios Sociales Comunitarios se impone ante el desbordamiento de las familias por diversos problemas, la escasez de las plantillas en los Servicios Sociales, la escasa universalización de los servicios y su excesiva generalidad. Añadamos la excesiva burocratización de los Servicios Sociales, la ingerencia política en las funciones profesionales, la insuficiencia de los horarios y la diversidad-complejidad de los problemas que deben atender.

Es conveniente recordar que los Servicios Sociales en el año 1975 eran prácticamente desconocidos por inexistentes, mientras que en la actualidad ha crecido la oferta pública de Servicios Sociales en sus diversas modalidades especializadas, siendo notablemente superior la oferta de los Servicios Sociales con precios de mercado. En semejante situación la opinión de los ciudadanos se decanta por los Servicios Sociales públicos y por pagar más impuestos. Sin embargo, la fórmula concreta de solucionar los problemas que serían objeto de los Servicios Sociales apunta a la financiación pública.

Los Servicios Sociales deben ser públicos y financiarse mediante impuestos según la opinión pública3. Incluso nos indican los ciudadanos que ante la opción de disponer de más dinero por pagar menos impuestos, se prefiere pagar más y tener más Servicios Sociales. No son de extrañar los resultados porque aquellos Servicios Sociales públicos como la Ayuda a Domicilio alcanzan un 3% de cobertura en España4. Quiere decirse que existen las listas de espera en las ciudades, mientras que en el ámbito rural no es tan crucial la demanda por una mayor existencia de apoyos informales (familiares, amigos y vecinos).

A juzgar por los datos que venimos comentando, tanto la mentalidad como las necesidades de los ciudadanos parecen haber cambiado en la actualidad. Basta con señalar que según el baremo del CIS de noviembre de 2001 el 41,7% están muy de acuerdo con que el cuidado de los padres es un problema principal de los hijos, pero para el 37,1% atañe igualmente a la sociedad y al Estado, mientras que para el 47,7% con mejores y mayor número de servicios socio-sanitarios, se solucionaría el problema de las personas mayores que necesitan ayuda de otro. La tendencia se vuelve a confirmar en el baremo del CIS de noviembre de 2004 ya que únicamente el 4,5% indica que sean las familias quienes deban estar a cargo de todo o casi todo el cuidado. Es más, en caso de no tener ningún familiar que les pudiera cuidar, el 45,4% prefería a un profesional con formación de los Servicios Sociales Públicos. Sin embargo, aunque la mayoría de los ciudadanos estima que ha de ser el Estado el responsable del bienestar de todos (68,0%), las clases medias consideran que reciben poca (39,0%) o ninguna (7,8%) protección social, mientras que mucha y bastante protección son el 1,8% y 29,3% respectivamente.

Aunque parece confirmarse la tendencia de un aumento del conocimiento de los Servicios Sociales, la utilización de los mismos es escasa. Precisamente por la escasa utilización de los mismos, es el mercado y los familiares quienes solucionan los problemas que tienen las familias aragonesas en la actualidad5.

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A continuación presentamos algunos resultados del estudio realizado entre más de dos mil familias aragonesas que ilustran sobre el peso adquirido por el mercado en la solución de los problemas familiares, siendo insuficiente la aportación familiar e insignificante la presencia de los servicios públicos6.

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En las familias aragonesas, el 11% de ellas necesita habitualmente ayuda para atender los problemas/necesidades familiares. Pues bien, podemos añadir que en el mercado (47,7%) y en la propia familia (33,6%) es donde la mayoría de las familias aragonesas encuentra solución a los problemas que se les plantean. Y si nos referimos específicamente a la familia, no es ninguna sorpresa comprobar que son los propios familiares (18,2%) y abuelos quienes les ayudan (15,4%) a resolver los problemas/necesidades familiares. Lo que se deduce de tales porcentajes es que, junto al desconocimiento existente de los Servicios Sociales, es un hecho la importante demanda de los Servicios Sociales en el mercado. En este último caso mencionaremos la mayor oferta de plazas residenciales para mayores, así como de los Centros de Día y la Ayuda a Domicilio (SAD), sin olvidar los seguros privados de dependencia.

Merece un comentario específico que el 7,1% de las familias aragonesas que necesitan ayudas habitualmente (11%) suele echar mano de los servicios públicos. Por otra parte, el 7,1% es un porcentaje coincidente con el de las familias que utilizaban los Servicios Sociales públicos en las CC.AA. en el año 1998. El dato confirma el todavía bajo porcentaje que suponen los servicios públicos en la solución de los problemas familiares en Aragón. Hemos de considerar que son el 11% de las familias las que necesitan ayuda para atender las necesidades familiares, al mismo tiempo que desconocen Servicios Sociales como el SAD y la teleasistencia, y que aquellos otros servicios que conocen no superan el 62,2% de las familias. Sin embargo, la utilización de los servicios públicos se concentra en el transporte especial y las guarderías.

Usuarios de los servicios sociales: mayores-familia

La mayoría de los usuarios de los Servicios Sociales comunitarios son personas mayores, teniendo presente que los usuarios alcanzan el 10,38% de la población (1.038 usuarios por cada 10.000 habitantes). Ahora bien, los porcentajes de usuarios sobre el total de la población varían entre el 4,58% en las Islas Baleares o el 5,37% en Aragón y el 35,61% en Galicia y el 25,88% en Castilla-La Mancha. En cambio, los expedientes familiares ascienden a 1.180.102, siendo una tercera parte de los usuarios. No obstante, destacaríamos la elevada tasa de usuarios por expediente en Castilla-La Mancha (11,85%), Extremadura (17,35%) y C. Valenciana (8,65%).

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Pormenorizando las prestaciones por sectores de población comprobamos de nuevo, que siguen siendo la familia y los mayores quienes alcanzan los porcentajes más elevados, casi siempre. Lo que decimos significa que, de acuerdo con la futura Ley de Dependencia, sectores y prestaciones de la red de Servicios Sociales de Atención Primaria se verán reforzados y adaptados7.

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Mayores y familia son los dos sectores que alcanzan los dos porcentajes mayores en la demanda de prestaciones que ofertan los Centros de Servicios Sociales de Base. Es fácil comprobar que son las personas mayores las que más demandan las prestaciones de Apoyo a la Unidad Convivencial (Respiro/Cargas familiares) y Ayuda a Domicilio (SAD), contabilizando más de la mitad de los usuarios de esta prestación, así como Información y Orientación, Alojamiento alternativo (Pisos tutelados) y Actividades preventivas (alrededor del 20% de las tres prestaciones). Hemos de tener en consideración los cambios que se han producido en la sociedad española

La familia que es susceptible de una atención-intervención integral en la red de Servicios Sociales Comunitarios alcanza en torno al 20% del total de usuarios en las prestaciones de Información y Orientación, Ayuda a Domicilio y Prevención e Inserción Social. Y además de la familia, otros colectivos como Infancia, alcanzan el 20,04% en Prevención e Inserción Social y las Personas sin hogar el 38% de los usuarios en Alojamiento Alternativo.

Los datos que se presentan en este apartado tienen su fundamento en el Plan Concertado y no por eso dejan de reflejar la realidad social. No obstante, las Comunidades Autónomas suelen ampliar algunos de las prestaciones financiadas del citado Plan. Hemos podido apreciar que tanto en Aragón como en Andalucía los usuarios mayoritarios de los Servicios Sociales de Base son mayores (44% y 25% respectivamente), mientras que aquellos servicios más demandados son el SAD y la Información/Orientación (56% y 56%; 36% y 39%, respectivamente). La coincidencia es limitada en tanto lleguemos a disponer de datos en detalle en cada una de las Comunidades Autónomas8.

