Enjuiciamientos

AutorPaul Coleman
Páginas69-77

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enjuiciamientos

Los casos que se comentan en este capítulo avanzaron más allá de las investigaciones policiales del capítulo anterior y sí llegaron a abrirse procesos penales. Algunos casos incluso resultaron en condenas en primera instancia que finalmente fueron anuladas en la apelación. Como ninguna de las condenas penales fue ratificada en la apelación, este capítulo contiene otra recopilación de ciudadanos que son inocentes a los ojos de la ley. Una vez más, para aquellos a favor de las leyes contra el «discurso del odio», tales casos demuestran que el sistema está funcionando y que se ha hecho justicia: un presunto delincuente fue procesado y declarado inocente ante un tribunal, la libertad de expresión triunfa. Sin embargo, tal punto de vista no tiene en cuenta el efecto nocivo causado por el simple hecho de ser imputado. Como se detalla a continuación, para muchos de los sujetos a un enjuiciamiento por «incitación al odio», el mero proceso puede convertirse en el castigo.

Políticos

En 2006, al político francés Christian Vanneste se le impuso una elevada multa por afirmar que «la heterosexualidad es moralmente superior a la homosexualidad». Lo dijo en el seno de la Asamblea Nacional Francesa y, más tarde, sus declaraciones fueron recogidas por los medios.1Tres organizaciones ofendidas llevaron a Vanneste ante los tribunales,2donde fue condenado bajo la irónicamente llamada Ley de Libertad de Prensa a pagar 3.000 euros a cada una de las organizaciones ofendidas.3La decisión fue luego ratificada en apelación. Sin embargo, en noviembre de 2008, casi cuatro años después de que Vanneste hiciera esas declaraciones, el Tribunal de Casación anuló el fallo anterior, afirmando que los tribunales inferiores no habían tenido en cuenta la libertad de prensa y el derecho a la libertad de expresión.4En 2009, el destacado político holandés Geert Wilders fue procesado por numerosos comentarios que hizo contra el Islam entre 2006 y 2008.5En los Países

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Bajos Wilders es conocido por sus opiniones sobre inmigración y por su película, Fitna, muy crítica con el Islam. Sorprendentemente, durante el juicio los fiscales recomendaron retirar los cargos afirmando que los comentarios de Wilders apuntaban al Islam, no a los musulmanes.6Sin embargo, a pesar de eso, Wilders fue acusado de cinco cargos de ofensas e incitación al odio y la discriminación contra los musulmanes, inmigrantes no occidentales y marroquíes, en contra de los apartados c y d del artículo 137 del Código Penal holandés.

Mientras se celebraba el procso, el político holandés fue invitado a Gran Bretaña por Lord Pearson para mostrar la película Fitna en la Cámara de los Lores.7Sin embargo, se le prohibió entrar en el país8amparándose en una ley utilizada para excluir a las personas consideradas una «amenaza a la política pública, seguridad nacional o salud pública» usada con frecuencia contra terroristas.9En una carta del Ministerio del Interior del Reino Unido, fechada el 10 de febrero de 2009, a Wilder se le informa de que: «El Secretario de Estado considera que sus declaraciones sobre los musulmanes y sus creencias, expresadas en su película Fitna y en otros lugares, amenazarían la armonía de la comunidad y, por lo tanto, la seguridad nacional del Reino Unido».10 Finalmente, el 23 de junio de 2011, Wilders fue absuelto de todos los cargos en su contra. El Tribunal estableció que sus comentarios podían ser ofensivos, pero estaban dentro del alcance del discurso protegido por la libertad de expresión. Wilders declaró que «la participación en el debate público se ha convertido en una actividad peligrosa. Si das tu opinión, corres el riesgo de ser procesado».11En 2014 un tribunal de distrito multó al político del Partido Demócrata sueco Michael Hess con 32.000 coronas (alrededor de 3.500 euros) por «discurso del odio» contra el Islam. Hess puso un comentario en un artículo del periódico Aftonbladet que se refería a las mujeres que habían sido violadas en la plaza Tahrir de El Cairo. Hess escribió: «¿Cuándo los periodistas os daréis cuenta de que la violación y el maltrato a aquellas mujeres que no acatan las enseñanzas del Islam están profundamente arraigados en la cultura islámica? [Los datos] están ampliamente disponibles y muestran la conexión entre las violaciones en Suecia y el número de inmigrantes de los países de Oriente Medio y norte de África».12Hess, que ha vivido en el Medio Oriente durante once años, argumentó que, de hecho, su comentario propició un debate entre los periodistas para examinar el tema más a fondo. Durante la audiencia, presentó un resumen de los estudios que respaldan sus afirmaciones. El tribunal dictaminó que:

Si [la] declaración era verdadera, o al menos a Michael Hess le parecía verdadera, es irrelevante para el caso [...] [Su] declaración debe valorarse en la fecha y en el contexto en que la escribió. En ese momento, no se refirió ni a

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la investigación establecida ni a las fuentes. Ha tratado de demostrar el apoyo de la investigación y las escrituras religiosas solo durante el proceso. Por lo tanto, el Tribunal de Distrito considera que está claro que la declaración de Michael Hess no fue parte de una discusión objetiva y acreditada.13Por lo tanto, en opinión de los tribunales, Hess debía haber hecho referencia a esos estudios en su respuesta al artículo para que su comentario fuese considerado «crítica objetiva» y no «discurso del odio» ilegal. No obstante, en mayo de 2015, el Tribunal de Apelaciones anuló la condena al considerar que se había infringido el artículo 10 del CEDH y dispuso que cualquier persona tiene derecho a «criticar lo que está mal sin la intromisión del Estado». En un comunicado de prensa, Christopher Larsson, presidente del Partido Demócrata sueco, declaró que el mayor error cometido era que Hess había sido objeto del «acoso mediático» y que si bien finalmente no había sido declarado culpable, la cobertura de los medios no solo había «dañado a Michael, sino también a su familia y amigos cercanos».14entrevistas en los medios de comunicación

En 1996 Leen van Dijke, líder del partido holandés y miembro de la Cámara de Representantes, fue citado en la revista semanal de tirada nacional Nieuwe Revu diciendo: «¿Por qué el robo, por ejemplo, mediante fraude a la seguridad social, es menos pecado que ir en contra del séptimo mandamiento? Sí, ¿por qué alguien en una relación homosexual debería ser mejor que un ladrón?».15En respuesta a las críticas de los medios, Van Dijke explicó que simplemente estaba transmitiendo lo que él creía que era un principio cristiano universal, que todo pecado es igual.16

Después, la revista Gaykrant transmitió la declaración al fiscal general y se incoó el procedimiento. Inicialmente, Van Dijke fue condenado en virtud de los apartados c y e del artículo 137 del Código Penal holandés y sentenciado al pago de una multa de 300 florines (alrededor de 135 euros).17A pesar de haber sido absuelto en la apelación, los fiscales llevaron el caso al Tribunal Supremo, donde se confirmó la absolución.18Ambos tribunales superiores concluyeron que los comentarios eran insultantes, pero no ilegales en el contexto de las convicciones cristianas de van Dijke.

En 2001, el imán Khalil el-Moumni fue procesado...

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