Eugenio Bulygin cumple 75

AutorErnesto Garzón Valdés
Páginas217-225
EUGENIO BULYGIN CUMPLE 75
Ernesto GARZÓN VALDÉS
1. Los organizadores de este homenaje a uno de los más distingui-
dos filósofos del derecho de nuestro tiempo me han pedido que diga unas
palabras (no muy solemnes) acerca de la relevancia de este acto y la per-
sonalidad de nuestro homenajeado. Como creo que lo primero se infiere
en buena parte de lo segundo, habré de referirme a algunos aspectos huma-
nos de Eugenio BULYGIN, mi amigo entrañable y pariente temporario. Y
lo haré desoyendo uno de sus consejos básicos: «si no quieres contrade-
cirte, repítete».
Sé que este consejo es, por lo pronto, sensato e irrefutablemente ver-
dadero. No hay duda que la repetición es la mejor estrategia para eludir
el peligro de la contradicción, es decir, el peor de los pecados desde el
punto de vista lógico. Sin embargo, vistas las cosas desde otra perspec-
tiva, la repetición puede tener graves consecuencias negativas según sea
la naturaleza de lo repetido. La reiteración delictiva —que los juristas
llaman reincidencia— no es algo bueno, y en otros ámbitos, como el lite-
rario, la reiteración puede ser un recurso aburrido por estéril: una especie
de Bolero de Ravel exasperantemente monótono.
Sin embargo —y como refuerzo del consejo bulygiano—, conviene no
rechazar sin más las ventajas, no sólo lógicas sino también religiosas y
ontológicas que el fenómeno y el concepto de repetición han ofrecido a
no pocos filósofos. No es ésta, desde luego, la ocasión para detenerse en
el análisis de esta cuestión. Valgan, pues, algunas breves referencias. KIER-

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