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Cambios en la familia y nuevos servicios sociales

Es un hecho el importante porcentaje de ciudadanos que acude a resolver aquellos problemas susceptibles de atención en los Servicios Sociales, por servicios de mercado. Y es todo un reto para los Servicios Sociales Públicos cuando el mercado se está abriendo paso y rebasando la atención pública de las necesidades familiares que tienen que ver con mayores, dependientes y menores. Añadamos la constatación de que los servicios que tienen que ver con la familia son más demandados. No es para sorprenderse cuando somos conscientes de los cambios que se están produciendo en la familia. Cambios a raíz de los cuales se genera un conjunto de demandas de muy diversa índole. Lo que decimos nos obliga a tener que plantear un ensanchamiento de las atenciones de los Servicios Sociales Comunitarios y al mismo tiempo una especialización en lo básico-común de la red.

Aunque la familia sigue siendo el segundo valor en importancia, detrás de la salud, para los jóvenes españoles, no es menos cierto que los problemas tradicionales de la familia en la actualidad se acentúan; y junto a lo anterior existen nuevas formas de convivencia que se presentan o son alternativas a la familia que todos hemos vivido, un agotamiento de determinadas fórmulas familiares, divorcios y separaciones junto a otras rupturas de convivencia familiar9. Los aspectos que señalamos inciden en la red de Servicios Sociales Comunitarios provocando una mayor demanda, junto a una mayor implicación-saturación de nuestros mayores cuando tienen que atender a los nietos. Si tradicionalmente la familia se encargaba del cuidado de los ancianos y enfermos, los recortes del Estado del Bienestar han dejado a la familia muy limitada en sus funciones, quedando reducida a ser la base emocional de sus miembros. Por esta mayor fragilidad de la familia surgen los conflictos, las separaciones, divorcios con situaciones traumáticas, y situaciones comprometidas para los mayores que inciden directamente en los Servicios Sociales Comunitarios.

La ya tradicional expresión de que la familia es el Ministerio de Bienestar ya lo expresó con claridad Víctor Pérez Díaz diciendo que "El análisis de las aportaciones de la familia al sistema de bienestar español nos lleva a la conclusión de que estas aportaciones han sido y son de una importancia fundamental en todos los campos que hemos considerado: desempleo, pensiones (de vejez), sanidad y educación"10. La familia, nos dirá Pedro González Blasco, "como institución eficaz de ayuda social para sus miembros ha sido el apoyo en paro, minusvalías, problemas económicos transitorios o de amplia duración, enfermedades, cuidado de los ancianos, drogadicción. Desde esta perspectiva, la familia ha contribuido mucho a amortiguar conflictos sociales, y ha recibido escasa ayuda en estas labores por parte del Estado"11. Podemos completar lo dicho con lo que Juan González-Anleo nos indica: "Ahora los abuelos abandonan el hogar en número creciente, sólo un 9% de las familias españolas comparte su casa con los abuelos y 800.000 ancianos viven solos, casi el doble que hace unos años"12. En tal situación es claramente positivo lo que puede Page 88 aportar la nueva Ley de Dependencia, a la familia y a sus mayores, complementando el enfoque familista. Este enfoque, superando fórmulas rígidas o fijadas, entiende la familia como grupo un humano que procura la realización de sus miembros, que intercambia apoyos afectivos y materiales, y donde las relaciones se negocian. En el ámbito que aquí más nos preocupa supone flexibilizar los roles familiares para atender a los mayores que viven independientes y que son atendidos y supervisados en sus propios domicilios además de mantener con ellos un fluido contacto telefónico. En otras palabras, la familia se encuentra con crecientes problemas para poder atender adecuadamente a sus mayores, lo que hace incrementar el uso de residencias, con diferentes fórmulas de financiación, para solucionar algunas situaciones. No olvidemos que el 87% de los ancianos/as viven solos, pero no desatendidos por los familiares. Entre tanto, la familia que cuenta con escasos apoyos (por familia numerosa, 3 hijos), para los discapacitados, con servicios de ayuda difíciles (parciales y caros), es el mayor "hospital" del país para impedidos, convalecientes, discapacitados, drogadictos y enfermos13. Añadamos también que crece el número de personas mayores que mueren solos en casa14

Los cambios acaecidos en la familia y en el mundo laboral obligan a reflexionar desde el ámbito de los Servicios Sociales. Son muy diversas las situaciones que generan y consolidan formas de vivir diferentes que requieren nuevos servicios y apoyos. Entre los apoyos y servicios podemos mencionar la existencia necesaria de guarderías para niños de 0 a tres años en lugares estratégicos y Centros de Día así como residencias que cubran los más largos períodos de las personas mayores hasta que no pueden valerse por sí mismas. La escasa gama existente de los espacios citados no se adapta suficientemente a las necesidades de las familias y se pide más lugares y más especializados espacios donde atender a nuestros mayores. Haremos una mención especial de las residencias para personas dependientes en las que "muchos de los profesionales que trabajan en ellas no suelen esperar nada de los internos, salvo tal vez que no se quejen excesivamente, que responsan bien a los tratamientos que les administran para sus dolencias, que alcancen pequeñas cotas de rehabilitación, que ingieran el alimento que se les proporciona, y que algún día mueran. Y los residentes -al menos algunos- son conscientes de ello"15. Parece ser que la dignidad y valor de las personas es otro asunto. Como indica Ramón Bayés, los ancianos son reales, concretos, ¡están ahí! No sólo hay que proporcionarles confort sino procurar que su biografía no se dé por terminada al jubilarse o al ingresar en una residencia. La vida de muchos de ellos puede ser todavía -en parte dependen de nosotros- una vida que merezca ser vivida.

Los servicios sociales: protagonistas de la nueva ley de dependencia

Ante la nueva Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia son los Servicios Sociales y los Servicios Sociales Comunitarios los que consideramos protagonistas del éxito de la citada Ley16.

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La atención de las personas dependientes en España tiene que ver con el proceso de envejecimiento demográfico, la escasez de recursos sanitarios y sociales y la utilización de recursos de los Servicios Sociales Comunitarios destinados a toda la población. El proceso de envejecimiento incrementa las necesidades de cuidados y atención. Exactamente estamos hablando de 7.404.260 personas mayores de 65 años (16,8% de un total de 43.995.097 personas), siendo el 9% de la población el porcentaje de personas con alguna discapacidad o con limitaciones que han causado o pueden llegar a causar discapacidades. Sin embargo, únicamente el 6% de las familias que cuidan a personas mayores se benefician de los Servicios Sociales formales diversos, teniendo en cuenta que suele ser la propia familia quien asume principalmente el cuidado de sus mayores y desea seguir haciéndolo, aunque reciba servicios como el SAD. Es más, "todavía se continúa "castigando" a las familias más generosas y abnegadas tanto en el acceso a los servicios como en el modo de intervención social" según el Libro Blanco de Atención a las Personas en Situación de Dependencia en España.

A continuación, mostramos dos significativas tablas que, aunque limitadas a las Comunidades Autónomas de Aragón y Andalucía, nos indican la elevada coincidencia de los Servicios Sociales más solicitados en ambas Comunidades Autónomas, e igualmente coincidentes con las demandas por sectores que nos ha indicado el Plan Concertado.

Los Servicios Sociales más demandados según los profesionales aragoneses encuestados son: el servicio de ayuda a domicilio (56"3%), seguido de la información y orientación (36"2%). Con un 27% es nombrada la ayuda en general a los mayores, superior al 21"8% que suponen las prestaciones económicas. Un 13"8% obtiene la teleasistencia y un 9"8% las ayudas de urgencia. Porcentajes menores del 9% obtienen la intervención familiar, las ayudas a inmigrantes, las actividades de respiro y otros servicios.

Los Servicios Sociales comunitarios más demandados son: los servicios de ayuda a domicilio (56,5%), prestaciones económicas (46,9%), información y orientación (39,6%) y la ayuda general a los mayores (33,3%). Con porcentajes menores: intervención familiar (16,4%), ayuda a inmigrantes (15%), teleasistencia (11,6%), ayudas de urgencias, actividades de respiro y ocio y otros servicios.

Los datos son notablemente coincidentes porque los Servicios Sociales más demandados en ambas Comunidades son los del servicio de ayuda a domicilio (SAD) (56,3% en Aragón y 56,5% en Andalucía); la información y orientación (36,2% en Aragón y 39,6% en Andalucía) y la ayuda a los mayores (27% en Aragón y 33,3% en Andalucía) seguido de la teleasisencia (13,8% en Aragón y 11,6% en Andalucía). La más clara discrepancia se produce en los servicios de prestaciones económicas que en Aragón alcanzan el 21,8% y en Andalucía es el 46,9%.

