El empleo en Europa 1999.

AutorComisión Europea
Páginas293-306

El empleo en Europa 1999 COMISIÓN EUROPEA * EL EMPLEO EN EUROPA: CONFIANZA TEÑIDA DE INCERTIDUMBRE ** E l Informe sobre el empleo en Europa de 1999 presenta las últimas tenden cias del empleo y del mercado de tra bajo y ofrece una base analítica para examinar la estrategia de empleo y la adop ción de las Directrices para el empleo en el año 2000. Gracias a la puesta en marcha de la UEM, a la consolidación del proceso de creación de empleo, las perspectivas a corto plazo son de confianza, aunque no exentas de una cierta incertidumbre provocada por, la inestabilidad de la situación mundial. La puesta en marcha del proceso que deberá cul minar en el Pacto Europeo para el Empleo, que aún las fuerzas del empleo y las estrate gias macroecónomicas, afianza aún más la evolución hacia un mercado de trabajo euro peo más sano, con más y mejores empleos para todas las personas que deseen ejercer una actividad laboral. EVOLUCIÓN RECIENTE Hechos destacados Desde el tercer trimestre de 1998, la recu peración económica de la Unión Europea ha sufrido una cierta desaceleración, debida principalmente a los efectos directos e indi rectos que produce el grave deterioro de la economía mundial en las exportaciones co munitarias y las inversiones en la Unión. Te niendo en cuenta la fortaleza estructural de la economía de la Unión, una cierta mejoría de la situación económica internacional y la adop ción de políticas económicas orientadas al res tablecimiento de la confianza, es de esperar que la actividad económica pueda recuperar su pulso. Las previsiones de crecimiento del PIB se sitúan en un 2,1%, para 1999 y en un 2,7% para el año 2000. Las tendencias y perspectivas ac tuales sugieren que el proceso d creación de empleo en Europa esti en vías de consolidación, aun que si gue dependiendo en gran medida di que se mantenga el ritmo de cree¡ miento del PIB. Tampoco se hai despejado del todo las amenazai que se ciernen sobre la continuida( del proceso de cambio estructural. --- La economía siguió creciendo i un ritmo moderado en 1991 (2,9%) y debería cre cer modera. damente también en 1991 (2,1%). --- El empleo creció un 1,2% en 1998 (1,8 millones de puestos de trabajo), lo que eleva el emplec total a 151 millones de trabajadores y la tasa de ocupación a 61%. --- Por primera vez desde el inicio del actual periodo de recuperación, creció de forma significativa el empleo entre los hom bres, que coparon casi la mitad de la 293 * Informe de la Comisión Europea. Luxemburgo. Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, 1999. ** Se han suprimido los gráficos. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 creación neta de empleo. Sin embargo, el porcentaje de trabajadoras aumentó has ta un 42%, con lo que la diferencia entre las tasas de ocupación de ambos sexos disminuyó a algo menos de 20 puntos porcentuales. --- En 1998 se crearon más puestos de tra bajo fijos que temporales, pero estos últi mos siguen representando más del 40% del crecimiento del empleo y constituyen el 12,5% del empleo total. --- El desempleo siguió retrocediendo en 1998, alcanzando una media anual del 10%, lo que representa un millón de de sempleados menos. --- La caída del desempleo favoreció por igual a hombres y mujeres, por lo que la tasa de desempleo femenino sigue siendo tres puntos más alta que la tasa de de sempleo masculino. --- El desempleo juvenil experimentó una fuerte caída a lo largo del año, tres veces superior a la de los adultos, con una re ducción de aproximadamente 4 puntos en relación con su nivel más elevado. --- En 1998, la tasa de desempleo de larga duracióh experimentó un ligero retroceso con una disminución de sólo un tercio de punto porcentual para situarse en un 4,9% de la población activa, lo que repre senta todavía el 4,9% del desempleo to tal. El porcentaje de personas que llevan desempleadas dos años o más aumentó igualmente hasta alcanzar un 31%, es decir, un 62% del total de desempleados de larga duración. CRECE EL EMPLEO PERO SIN ALCANZAR LOS NIVELES DE 1991 En 1998, el empleo total aumentó en la Unión Europea en 1,8 millones de unidades, lo que equivale a un alza del 1,2%, más del doble de la experimentada en 1997; se trata de la tasa de crecimiento más alta desde 1990. Apesar de este incremento, en 1998 ha bía más de 600.000 personas activas menos ue en 1991. Cuatro años de recupeación eco nómica y de crecimiento