La conclusión es clara en ambas Comunidades Autónomas: la identidad de los Servicios Sociales comunitarios se centra, desde la demanda en el SAD, Información-Orientación y ayuda a los mayores; hemos de añadir las prestaciones económicas en el caso de Andalucía.

Las conclusiones que acabamos de presentar en Aragón y Andalucía sobre demanda de Servicios Sociales comunitarios podrían extenderse en buena parte al resto de España. Por eso mismo detallaremos a continuación, algo más, aquellos servicios que son los más demandados en el conjunto de España y que los denominamos "servicios estrella".

Entendemos por servicios y prestaciones estrella en la red de Servicios Sociales comunitarios, aquellos de los existentes más demandados así como de las prestaciones concretas que conllevan directa o indirectamente. Servicios estrella que son escasos, que incluyen el copago y cuyas diferencias autonómicas en las condiciones de acceso son notables, a excepción de la prestación básica de Información y Orientación.

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Antonio Gutiérrez Resa: Calidad y futuro de los Servicios Sociales de base en España 17

Queremos destacar, en primer lugar, la importancia que adquiere la prestación básica de Información y Orientación. Esta prestación da respuesta a las demandas de los ciudadanos de acceder a diversos recursos sociales y ejercitar sus derechos en un marco de igualdad de oportunidades. "Supone garanti-Page 91zar el derecho de la población, individuos, grupos e instituciones, a disponer de medios para conocer tanto los derechos que pudieran corresponderles, como los recursos sociales existentes para dar respuestas a las necesidades socialmente reconocidas como objeto de protección social, y de recibir, asimismo, el adecuado asesoramiento para poder canalizar de forma eficaz sus demandas hacia lo diversos que la sociedad ofrece, posibilitando así la igualdad de acceso a los mismos"18.

La demanda de información, asesoramiento y orientación sobre cuestiones que tienen que ver con enfermedades, problemas familiares, tramitaciones diversas, existencia de servicios-prestaciones es muy importante. Precisamente porque los Servicios Comunitarios son universales y polivalentes es por lo que acuden numerosos ciudadanos que demandan información y prestaciones de otras áreas de protección social (pensiones, vivienda, Seguridad Social, educación, etc.). La práctica de esta prestación hace que se haya convertido en una puerta de entrada a recursos sociales de la comunidad, valorando y canalizando las demandas en función de la situación socio personal del usuario. Hasta tal punto es así que la formación y experiencia de los profesionales (Trabajadores Sociales) es crucial en este servicio. En los últimos trece años (1990-2003) se ha pasado de 1.004 usuarios a 3.969.860 personas. Y ya hemos visto que es la familia junto a los mayores uno de los sectores que más demanda las prestaciones básicas enumeradas. Precisamente en estos dos últimos casos los trabajadores sociales suelen actuar asesorando a familias que "se sienten perdidas" a la hora de encontrar soluciones, saber solicitarlas y organizarse con posterioridad.

Si la información y orientación es una de las prestaciones más demandadas por la familia y personas mayores, hemos de añadir que son precisamente las familias, y sobre todo las mujeres, las que cuidan mayoritariamente de ellos, de las personas mayores. En tal sentido, la citada prestación ha de abarcar muchas y diferentes situaciones y problemas, que deben analizarse y evaluarse para proceder de modo acertado en cada caso concreto. Así, especialmente los cuidadores han de sentirse apoyados proporcionándoles conocimientos, habilidades y estrategias para sí mismos y para el resto de potenciales cuidadores de la familia.

El Servicio de ayuda a domicilio (SAD) es otro de los servicios estrella en el conjunto de prestaciones de los Servicios Sociales comunitarios. No sólo se trata del servicio que acapara el 73% del gasto total de las prestaciones del Plan Concertado y que el 90% de los usuarios son personas mayores, sino que constituye una prestación crucial para servir de enlace con los Centros de Día y los Centros residenciales. Quiere decirse que en el SAD confluyen o llegan derivaciones socio-sanitarias, que no están siendo controladas por los Servicios Sociales comunitarios, quedando constancia de la urgente necesidad de coordinación entre los Servicios Sociales comunitarios, los Centros de Información/evaluación para discapacidades, equipos especializados de soporte, y los Centros de Atención Primaria de Salud, principalmente. En los Centros de Servicios Sociales comunitarios se evalúan-tramitan las situaciones de los mayores de 65 años para otorgarles el SAD, mientras que en el caso de los que no alcanzan los 65 años han de presentar el certificado de minusvalía/discapacidad para iniciar la tramitación.

El SAD sigue siendo una asignatura pendiente, por escasa y poco diversificada, al mismo tiempo que se la considera una de las prestaciones básicas de los Servicios Sociales comunitarios19. Esencialmente el SAD con-Page 92siste en ofrecer una ayuda personal y/o determinados servicios en el domicilio de ciertos individuos (personas mayores, discapacitadas, enfermas, familias desestructuradas, etc.) cuya independencia funcional se encuentra limitada o que atraviesan una situación de crisis personal o familiar. De este modo logran los usuarios unas condiciones básicas en su propio medio que les permiten mantener y aumentar su autonomía, así como mejorar su propia realización personal-social, de modo normalizado, en el contexto más próximo en el que se encuentran. Las prestaciones de apoyo pueden ser de carácter personal, doméstico, psicológico, social, educativo, rehabilitador o técnico para lograr realizar las actividades diarias. En la práctica, aquellas actuaciones del SAD incluyen servicios domésticos que tienen que ver con la alimentación, la ropa, la limpieza y el mantenimiento de la vivienda; servicios de carácter personal como los de compañía, apoyo e higiene personal, acompañamiento fuera del hogar para realizar gestiones diversas, así como facilitar actividades de ocio en el propio hogar; ayudas técnicas y adaptaciones del hogar, como acondicionamiento de la vivienda, teleasistencia y otras ayudas técnicas que puedan presentarse. En el caso de las ayudas técnicas, sobre todo para mejorar la autonomía y reducir la dependencia, se trata de hacer extensibles las tecnologías del mercado general, de realizar entornos adaptables con poco esfuerzo y coste reducido así como avanzar en el desarrollo de tecnologías de apoyo y tecnologías de rehabilitación.

La teleasistencia, como servicio complementario del SAD, atiende a 148.905 usuarios, alcanza el 2,05 de cobertura en España, aunque Navarra y Madrid lo hagan con el 4,68 y 4,57, y Ceuta y Canarias con el 0,43 y 0,62 respectivamente. Los usuarios son mayores de 80 años (51%), que viven solos y mujeres (71%). El precio medio es de 21,13 -/mes sin copago y sin apenas diferencia de precios en las Comunidades Autónomas.

Los profesionales responsables del SAD suelen ser los trabajadores sociales de los Servicios Sociales y quienes establecen y coordinan las actuaciones, el seguimiento y resolución de problemas que provienen de los auxiliares de hogar; sin embargo los profesionales mayoritarios del SAD son los auxiliares de hogar o trabajadores de atención domiciliaria. Los trabajadores sociales, además de programar y coordinar a los auxiliares de hogar, lo hacen cuando en determinadas situaciones, que requieren del concurso sanitario, intervienen profesionales sanitarios (médicos y enfermeras). Incluso harán de intermediarios con otros familiares, vecinos y amigos, cuando el usuario de SAD no tiene familiares próximos a su hogar.

En términos cuantitativos hemos pasado de 112.797 usuarios del SAD y un índice de cobertura del 1,67 en el año 1999 a 228.812 usuarios y un índice de cobertura del 3,14 en el año 2004 con una atención horaria de 16,43 horas/mes en toda España (19,67 h/mes en 1991). El SAD y sus índices de cobertura varían notablemente en España: 7,41 en Extremadura y 1,67 en Comunidad Valenciana. Lo mismo sucede con la intensidad horaria con 29 y 25 horas mensuales en Galicia y País Vasco y en torno a las 10 horas de intensidad horaria en Andalucía, Aragón, Canarias y Navarra. El coste por hora oscila entre los 7,60 euros de Galicia y los 20,40 de Navarra, existiendo el copago.