ininterrumpido del empleo no han astado, pues, para compensar los tres años de retroceso (de 1991 a 1994). Dado el continuo crecimiento de la población en edad activa, tasa de ocupación de 1998 (un poco más del 61%), aunque superior más de medio punto al nivel 1997, siguió estando 1,5 puntos por centuales por debajo del nivel can zado siete años antes (casi 63%), cuando aún no había com zado el periodo de recesión. Aunque en 1998 el crecimiento empleo eu ropeo se acercó al de EE.UU. (1,5%), siguió siendo inferior, tal y como ha venido sucedie todos los años desde 1991. Fue cambio, mu cho más alto que el de Japón, país en el que el empleo cayó por primera vez no sólo desde el inicio del actual periodo de recesión , de he cho, desde la primera crisis petrolera de 1974. En cualquier caso, la tasa de ocupación europea sigue, estando muy por debajo de los niveles de Japón y de Estados Unidos (cerca nos ambos al 75%). Por primera vez desde el inicio, actual pe riodo de recuperació empleo masculino creció casi tanto como el femenino: casi el 49% de los nuevos empleos creados en 1999 ocupado por hombres. Sin embargo siguió aumentan do el número de mujeres ocupadas en rela ción con el de hombres (hasta alcanzar casi un 42%). A lo largo de los cuatro transcurri dos desde 1994 a 1998, casi dos tercios de los nuevos empleos creados fueron ocupados por mujeres. En 1998, también por primera ve desde el inicio del actual periodo d, recuperación, cre ció considerable mente el número de empleos a tiempo completo, pero este incremento coin cidió con el del empleo a tiempo parcial. Casi la mitad de los nuevos empleos creados en toda la Unión fueron a tiempo parcial, cifra que en el caso de las mujeres aumentó hasta casi un 70%. Incluso es el caso de los hom 294 DOCUMENTACIÓN E INFORMES REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 bres, el alza fue de un 28%, lo que significó un considerable incremento de la proporción de hombres que trabajan a tiempo parcial. Si se consideran los cuatro años de recuperación (1994 a 1998), más de tres de los cuatro millo nes de nuevos empleos fueron a tiempo par cial. Pero incluso en 1998 hubo excepciones a la tendencia general. En Alemania, sobre todo, el ligero crecimiento del empleo total fue re sultado de una considerable reducción de los puestos de trabajo a tiempo completo (de casi 300.000), compensada por un crecimiento del empleo a tiempo parcial. Así ha venido suce diendo desde 1991: desde ese año han desa parecido más de 3,5 millones de empleos a tiempo completo, que han sido sustituidos en parte por poco más de un millón de empleos a tiempo parcial. En 1998 también se crearon más puestos de trabajo fijos que temporales, al contrario de lo que venía sucediendo desde los primeros años de recuperación. Sin embargo, aproxi madamente un 41,5% del incremento que ex perimentó el empleo en la Unión procedió del aumento del número de trabajadores y traba jadoras ---en proporciones similares--- que tienen contratos de trabajo de duración deter minada, lo que demuestra la creciente impor tancia del trabajo temporal (que representa hoy en torno al 12,5% del empleo total de la Unión). Ello significa, además, que, durante el perio do comprendido entre 1994 y 1998, más de la mitad de los nuevos puestos de trabajo crea dos (56%) y casi todos los ocupados por hom bres (86%), fueron temporales. EL DESEMPLEO RETROCEDE... El desempleo siguió retrocediendo: de poco más del 10,5% registrado en 1997, con un ni vel máximo de algo más del 11% en 1994, se pasó a una media del 10% en 1998. Dado el aumento del número de ersonas ocupadas, ello significa que cerca del 60% de los nuevos empleos creados desde 1994 fueron cupados por personas que se incorporaban por prime ra vez a la población activa en lugar de por personas elasificadas anteriormente como desempleadas. El desempleo retrocedió a lo largo e todo el año 1998 y de los primeros neses de 1999, aunque a un ritmo elativamente lento, para situarse aproximadamente en torno al 9,5% según los datos más recientes. Durante este periodo, la caída afecto de forma similar a los hombres las mujeres, si bien la tasa con pon diente a estas últimas supen cerca de tres puntos porcentual (la de los hombres y ha disminuido menos (1,5 puntos frente a 2 en el caso de los hombres) desde los niveles máxi mos alcanzados en 1994. El retroceso experimentado por desempleo desde principios de 1998 ha sido mayor en el caso de los jóvenes de menos de 25 años que en el resto de la población activa. La media de desempleo de esta categoría ha caído 2 pun tos porcentuales mientras que la de las perso nas 25 años o más ha caído algo más de 0,5 puntos. Ello significa que de la tasa máxima alcanzada en el el desempleo juvenil ha dis minuido 4 puntos porcentuales ---aunque mucho más en el caso de los hombres (más de 5 puntos) que en el de mujeres--- mientras que el desempleo de los trabajadores adultos ha disminuido algo más de un punto. ... PERO EL DESEMPLEO DE LARGA DURACIÓN SIGUE SIN EXPERIMENTAR CAMBIOS Sin embargo, a pesar de la caída, desem pleo total, el problema de desempleo de larga duración apenas ha experimentado mejoría. 1998, el 49% de los desempleoados estaba sin trabajo desde hacía un año o más, la misma proporción en 1997. Además, este porcentaje creció en tres de los cuatro Estados miembros más grandes, sobre en Alemania, donde pasó del 50% al 52,5% de los desempleados. Por otra parte, el número relativo de personas de sempleadas duró dos años o mas pasó de un 295 COMISIÓN EUROPEA REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 30% en 1997 a casi un 31% en 1998, o sea, el 62% de todos los desempleados de larga dura ción, lo que equivale a unos 5,2 millones de personas. Esta cifra da idea tanto de la mag nitud del problema como de la dificultad de encontrar una solución y hace más acuciante la necesidad de aplicar activamente las dos primeras directrices para el empleo. UNAEUROPAEN CALMAEN UN MUNDO DE INCERTIDUMBRE A pesar de la inestabilidad que agitado la economía mundial en doce últimos meses, el empleo, crecimiento mantienen en Europa unos niveles satisfactorios. Los riesgos apuntados en el informe año pasado se han podido sortea gran parte, gra cias sobre todo a la expansión interna, aun que la recuperación económica ha seguido viéndose frenada por el lento crecimiento de muchos mercados de ex portación. El creci miento contiuo, no sólo de la economía euro pea sino de la del resto del mundo, depende de la capacidad de mantener y consolidar esta expansión interna. A mediados de los noventa, el superávit co mercial, situado en torno al 1,5% del PIB, compensaba par mente el débil crecimiento del sumo y la inversión internos. Durante el último trimestre de 191 contribución del cre cimiento de las exportaciones al crecimiento del PIB de la UE pasó a ser negativa, tenden cia que se mantuvo en 1998, a pesar de que la Unión sigue teniendo un amplio superávit de mercio exterior. Sin embargo, la demanda interna se man tuvo en unos niveles satisfactorios en 1998, en parte consecuencia de la tendencia vertir y a acumular existencia en previsión de un ma yor crecimiento antes del colapso del comercio mundial. Según las estimaciones, operaciones representaron casi un 1% del crecimiento del PIB 1998. El 2% restante procedió del consu mo privado, activado por mejora de la con fianza de los consumidores, resultado a su vez de alza del empleo, de una inflacción ex traordinariamente baja, de la tendencia al cista de los mercados de valores y de la caída de los tipos de interés nominales. Así pues, al tiempo que se han ido redu ciendo las perspectivas de crecimiento gene ral de la UE, la demanda interna se ha convertido en el principal motor de creci miento en 1999. Como se indicaba en el Infor me sobre el empleo en Europa de 1998, el comercio interno de mercancías representa en torno al 15% del PIB de la UE y el comer cio interno de servicios, alrededor del 3%, mientras que el comercio exterior de bienes y servicios equivale en conjunto a casi el 13% del PIB. Casi el 90% del PIB corresponde, pues, a la demanda interna europea. HACER FRENTE ALOS DESAFÍOS La mejora de los resultados de la Unión en materia de empleo y la explotación de sus po sibilidades en este ámbito pasan ineludible mente por la definición y el desarrollo de respuestas a los desafíos antes planteados. El primero y más acuciante de ellos es la necesi dad de aprovechar las posibilidades que en materia de empleo ofrece el crecimiento de la economía europea, evitando al mismo tiempo la creación de nuevos desequilibrios. INTRODUCCIÓN DEL EURO El nacimiento del euro el 1 de enero de 1999 marcó un hito en el proceso de integra ción europea. Su introducción será un factor de crecimiento y estabilidad y afianzará la posición de la Unión Europea en la economía mundial. Pero la moneda única plantea asi mismo desafíos. Las condiciones