Los usuarios del SAD son, sobre todo, mujeres (71%) y al mismo tiempo mayores de 80 años (52%); usuarios que reciben atención domiciliaria como tareas domésticas y, en menor medida, cuidados personales. Sin embargo, es en los cuidados personales donde la demanda parece crecer, exigiéndose la necesidad de adaptarse a las necesidades de las personas dependientes.

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Junto al SAD, los Servicios Sociales comunitarios colaboran estrechamente con Hogares y Clubes, así como con los Centros de Día que, en este último caso, progresivamente se van extendiendo en todas las Comunidades Autónomas. Se trata de servicios intermedios entre los hogares y las residencias para estancias definitivas. De entre la variedad de recursos, además de los citados, se pueden mencionar las estancias temporales en residencias, estancias de día o de noche en centros geriátricos y vacaciones para personas dependientes, entre otros20.

Los Hogares o Clubes (centros Sociales) aglutinan a 3.528.376 socios en 3.588 centros en toda España, con un índice de cobertura del 48,49, aunque en Ceuta y Navarra la cobertura es del 100 y 87,57 respectivamente, mientras que el índice de cobertura en Canarias es 10,48.

Los Centros de Día dan un servicio sociosanitario y de apoyo familiar que ofrece durante el día atención a las necesidades personales, terapéuticas y socioculturales de las personas con diferentes grados de discapacidad promoviendo la permanencia en su entorno habitual. De este modo se pretende desarrollar unas condiciones de vida dignas entre usuarios y familiares, permitiendo que puedan seguir trabajando y asumiendo sus otras responsabilidades familiares, así como lograr un mayor nivel de autonomía. Y aunque las definiciones pueden variar, existe una serie de constantes que deben tenerse presentes: se atiende especializadamente y de manera ambulatoria a personas mayores, al mismo tiempo que se apoya a la familia y se la descarga. Fuente: Comunidades Autónomas, Ciudades Autónomas y Diputaciones Forales. Libro Blanco sobre Dependencias21

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En los Centros de Día se prestan unos servicios básicos (transporte accesible, manutención y asistencia en las actividades de la vida diaria), terapéuticos (atención social y psicológica, terapéutica ocupacional y cuidados de la salud), y servicios complementarios (peluquería, podología, cafetería y otros).

Aunque es muy escaso el número de Centros de Día en España, se contabilizan 1.756 centros (públicos y privados), con 33.709 plazas y el 0,46 de índice medio de cobertura. Claro que el 41% de los centros son públicos y el 59% privados. Las diferencias entre las Comunidades Autónomas señalan a Madrid y Cataluña el mayor número de plazas ( 5.842 en Madrid y 10.929 en Cataluña) e índices de cobertura (0,70 en Madrid y 0,95 en Cataluña); sin embargo Galicia (0,18), Castilla-La mancha (0,24), Baleares (0,24) y Canarias (0,23) tienen los índices más bajos.

El coste anual de un Centro de Día público alcanza los 6.400 euros, existiendo diferencias entre las Comunidades Autónomas: mientras en Melilla el coste es de 900 euros, en Canarias y País Vasco son 11.000 y 12.000 euros respectivamente. Existe copago por parte de los usuarios y varía entre el 20% y 30%.

Mayores y familia en el futuro de los servicios sociales

Entendemos que no pueden separarse fácilmente mayores y familia de la evolución, del futuro de los Servicios Sociales, especialmente los públicos. En este sentido, la Ley de Dependencia sale al paso de las dificultades que padecen las familias cuando tienen que cuidar de sus mayores y al mismo tiempo conciliar la vida familiar y laboral. Por otra parte, el aumento de la esperanza de vida, el descenso de las tasas de fecundidad así como del empleo y del crecimiento económico, ponen en entredicho el aumento de las pensiones y la financiación pública de los Servicios Sociales para mayores22.

Los Servicios Sociales comunitarios han de aumentar su complejidad, han de albergar especificidades como la atención a la autonomía y discapacidad de las personas mayores, entre otras; han de identificar con claridad los servicios que ofrecen, han de coordinarse con los Servicios Sociales especializados, y con otros servicios como los sanitarios; han de aumentar el número de sus profesionales, han de formar a los trabajadores que desempeñen las funciones de atención directa a las personas discapacitadas, han de flexibilizar los horarios de atención, se han de utilizar las nuevas tecnologías para tramitar y hacer el seguimiento detallado de los usuarios, se ha de cuidar la atención humana especialmente porque las personas mayores no esperan que les atiendan como en una agencia de viajes sino que les acompañen; se ha de incentivar especialmente el voluntariado de mayores, se ha de promover la participación de los mayores tanto en el ámbito del voluntariado como en aquellas actividades manuales que sean de interés social; se han apoyar aquellas formas de convivencia entre mayores que viven solos (20%) y que comparten un piso con otros mayores o con estudiantes; se han de sufragar desde los Servicios Sociales públicos los gastos del uso de tecnologías que palíen la soledad o favorezcan la autonomía física de los mayores.

Es un hecho que el número de personas mayores de 65 años va a ir en aumento. Si en la actualidad estamos hablando de algo más de siete millones de personas mayores, en el año 2010 podríamos alcanzar los ocho millones. Añadamos que las condiciones físico-Page 95mentales con las que llegan los mayores a los 75 años son mejores que antaño, iniciándose el declive a partir de la citada edad. No olvidemos tampoco que las personas mayores están en condiciones de desarrollar una mayor actividad, pudiéndose planificar programas y acciones más adaptadas a las necesidades de los mayores. Además de cuidar de los nietos, participan en entidades del voluntariado (12%), les gusta viajar, hacer deporte, manualidades y cursos de formación.

La situación actual y venidera de los mayores, así como las transformaciones familiares que ya se están produciendo para atenderles, requieren de nuevos y más complejos servicios que puedan satisfacer sus pretensiones. Los Servicios Sociales habrán de combinar el ocio de los mayores, sus deseos de participación, su autonomía, los horarios habituales de sus familias así como el deterioro físico-psíquico. Para lo que decimos, la familia ya está realizando transformaciones que apuntan a mantener la institución familiar y la conciliación de la vida privada familiar y laboral. Si de lo que se trata es de atender a los mayores, es imprescindible disponer de horarios flexibles que permitan mantener contacto con los familiares dependientes; igualmente es necesario flexibilizar las relaciones laborales, los lugares de trabajo y las prestaciones sociales de la empresa. Por eso mismo la familia busca diversas fórmulas, como la cooperación familiar y los trabajos a tiempo parcial. Aun así no es suficiente el esfuerzo familiar para solucionar los problemas, y son los servicios que ofrece el mercado así como los Servicios Sociales públicos quienes deben tener presente el conjunto de circunstancias que pueden orientarnos en la solución de los problemas23.

Para afrontar las demandas que venimos detallando de los mayores y de sus familias contamos con una red de servicios socio-sanitarios públicos. Aquí nos referiremos a los Servicios Sociales Comunitarios públicos (SSC). Durante años ha existido el tópico de que en los SSC todo se reducía a la existencia de un trabajador social. Han pasado los años desde 1987-88; años en los que se crea la red básica de Servicios Sociales comunitarios. El cambio de la sociedad, de los problemas sociales, ha generado la necesidad de dotar de más profesionales y de un mayor nivel de coordinación para atender las demandas de los usuarios. En este apartado veremos que se pone de manifiesto la necesidad de un mayor número de profesionales ante el volumen de usuarios que tienen que atender y la insuficiencia del horario; no obstante existe interés por parte de los Ayuntamientos en la materia que nos ocupa. Materia muy burocratizada, con escasa coordinación por falta de estrategia y escasa descentralización. Materia cuyas prácticas más habituales se reparten entre la planificación-gestión y la improvisación; y materia en cuyo desarrollo es clave el voluntariado así como la necesidad de los Consejos Locales y Sectoriales. Añadir que aunque disponen de ordenadores no están dotados de los programas necesarios para facilitar el desempeño de la profesión.