económicas y sociales de cada uno de los Estados miem bros participantes se verán influídas en ma yor medida que antes por la evolución de los demás países asociados. Para poder garanti zar un crecimiento sostenido de la producción 296 DOCUMENTACIÓN E INFORMES REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 y del empleo habrá que aprovechar los efectos mutuamente beneficiosos de políticas ma croeconómicas orientadas al crecimiento y a la estabilidad, de políticas estructurales sen satas y de la estrategia para el empleo. APROVECHAR EL POTENCIAL DE CRECIMIENTO El crecimiento del empleo guarda una es trecha relación con el crecimiento general del PIB, cuyas variaciones se dejan sentir con un intervalo de unos seis meses en el mercado de trabajo. Sin embargo, para poder mantener el mismo nivel de empleo es necesario que el PIB crezca al menos al mismo ritmo que la productividad. A la vista de la coyuntura económica mundial y de los niveles de acti vidad económica interior y de confianza de los consumidores, los índices de crecimiento de la economía de la UE previstos para 1999 se han revisado ligeramente a la baja desde otoño de 1998. A largo plazo, sin embargo, se es pera un repunte en respuesta a la recuperación de la inversión. Antes de las convulsiones que agitaron la economía mundial el año pasado, se preveían tasas de crecimiento anuales de en tre un 3 y un 3,5%. Se pensaba que Europa estaba entrando en un proceso de crecimiento sostenido, similar al que había experimenta do a finales de los ochenta, con un crecimien to del empleo del orden del 1 al 1,5% anual. Aunque la relación entre el PIB y el creci miento del empleo es bastante estable a esca la comunitaria, varía considerablemente de un Estado miembro a otro. En todos lo países, sin embargo, la correlación entre ambos pará metros es evidente, puesto que un crecimiento del PIB superior a la media va emparejado in variablemente con un crecimiento del empleo igualmente superior a la media, aunque pueda variar la magnitud del alza. En 1998 el crecimiento del empleo total de la Unión refleja la recuperación continuada de la economía y está en líneas generales en consonancia con las cifras que cabría esperar de los índices de crecimiento del PIB en 1997 y 1998. El crecimiento subyacente de la pro ducción por persona ocupada, o sea, la pro ductividad, sigue estando, por tanto, en torno al 1,8% anual en el conjunto de la Unión. En EE.UU., en cambio, el crecimiento subyacen te de la producción sólo fue de alrededor de un 1% anual. En otras palabras, la diferencia entre el crecimiento del PIB y el crecimiento del empleo es mucho mayor en los EE.UU. que en la UE. En 1998, como en años anteriores, el em pleo evolucionó de forma muy diversa de un Estado miembro a otro. Sin embargo, al con trario de lo ocurrido en otros años desde el inicio del actual periodo de recuperación, el empleo creció en todos los Estados miembros, si bien en Alemania el alza fue muy débil. La diversidad de los resultados de los Estados miembros en materia de empleo es conse cuencia en gran medida de las disparidades en el crecimiento de la producción. La correlación entre ambos factores no es, sin embargo, ni uni forme ni sistemática. Mientras los países en los que más creció el empleo en 1998 experimenta ron igualmente los niveles más altos de creci miento del PIB, algunos Estados miembros cuyo crecimiento fue superior a la media regis traron alzas del empleo netamente inferiores a la media. De la experiencia reciente se pueden ex traer dos conclusiones. En primer lugar, pa rece que para lograr una tasa relativamente alta de creación neta de empleo es indispen sable un crecimiento relativamente elevado del PIB. En segundo lugar, un crecimiento elevado del PIB no basta por sí solo para al canzar los objetivos marcados en materia de empleo. Los resultados de los Estados miem bros a la hora de traducir el crecimiento de la producción en un mayor número de puestos de trabajo varían, pues, considerablemente de unos a otros. Puede decirse, sin embargo, que a mayor crecimiento de la producción, mayo res posibilidades de alcanzar buenos resulta dos. 297 COMISIÓN EUROPEA REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 EVITAR LOS DESEQUILIBRIOS REGIONALES En cualquier economía, y la Unión Europea no es ninguna excepción a la regla, existen re giones que tienden a sufrir un sobrecalenta miento mientras que otras disponen de capacidad inutilizada. Es importante que el de sarrollo de las diferentes regiones de la Unión sea equilibrado no sólo por razones de cohesión económica y social, sino también para aumen tar la tasa de crecimiento que la Unión está en condiciones de sostener, así como para mejorar su competitividad. En 1998, la tasa de ocupación del grupo de regiones cuya tasa es más elevada se situó en un promedio del 76,5% de la población en edad activa, mientras que en las regiones cuya tasa es más baja, fue de una media de sólo el 42,5%. De las 17 regiones cuya tasa de ocupación fue más baja en 1998, 10 ya se encontraban en esa categoría en 1980 y en 1985. En el extremo su perior de la escala, en cambio, se registró una mayor movilidad, consecuencia, sobre todo, de la gran caída del empleo sufrida por Sue cia y Alemania durante la década de 1990. La principal conclusión que se puede ex traer del análisis de la Sección 4 de la Parte I es que, contrariamente al movimiento de con vergencia de los niveles de PIB per capita de la Unión que se ha observado en los últimos 15 a 20 años, las disparidades entre las tasas regionales de ocupación siguen siendo gran des e incluso parecen haber aumentado lige ramente en la mayoría de los países a lo largo de ese mismo periodo. Además, en la mayor parte de los países y, de hecho, en la Unión en su conjunto, la dis tribución de las tasas de ocupación entre las regiones no ha cambiado mucho desde 1980, síntoma evidente de que en muchas regiones de la Unión existen problemas estructurales en materia de creación de empleo que no se han resuelto satisfactoriamente durante este periodo, lo que confirma su carácter endémi co. Por otra parte, en la mayoría de los Esta dos miembros no hay indicios suficientes de que exista una relación sistemática entre la evolución del empleo y la del PIB per capita: en muchas regiones, en efecto, el crecimiento relativo del PIB se ha visto acompañado de una caída relativa de la tasa de ocupación y viceversa. De hecho, la política regional de los Esta dos miembros, al igual que a escala comuni taria, se ha revelado más eficaz a la hora de corregir las disparidades entre los PIB per capita regionales que a la hora de conseguir una distribución más equilibrada de creación neta de empleo. Los desequilibrios entre los Estados miembros en materia de creación de empleo y de tasas de ocupación limitan inevita blemente la gestión de la política económica y la consecución de unas tasas de crecimiento económico elevadas y sostenidas. COLMAR LAS DISPARIDADES ENTRE AMBOS SEXOS Sólo los varones de entre 25 y 54 años se encuentran en una situación que podría con siderarse cercana al pleno empleo, con una tasa de ocupación de en torno al 90% (si bien, incluso en esta categoría, los niveles difieren considerablemente de un Estado miembro a otro y han disminuido en los últimos años). En 1998, la tasa de ocupación femenina de la Unión Europea era del 51%, casi un cuarto inferior al 67,5% registrado en los EE.UU. Esta situación no puede atribuirse única mente a diferencias culturales entre Europa y los Estados Unidos, ya que en los tres Esta dos miembros que registran los mejores re sultados la tasa de ocupación femenina es similar o superior a la de los EE.UU. Es posi ble que sean varios los factores que contribu yen a la baja tasa de ocupación femenina que se registra en la mayoría de los Estados miembros y sólo atendiendo a esta diversidad podrán formularse medidas políticas orienta das a abordarlos. 298 DOCUMENTACIÓN E INFORMES REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 Es posible que los regímenes de protección social europeos no ofrezcan a las mujeres in centivos adecuados para participar en el mer cado de trabajo. Faltan, quizás, servicios adecuados de acogida de niños que permitan a las mujeres hacer compatible sus responsabili dades familiares y sus carreras profesionales. La naturaleza de los empleos disponibles y la cuantía de los salarios ofrecidos podrían no ser suficientes para convencer a las mujeres a reincorporarse al mundo del trabajo, espe cialmente después de abandonar sus empleos para criar a los hijos. En el Informe sobre el empleo en Europa de 1997 figuraban datos que parecen apoyar la tesis de que muchas mujeres ocupan puestos de trabajo muy por debajo de su nivel de estudios. ABRIR EL MERCADO DE TRABAJO A TODAS LAS CATEGORÍAS DE EDAD El número de jóvenes que se incorporan al mercado de trabajo ha venido descendiendo a lo