Un 63"2% de los profesionales que componen la muestra en Aragón considera que no hay suficientes profesionales en los Servicios Sociales Comunitarios. Un 36"8% considera que sí son suficientes, al menos en sus centros de trabajo. En Andalucía el 73,3% manifiesta que no hay suficiente número de profesionales para atender a las demandas que se plantean en los SSC, frente a un 26,7% que ha manifestado que sí son suficientes los profesionales que hay en los SSC. Antonio Gutiérrez Resa: Calidad y futuro de los Servicios Sociales Comunitarios en España24

En el caso concreto de Andalucía, y según el Informe del Defensor del Pueblo Andaluz, el 58% de los Trabajadores Sociales indica en sus respuestas que son muy necesarios y el 22% que son necesarios en Andalucía. En tal caso, en torno al 80% de las respuestas indican como necesaria y más que necesaria la incorporación de trabajadores sociales. Y en el caso de Aragón, ya hemos dicho que un 63,2% de los trabajadores sociales indica que no son suficientes en número para atender las demandas que se les plantean25. El porcentaje de trabajadoras sociales es superior al opinar que sí hay suficiente número de profesionales para atender a las demandas que se plantean en los SSC, el 29,4%, frente a un 8% de los hombres que opina lo mismo.

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[GRÁFICOS DISPONIBLES EN PDF ADJUNTO]

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Antonio Gutiérrez Resa: Calidad y futuro de los Servicios Sociales Comunitarios en España26.

Lo que se pone de manifiesto es que en Andalucía responden entre el 73,3% y el 80% a una mayor necesidad de trabajadores sociales; en Aragón, al menos son diez puntos menos el porcentaje de los que indican que no hay suficiente número de trabajadores sociales para atender las demandas. En semejante situación nos deberíamos plantear si gradualmente se implantan horarios de tarde, o bien se amplía el número de trabajadores con el horario existente de mañanas. Así las cosas, es más que necesario reflexionar sobre el excesivo volumen de trabajo que soportan los profesionales y la necesidad paralela de avanzar en complejidad de intervención y eficiencia. Precisamente el desarrollo de la Ley de Dependencia va a poner a prueba la necesidad de aumentar el número de profesionales de trabajo social para hacer frente a las nuevas exigencias, incluidas las burocráticas.

Observamos que en Aragón un 78,2% de los encuestados creen que existe un nivel excesivo de burocracia, frente a un 21,8% que opina que no. En el caso de Andalucía es el 80,8% de los encuestados quienes nos indican el exceso de burocracia frente al 19,2% que indican que se produce semejante exceso.

A la vista de los resultados es inevitable recordar lo que planteábamos en la introducción: una gestión burocratizada de los Servicios Sociales, al tiempo que pone en tela de juicio el modelo de dirección-gestión de los actuales Servicios Sociales en España. En tal sentido es conveniente recordar los comentarios que hace Richard Sennet sobre la dirección práctica que adopta Arendt: "ningún Estado del Bienestar moderno debería operar sobre la base de principios cristianos de este tipo. La finalidad de la protección social es hacer el bien al receptor; los sentimientos del donante deberían quedar fuera de la cuestión. Es una razón por la que Arendt, cuando la conocí, filósofa ya anciana, habló con tanta amargura de su antigua profesión; pensaba que los asistentes sociales eran una tribu obsesionada por una terapia personal e incapaces, dejando de lado esa auto implicación, de responder a la pregunta: "¿Por qué me ayudas?" El mejor Sistema de protección social, imaginaba esta autora, sería una transacción contable que no implicara relaciones subjetivas"27. El texto que hemos presentado es precisamente lo que ha inspirado a buena parte de los reformadores del sistema de bienestar el desempeño de algunas funciones. Las funciones a que nos referimos son aquellas que tienen que ver directamente con la Page 98 tramitación-concesión de rentas mínimas, ayudas económicas de urgencia, y otras de índole semejante. En tal sentido, la idea es que se conceda el dinero y que la gente haga con él lo que crea conveniente. Por eso mismo toda abreviación burocrática o sustitución de la misma por tramitación centralizada informática sería todo un adelanto.

Cuando los trabajadores sociales indican con tanta claridad el exceso de burocracia, quiere decirse que, tanto les falta tiempo para realizar su auténtico trabajo, como que la burocracia existente puede realizarse de otro modo técnicamente o suprimirse en buena medida. Desde hace años venimos oyendo que el Trabajo Social se ha burocratizado y reducido a mera gestión-tramitación de papeles, de modo que tal situación no favorece el ejercicio de la profesión de Trabajo Social.

Lo que se pretende con prestaciones burocratizadas es que no exista la posibilidad de emitir juicios humanos y respuestas a las necesidades planteadas. De este modo se preserva la dignidad humana y se evitan posibles daños o sufrimientos a las personas objeto de la prestación personal. La contrapartida es clara: dignidad sin compasión. Pero claro, si las cosas no son siempre como deberían ser, porque no todo funciona con justicia, a tiempo, perfectamente, entonces ¿qué hacer; esperamos a que llegue aquella mientras ensanchamos la desigualdad con ciertas limitaciones? La respuesta la tiene la gente. Queremos decir que se trata de saber si la gente acepta o no las prestaciones sociales como una función neutral, burocrática, o prefiere por el contrario un esfuerzo profesional que apunte a objetivar más y mejor las condiciones personales, subjetivas de los usuarios.

Además de la exigida burocracia en la oferta de los servicios, se debe tener presente el número de usuarios atendidos. Los encuestados en Aragón por el número de usuarios atendidos diariamente responden que: un 32"2% atiende entre 5 y 10 personas cada día, siendo el grupo de mayor porcentaje. Un 21"3% atiende entre 10 y 15 personas, mientras que los que atienden menos de 5 o más de 15 no superan el 10%. Un 20% de los encuestados no ha sabido decir un número de usuarios que atiende diariamente, en algunos de los casos, por ser un número muy variable dependiendo del día.

[NO INCLUYE TABLA]

Antonio Gutiérrez Resa: Calidad y futuro de los Servicios Sociales Comunitarios en España28

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El 25,5% de los trabajadores sociales de Andalucía declara que suele atender menos de 5 usuarios, el 37,7% manifiesta que suele atender entre 6 y 10. El 22,1% declara que atiende entre 11 y 15 usuarios y el 6,4% entre 16 y 20. El 8,3% restante suele atender más de 20 usuarios diariamente. La provincia con menos usuarios atendidos diariamente en su despacho es la de Málaga, el 46% declara atender menos de 5 usuarios. La provincia que atiende más usuarios es Granada, el 18,2% declara que suele atender más de 20 usuarios en su despacho. Además, Granada mayoritariamente suele atender entre 11 y 15 usuarios. Las demás provincias suelen atender entre 6 y 10 usuarios en su despacho.

La relativa coincidencia se produce en los porcentajes de trabajadores sociales aragoneses y andaluces que dicen atender entre 5-10 usuarios al día; y mayor coincidencia entre quienes atienden entre 11 y 15 usuarios al día. La clara discrepancia se aprecia en el porcentaje de quienes atienden a menos de cinco usuarios, ya que alcanza el 25,5% de los trabajadores sociales de Andalucía y no llega al 10% de los trabajadores sociales en Aragón. Debemos añadir que desconocemos el tipo de atención que se les ha dispensado por parte del profesional del trabajo social. Queremos decir que no podemos llegar a precisar si se trata de un primer contacto o de hacer una entrevista en profundidad o bien hacer un seguimiento, entre otras tareas como las propias de gestión tramitación.

La actual radiografía de los Servicios Sociales comunitarios es importante que la sepamos para afrontar la nueva oferta que supone la Ley de Dependencia. Por eso consideramos fundamental hacer una síntesis de la misma que exponemos a continuación y puede marca el futuro de los citados servicios en relación con los mayores y la familia.