largo de los últimos años, lo cual puede de berse en parte al hecho de que los jóvenes consideran que es dificil encontrar un empleo y prefieren proseguir sus estudios y su forma ción a tiempo completo tanto tiempo como sea posible. Esta parece ser la razón si considera mos que la disminución de su tasa de activi dad se corresponde casi exactamente con el alza de su participación en los sistemas de educación y formación. Si este fenómeno tam bién lleva aparejada una mayor titulación, debería contribuir a mejorar la capacidad de inserción profesional a largo plazo de los jóve nes. Sin embargo, a medida que aumenta la proporción de trabajadores de edad en la po blación activa es necesario mantener una en trada adecuada de jóvenes en el mercado de trabajo (más adelante se analizan las reper cusiones del envejecimiento de la población en el mercado de trabajo). Las bajas tasas de ocupación de los traba jadores europeos de más de 50 años obedecen a dos factores: por una parte, la tasa de ocu pación de las mujeres de esta categoría de edad es tradicionalmente baja en muchos Es tados miembros y, por otra, las tasas de los hombres, particularmente la de los de más de 55 años, registran una tendencia a la baja. En el caso de las mujeres, son numerosas las que, habiendo abandonado la población acti va para dedicarse a la crianza de sus hijos, estarían dispuestas a trabajar si pudieran ac ceder a puestos de trabajo adecuados. Para muchos hombres, la pérdida de un empleo a la edad de 50 o 55 años no deja otra solución que la jubilación anticipada, dada la escasez de empleos disponibles y las desfavorables condiciones salariales de los puestos de tra bajo que se les ofrecen, a menudo a tiempo parcial o temporales, debido quizá en parte a la actitud negativa de los empresarios a la hora de contratar a trabajadores de edad avanzada. Además, muchos trabajadores, tanto hombres como mujeres, optan volunta riamente por la jubilación anticipada, debido quizá a que son animados por los convenios colectivos en las situaciones de reestructura ción industrial o por las políticas activas del mercado de trabajo destinadas a reducir la tasa de desempleo aparente o por la forma en que funcionan los regímenes de invalidez. Cualquiera que sea el motivo, es evidente que el declive de la agricultura y de la indus tria manufacturera ha hecho que muchas personas, especialmente los hombres de los grupos de más edad, perdieran el empleo y no encontraran otro y que el crecimiento del sec tor servicios no ha resuelto en muchos casos este problema. DESARROLLAR EL SECTOR DE LOS SERVICIOS Los principales elementos del Informe de la Comisión sobre los resultados de los Esta dos miembros en materia de empleo (Informe sobre las tasas de ocupación) se presentaban de forma resumida en el Informe sobre el em pleo en Europa de 1998. Pero el análisis dejó sin resolver una serie de cuestiones relativas a cómo podría desarrollarse el potencial de em 299 COMISIÓN EUROPEA REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 pleo de la Unión, reflejado en su baja tasa de ocupación en relación con la de los EE.UU. y Japón, desde el punto de vista de los sectores, las ocupaciones y los niveles de cualificación de la mano de obra, así como de otros factores que inciden en el comportamiento general del empleo en estas economías. El Informe sobre el empleo en Europa de este año trata de dar respuesta a algunas de estas cuestiones. No existe una explicación simple de por qué algunos países tienen unas tasas de crea ción de empleo más elevadas que otros y por qué existen grandes diferencias a este respec to entre economías que poseen unas caracterís ticas aparentemente similares. Se puede afirmar, por tanto, que las particularidades ins titucionales influyen considerablemente. La diferencia fundamental en materia de empleo entre los EE.UU. y Europa no reside en la agricultura ni en la industria, sectores en los que las tasas de ocupación son bastan te similares, sino en el sector de los servicios, donde la diferencia total es de 14 puntos por centuales. Además, los servicios constituyen el principal sector de crecimiento del empleo en ambas economías. En los Estados Unidos, el empleo creció también en los demás secto res de la economía, mientras que en Europa el crecimiento registrado en el sector de los servicios se vio contrarrestado por las gran des pérdidas experimentadas por los demás sectores. RESULTADOS EN LOS PAÍSES