Conclusiones sobre los SSC en Aragón y Andalucía

Las conclusiones29 a las que llegamos en la investigación sobre los SSC en Aragón y Andalucía son las siguientes30:

  1. Los usuarios identifican los SSC según los trabajadores sociales como servicios sociales para todos sin ningún tipo de distinción, aunque sobresale el perfil de las prestaciones económicas así como servicios por colectivos o sectores.

  2. Lo que parece quedar claro es que a los SSC les falta identidad; y eso que los identifican como acceso o puerta de entrada, también como prestaciones o como servicios de atención primaria.

  3. Podemos clarificar algo más la identidad en función de la demanda que hacen los usuarios de los SSC; en tal caso es el SAD, la Información-Orientación y la ayuda a los mayores, así como las presta ciones económicas en el caso de Andalucía, lo que perfila mejor la identidad de los SSC.

  4. Los colectivos por los que se identifican más los SSC son todos los colectivos y más específicamente los mayores.

  5. La calidad de los SSC es aceptable si partimos de la relativa utilización de los mismos. Más exactamente los valoran mucho-bastante un 37,5% y poco-nada un 25,9%. Es interesante añadir que un 36% no contesta-no sabe, lo que nos permite abrigar esperanzas de que, supuestamente si los llegan a utilizar, darán al menos su opinión sobre la calidad de los servicios que han utilizado.

  6. Los profesionales de los SSC son mujeres en su mayoría (más del 80%) y llevan de media más de cinco años desempeñando la profesión de trabajador/a social.

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  7. Los trabajadores sociales desempeñan su trabajo en buenas condiciones laborales y sin sentirse solas; no obstante atienden a un número de usuarios que sobrepasa los cinco y alcanza los quince usua rios por día.

  8. Los trabajadores sociales en sus prácticas profesionales ejercen, sobre todo, la gestión así como el seguimiento de los casos que atienden.

  9. Aunque indican la necesidad de otro tipo de profesionales para el desempeño correcto de sus funciones profesionales, se sienten bastante satisfechos en el ejercicio de su profesión.

  10. Existen algunas interferencias de carácter político además de una escasa coordinación con las diferentes Administraciones.

  11. Los Ayuntamientos manifiestan un claro interés por el desarrollo de los SSDB.

  12. El exceso de burocracia y la falta de un mayor número de profesionales de trabajo social, generan en los SSC excesiva presión y disminuyen la eficacia de los mismos.

  13. Consideran imprescindibles a los voluntarios como personas que participan en la estructura de los SSC junto a los trabajadores sociales y otros profesionales.

  14. La calidad de los SSC es más que aceptable, aun cuando sabemos que son todavía poco conocidos y escasamente utilizados por el conjunto de los ciudadanos.

  15. Los trabajadores sociales que no ven la necesidad de cambiar de centro, dicen adolecer de algunos conocimientos (formación continuada y sobre inmigración) y con división de opiniones sobre estar bien pagado.

  16. El horario de que disponen los SSC no es suficiente; la centralización-descentralización divide a los profesionales; disponen de ordenadores la casi totalidad de los trabajadores sociales, e indican la necesidad de los Consejos Locales y Sectoriales.

Propuestas de planificaciónactuación desde los servicios sociales comunitarios

En las páginas anteriores se han ido exponiendo las luces y sombras de los Servicios Sociales como soporte de la aplicación de la Ley de Dependencia. Ahora señalaremos algunas propuestas de planificación y actuación de los Servicios Sociales comunitarios a la luz de la experiencia española y de otros países europeos como Francia, Países Bajos, Dinamarca e Italia, Alemania y Reino Unido.

Es tan importante aumentar los efectivos materiales y humanos de la red de Servicios Sociales Comunitarios y especializados como definir con la máxima claridad la disponibilidad y tramitación de la demanda según criterios claros y al mismo tiempo flexibles. En Francia, los Servicios Sociales que tienden a homogeneizar un campo muy diverso son percibidos por los usuarios de modo específico. Los perciben igualmente lentos, faltos de plazas, con criterios excluyentes e insuficientes, además de aplicar controles exigentes, sobre todo con las ayudas financieras. El trabajador social constituye la figura emblemática. "Aun que en un momento u otro todos podríamos encontrarnos afectados por lo que es a menudo calificado de "accidentes de la vida", se entiende que estas situaciones están fuera de la norma. Desde este punto de vista, la posibilidad para uno mismo de verse algún día afectado por ello parece poco probable: los que tienen la necesidad de los Servicios Sociales, son los otros... A las distintas modalidades de intervención se encuentra asociada una determinada escala en relación a la norma, o más bien una relación a la normalidad. Se entiende que una enfermedad larga, o más aún, una discapacidad pertenecen a otro mundo fuera de la norma o extraño"31. En consecuencia, los Servicios Sociales franceses tratan de responder lo mejor posible a un "accidente de la vida" Page 101 persiguiendo el mantenimiento o la reinserción en la sociedad, para quienes se encuentran, de un modo u otro, al margen del funcionamiento social. Surgen nuevas necesidades que requieren nuevas respuestas, es el caso de España, como la ayuda a domicilio para personas más o menos dependientes, en particular de la tercera edad.

No debe descuidarse el control de la calidad de los Servicios Sociales públicos y privados, quedando claro que no debe disminuir lo público como compromiso común. Es en los Países Bajos en donde se mantiene la combinación de libre mercado y regulación social por el Estado. Los profesionales, el Estado, compañías de seguros y clientes asumen que los Servicios Sociales ocupan un lugar en el mercado, haciendo hincapié en la gestión de los costes por las compañías y del control de calidad por organizaciones independientes de investigación como NIVEL o Trimbos Institute y ZonMw, que desarrollan la calidad del cuidado desde la óptica del paciente. Ahora bien, en la práctica el mercado de Servicios Sociales a veces parece una jungla para los clientes, al tiempo que es difícil encontrar información sobre la calidad de los servicios prestados. Tampoco es inusual que los clientes se muestren violentos con los profesionales de los servicios sociales. Existe el proyecto netclienten que ya funciona hace más de diez años y que mediante Internet los clientes tienen el poder de la información y comunicación pudiendo resistir así al poder que los profesionales y las empresas de seguros tienen con sus sistemas de evaluación computerizados. De esta manera pueden decidir cuidadosamente su opción acerca de los Servicios Sociales. En la actualidad se trata de redefinir los roles de los actores buscando la cooperación del sector estatal con la iniciativa privada para configurar una manera de entender lo público como compromiso común32.

La aportación de los usuarios es imprescindible en los Servicios Sociales comunitarios, de tal manera que sean usuarios pero también coproductores de los mismos participando en las planificaciones-decisiones que les afectan. Precisamente este importante aspecto es subrayado, por ser relativamente escaso, en los Servicios Sociales daneses públicos; los servicios privados pueden atender al 5% de las personas mayores. Las personas mayores dependientes denuncian que los trabajadores sociales no tienen tiempo para hablar ni para tomar café, dada la precisión de los horarios, los ordenadores de mano y los sistemas definición de asistencias que los consideran exagerados y poco fructíferos a la hora de asistir. "Ya no es como antes, le dicen, cuando los trabajadores sociales eran casi como una plantilla de esclavos". Ahora bien, también es cierto que las tecnologías están siendo pagadas por la administración pública que, visto a largo plazo, incluso están ahorrando dinero ya que no tiene que pagar tantas horas a los trabajadores que van a ayudar a las personas que no pueden valerse por sí mismas. Lo mismo sucede con los taxis de barrio que acercan a los centros de día a las personas mayores. Lo que parece importante es que las personas mayores conozcan a los trabajadores sociales con cierta asiduidad de modo que su presencia continuada y que sea distendida. En otras palabras, que se desarrolle un sistema de planificación por profesionales, pero de tal manera que los usuarios sean los prestadores de esos servicios planeados por los profesionales. De este modo la función de planificación por profesionales ve reducida a facilitar y apoyar la habilidad de los usuarios para planificar y para prestar los servicios de asistencia,33.

Es importante aclarar que la coordinación de los servicios sociales y sanitarios ha de corre a cargo de los trabajadores sociales en Page 102 aquellos casos en los que el peso de los aspectos sociales sea evidente; y en aquellos otros en los que prevalezca lo sanitario la coordinación-supervisión ha de ser conjunta de tal manera que lo reflejen los protocolos. El aspecto que señalamos parece reflejarlo los Servicios Sociales para ancianos existentes en Italia que apuntan, sobre todo a sostener la autonomía de los usuarios. Disponen en Italia de indemnización económica mensual del acompañante, del Servicio de asistencia para ancianos (SAS) y también para personas no autosuficientes según la Ley 328/2000; está prevista también la "asistencia domiciliaria integrada", que prevé el suministro de las prestaciones sanitarias y sociales a través del concurso integrado y coordinado de los diversos sujetos, que llevan diversas competencias. Queda incluido en la asistencia domiciliaria integrada los "salarios de ayuda emitidos a las familias", así como el salario para atención de los ancianos y a los discapacitados graves. Igualmente las estructuras semi residenciales están orientadas a ayudar a las familias en la atención al asistido, mientras las estructuras residenciales lo hacen con las personas ancianas que no pueden atenderse a domicilio. En la mayor parte de los casos, las estructuras para los ancianos son gestionadas por las instituciones públicas de asistencia y beneficencia o desde los sujetos autónomos, en particular, las cooperativas sociales34. Podemos añadir la fuerte tendencia a utilizar las nuevas tecnologías en los servicios socio-asistenciales. Nos referimos exactamente a la telecompañía, la teleescucha, la telealarma, la teleayuda, etc, 35.

La participación comunitaria es otro de los aspectos que merecería la pena recuperar en el ámbito de los Servicios Sociales y a través de la red de Servicios Sociales comunitarios. Los cambios sociales a los que hemos hecho referencia han provocado una gestión individualizada de los Servicios Sociales, impidiendo una puesta a punta de la dimensión comunitaria de los Servicios Sociales y del trabajo social. Pues bien, lo que se propugna desde Alemania desde el Colectivo Villa 32, en Berlín-Wedding es que el trabajo en los barrios de las ciudades y del Centro social sea un lugar para la organización social y política. Un lugar de comunicación e intercambio de realidad social, que puede ofrecer posibilidades de articulación y organización, precisamente en los barrios urbanos, sobre todo. Claro está que, no existe una coincidencia de los Centros de Trabajadores (Workers Centers) de Los Ángeles y Nueva York así como de los Centros sociales de Italia, con los Centros de Servicios Sociales de Base; sin embargo son perfectamente adaptables a las exigencias que nos sugiere el Colectivo 32 en Berlín- Wedding. Para el Colectivo 32 el lugar del Centro Social se entiende no solo en su sentido espacial, sino que el sitio constituye una condición importante para el trabajo conjunto. Luego el rol de los Servicios Sociales y del trabajo social también puede incluir que sean los Centros de Servicios Sociales lugares de comunicación e intercambio de realidad social, que pueden ofrecer posibilidades de articulación y organización precisamente en los diferentes barrios de las ciudades. Se trata de dinamizar la conciencia colectiva, la identificación con el barrio, de modo que se pueda llegar a cambios que desemboquen en no aceptar simplemente la realidad social como tal, sino oponerse a las dificultades estructurales36.

La diversidad de dispositivos locales para afrontar las necesidades actuales y las por Page 103 venir, así como la necesaria definición de los mismos, exige una reconsideración de aquellos roles que han de desempeñar los diversos profesionales que intervienen en los procesos de cuidados. En tal sentido se ha de insistir en la capacidad que debe dárseles a los usuarios para que sean capaces de sentirse más libres, más autónomos. Por eso mismo se han de conocer las diversas teorías del comportamiento humano y los sistemas sociales existentes, para de este modo intervenir eficazmente en el contexto o entorno en el que se desenvuelven los usuarios. Lo que acabamos de plantear es una preocupación de los centros de recursos comunitarios ingleses en los que los profesionales organizan sus actuaciones según niveles de necesidades y complejidad de las mismas para intervenir directamente o de forma coordinada con otros profesionales cuando se trata de atender a personas discapacitadas según diversos niveles. Precisamente en el terreno de las discapacidades debemos distinguir entre los profesionales que intervienen más directamente: como enfermeras, auxiliares de hogar, cuidadores familiares o voluntarios y trabajadores sociales. Estos últimos han de facilitar la coordinación entre los equipos de baremación de las discapacidades y los diversos profesionales que intervienen en el proceso de cuidado diseñado por ellos. En todo el proceso señalado se ha de salir al paso de la exigencia burocrática que ha de estar progresivamente monitorizada, de las exigencias de los profesionales que cuidan directamente d los usuarios y de los profesionales que coordinan el proceso. En este último caso, los trabajadores sociales han de cuidar especialmente de la parte más sensible de los usuarios, de tal manera que no se confundan los roles37.

Añadamos, para concluir: la exigencia de que los Servicios Sociales comunitarios planifiquen y detallen las acciones a seguir, corre paralela con una definición, lo más precisa posible, de los roles de los diferentes profesionales que intervienen. Al mismo tiempo se han de ir elaborando el conjunto de especificidades que han de albergar los Servicios Sociales de Base. Queremos decir que los Servicios Sociales comunitarios se están convirtiendo en pilar fundamental de la estructura pública que atiende las necesidades sociales de los ciudadanos y deben ofrecer paquetes coordinados para solucionar necesidades específicas complejas. Sin embargo, la realidad es que, por el momento, se adolece de cuadros de profesionales específicos para atender a mayores, discapacitados, niños, familias, inmigrantes, etc,. Habrán de seguir siendo Servicios Sociales comunitarios pero al mismo tiempo específicos, en tanto no demuestre la práctica que determinados servicios puedan pasar a ser especializados. Junto a lo que decimos se han de jerarquizar las responsabilidades en función de la titulación y de los años de experiencia para de este modo ordenar el tráfico de las intervenciones.

En el ámbito de la actual Ley de Dependencia, son los Servicios Sociales Comunitarios públicos los que mejor pueden cumplir con la planificación y acción que se exigen para atender el proceso de información, evaluación compartida sobre los niveles de discapacidad, asignación de recursos y seguimiento de los casos de las personas que los soliciten. En tal sentido, parece haberse recorrido un largo camino desde los fallidos intentos de antaño de promulgar una Ley nacional de Servicios Sociales. Pues bien, al cabo de los años hemos llegado a calibrar un interés común en toda España y que contempla con flexibilidad el conjunto de las personas dependientes y paralelamente el conjunto de las personas mayores. A partir de este momento, además de asumir la responsabilidad de cumplir la Ley de Discapacidad, se brinda una buena ocasión para aumentar y consolidar la complejidad existente de los Page 104 Servicios Sociales de Base. Y por añadidura estamos en condiciones de mirar al futuro con la posibilidad de ordenar el conjunto de experiencias que se producen en este sector en toda España. Es imprescindible renovar los sistemas de información existentes de los Servicios Sociales de Base para poder disponer de esta manera de un material objeto de investigación y de aplicación en la red de Servicios Sociales Comunitarios en España. Existen motivos para confiar no sólo en el cumplimiento generoso de la Ley de Dependencia, sino también de aprovechar el momento para recomponer perfiles y roles profesionales que apuesten por la dimensión más humana de los usuarios.

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[1] Real Decreto 504/2007, de 20 de abril, por el que se aprueba el baremo de valoración de la situación de dependencia establecido por la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, publicado en BOE núm. 96 de 21 de abril de 2007. Se aprueba en los próximos días el Manual de Aplicación por el Comité Territorial del Sistema de la Dependencia.

[2] Estimamos que es en el ámbito de los servicios socio-sanitarios (residencias para mayores y SAD entre otros) para las personas mayores donde se desarrollan más aquellos trabajos que tienen que ver con la calidad/coste económico de las prestaciones; sector, el de los mayores, mayoritario en la demanda de Servicios Sociales, y en los que confluyen servicios sanitarios. Cfr. JOSÉ LUIS MARTÍNEZ ZAHONERO (2000): Economía del envejecimiento, CES, Madrid. Cfr. SETIÉN, Mª L. y SACANELL, E. (Coords) (2003): La calidad en los Servicios Sociales: Conceptos y Experiencias. Tirant Lo Blanch, Valencia; Cfr. FRANCISCO CÁNOVAS SÁNCHEZ y BALBINO PARDAVILA MARTÍNEZ (coordinadores): La gestión de la calidad en los Servicios Sociales, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. IMSERSO, Madrid.

[3] CIS. Barómetro de febrero de 2005.

[4] C. ALEMÁN, C. GARCÉS, J. y GUTIÉRREZ, A. (Coordinadores) (2003): Políticas sociales en la España de las Autonomías, I y II, Escuela Libre Editorial, ONCE, Madrid. CASTEDO, A. (Director) (2005): Atención a las personas en situación de dependencia en España, LIBRO BLANCO. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Madrid.

[5] La utilización de los Servicios Sociales, en la década de los 90, lo era por parte de los más necesitados y la "clase pobre", mientras que "la clase obrera presentaba un porcentaje menor que el correspondiente al conjunto y al de la clase media baja". Cfr. FOESSA. Cap. XI. P. 1833.

[6] Estudio sobre la situación de las familias en Aragón. Consejería de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón. 2005. Pendiente de publicación.

[7] Se puede consultar de AnTONIO GUTIÉRREZ RESA (2001): "El Plan Concertado de Prestaciones Básicas de Servicios Sociales en España (Once años del Plan Concertado)", Rev. Reis, nº 93 enero-marzo. P. 80-130.

[8] ANTONIO GUTIÉRREZ RESA (2001): Servicios Sociales en la Comunidades y Ciudades Autónomas, Tirant Lo Blanch, Valencia. Igualmente de CARMEN ALEMÁN, JORGE GARCÉS y ANTONIO GUTIÉRREZ RESA (Coordinadores) (2003): Políticas Sociales en la España de las Autonomías, I y II, Escuela Libre Editorial, ONCE. Madrid.

[9] Consultar en GERARDO MEIL (2003): Las uniones de hecho, CIS. Madrid. Del mismo autor: Padres e hijos en la España actual, La Caixa. Documentación. Barcelona.

[10] VÍCTOR PÉREZ DÍAZ y otros (1998): Familia y sistema de bienestar, Argentaria, Madrid. P.156-169.

[11] PEDRO GONZÁLEZ BLASCO (2007): consideraciones sobre la situación de la familia en España desde una perspectiva comparada. Libro homenaje a Miguel Beltrán, CIS (En prensa). Consultar del mismo autor "Familia y jóvenes", en Jóvenes españoles 2005. Fundación Santa María-Ediciones SM, Madrid. 2006.

[12] JUAN GONZÁLEZ-ANLEO (2006): "La familia española y la educación de los hijos" (I y II), Rev. Vida Nueva, julio de 2006, Ediciones PPC. Madrid.

[13] Consultar GODET, M. SULLEROT, E. (2005): La famille, une affaire publique, Conseil d´Analyze Economique. Edit. La Documentation Francaise, París. Consultar EUROSTAT (2005): Gender gaps in the reconciliation between work and family life, statistics in focus. Population and social conditions 4/2005.

[14] El PAÍS de 19 de febrero de 2007: "94 mayores de 65 años murieron solos en casa el año pasado, uno cada cuatro días".

[15] EL PAÍS, martes 24 de octubre de 2006: "Residencia para la espera" de Ramón Bayés.

[16] Consultar de RAFAEL DE LORENZO (2007): Discapacidad, sistema de protección y trabajo social, Alianza, Madrid.

[17] I+D: Calidad y futuro de los Servicios Sociales de Base en España (Aragón y Andalucía). Ministerio de Educación y Ciencia. (SEC-2003 01833).

[18] Memoria del Plan Concertado. 2003-2004. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. P. 118.

[19] Mª DEL CASTILLO GALLARDO (2006): Manual de Servicios Sociales Comunitarios, Síntesis, Madrid, pág. 105- 127. Sobre el SAD, cfr. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, (1999): Evolución y extensión del servicio de ayuda a domicilio en España, Madrid; MANUEL ENRIQUE MEDINA TORNERO (2000): Evaluación de la calidad asistencial de ayuda a domicilio en el Ayuntamiento de Murcia, Universidad de Murcia. Murcia.

[20] La diferente terminología empleada en la serie de servicios intermedios entre el hogar y la residencia como estancia permanente, explica la pléyade de fórmulas existentes y de difícil encuadre en la categorías convencionales (hogar-club tradicionalmente y Centro de Día en la actualidad). El Plan Concertado (Memoria de 2003-2004) menciona 82 Centros de estancia diurna sin dar una definición de los mismos.

[21] ÁNGEL CASTEDO (Director) y VV.AA. (2005): Atención a las personas en situación de dependencia en España. LIBRO BLANCO. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Madrid.

[22] Consultar la Rev. Panorama Social 4 de 2006 sobre "Envejecimiento y pensiones"

[23] GERARDO MEIL, CRISTINA GARCÍA SAINZ, Mª ANGELES LUQUE y LUIS AYUSO (2007): El desafío de la conciliación de la vida privada y laboral en las grandes empresas, Fundación General de la Universidad Autónoma de Madrid, Madrid.

[24] I+D: Calidad y futuro de los Servicios Sociales de Base en España (Aragón y Andalucía). Ministerio de Educación y Ciencia. (SEC-2003 01833).

[25] Informe especial al parlamento de Andalucía del Defensor del Pueblo Andaluz, sobre "La situación de los Servicios Sociales comunitarios en Andalucía" 2004. Y resultados del cuestionario aplicado a los 174 trabajadores Sociales en Aragón. (SEC-2003 01833).

[26] I+D: Calidad y futuro de los Servicios Sociales de Base en España (Aragón y Andalucía). Ministerio de Educación y Ciencia. (SEC-2003 01833).

[27] RICHARD SENNET (2003): El respeto. Sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad. Anagrama, Barcelona. P. 146.

[28] I+D: Calidad y futuro de los Servicios Sociales de Base en España (Aragón y Andalucía). Ministerio de Educación y Ciencia. (SEC-2003 01833).

[29] Conclusiones del estudio sobre calidad y futuro de los Servicios Sociales comunitarios en España (Aragón y Andalucía). Ministerio de Educación y Ciencia. (SEC- 2003 01833).

[30] I+D 2003-2006 del Ministerio de Educación y Ciencia sobre "Calidad y futuro de los Servicios Sociales Comunitarios en España".

[31] Investigación compartida con Marie-Noële Pécout, Investigadora-Consultora del Centro Pierre Naville, Universidad de herví-Val d´Essonne y con Loïc Le Boucher, Educador especializado; en proceso de publicación como "La mirada comparada de los Servicios Sociales en una perspectiva internacional".

[32] Trabajo de Cor van Dijum y que forma parte de "La mirada comparada de los Servicios Sociales en una perspectiva internacional", en proceso de publicación.

[33] Trabajo de Anders Cour, del Department of Management, Politics an Philosophy de Copenhagen Business School y que forma parte de "La mirada comparada de los Servicios Sociales en una perspectiva internacional", en proceso de publicación.

[34] Consultar GIORGIO BISSOLO e LUCA FAZZI (2005): Costruire l´integrazione sociosanitaria. Attori, strumenti, metodi, Carocci Faber, Roma.

[35] Trabajo de ELISA PORTU, de la Universidad de Urbino, Italia y que forma parte de "La mirada comparada de los Servicios Sociales en una perspectiva internacional", en proceso de publicación.

[36] Trabajo realizado por el Colectivo Villa 32 en Berlín-Wedding, y que forma parte de "La mirada comparada de los Servicios Sociales en una perspectiva internacional", en proceso de publicación.

[37] Trabajo realizado por SUSAN TAPLIN del Reino Unido, y que forma parte de "La mirada comparada de los Servicios Sociales en una perspectiva internacional" en proceso de publicación.

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