CLAVE Todos los países europeos están convir tiéndose en economías de servicios, aunque en algunos la transición es lenta. Es el caso sobre todo de los Estados miembros más grandes, con la única excepción del Reino Unido es decir, Alemania, Francia e Italia en los que algunas de las principales caracte rísticas de los malos resultados del empleo europeo son especialmente acusadas, sobre todo la dificultad para crear empleo en los servicios y la baja tasa de actividad femeni na, que están interrelacionados. En estos tres países, la tasa total de ocupación no sólo es más baja hoy que a mediados de los años 80 sino que el crecimiento de los servicios ha sido relativamente lento durante este perio do; el empleo ha crecido en este sector menos de un 5% de la población en edad activa, cifra inferior a la media de la UE y muy inferior al aumento de Austria, el RU y los Países Bajos (9% de la población activa). En toda la Unión se observa igualmente una evolución general hacia las ocupaciones más cualificadas y, en la mayoría de los paí ses, una disminución del número de obreros, especialmente en Alemania durante los años 90 debido a la gran pérdida de empleo indus trial. DISTRIBUCIÓN DEL EMPLEO EN EL SECTOR DE LOS SERVICIOS La evolución estructural hacia una econo mía de servicios es evidente si se consideran los sectores que experimentan un crecimiento más rápido en Europa. Se trata siempre de servicios (servicios a las empresas, atención sanitaria y servicios sociales, hostelería y res tauración, enseñanza, servicios recreativos y actividades relacionadas con la informática), mientras que casi todos los sectores en decli ve pertenecen a la agricultura y la industria. Hay cinco sectores en expansión que merecen especial atención debido a su tamaño y a su creciente importancia: servicios a las empre sas, atención sanitaria y servicios sociales, hostelería y restauración, enseñanza y co mercio al por menor. De hecho, son estos sectores en los que hay mayores diferencias entre Europa y los EE.UU. en cuanto al volumen de empleo en relación con la población en edad activa. La estructura del empleo de los tres primeros es muy similar en la UE y en los Estados Unidos y la proporción de puestos de trabajo cualifi cados y no cualificados es prácticamente idéntica. En Europa, son más numerosos los 300 DOCUMENTACIÓN E INFORMES REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 puestos de trabajo clasificados como empleos manuales poco cualificados, mientras que en los EE.UU. abundan más los empleos clasifi cados como no manuales poco cualificados, pero si se considera el conjunto de los empleos poco cualificados, las cifras prácticamente coin ciden. Los nuevos puestos de trabajo creados en estos sectores en los EE.UU. parecen, pues, si tuarse a lo largo de toda la estructura ocupacio nal, favoreciendo a todos los solicitantes de empleo independientemente de su nivel de cualificación. La situación de la educación y del comer cio al por menor no es comparable. En este caso hay diferencias estructurales más pro nunciadas entre Europa y los EE.UU. En Eu ropa, el porcentaje de empleos cualificados es por lo general mayor que el de los Estados Unidos. En el comercio al por menor, los em pleos no manuales altamente cualificados representan un 1,5% de la población en edad activa en Europa frente a sólo un 0,6% en los EE.UU., aunque, en este país, el número de personas en edad activa que trabajan en todo el sector es superior en un 2% al de la UE. Esta situación puede deberse en parte al he cho de utilizar criterios diferentes de clasifi cación, ya que en Europa parece existir una tendencia general a clasificar a los trabajado res en ocupaciones más cualificadas de lo que cabría esperar. Es más probable, sin embar go, que esta diferencia se deba a la estructura del sector y al número de pequeños comer cios. ADAPTAR LOS EMPLEOS A LAS CUALIFICACIONES Los países de la UE que tienen altas tasas de ocupación tienen niveles de empleo más altos en toda la escala de cualificaciones, al igual que sucede cuando se compara la situa ción de los Estados Unidos con la de Europa. De igual forma, en los países en los que el vo lumen de empleo es elevado en un sector de terminado, la situación es la misma en todos los niveles de cualificaciones. No está ni mu cho menos demostrado que los EE.UU. dis pongan de una mano de obra más cualificada que Europa. Por lo general, en los países eu ropeos que disfrutan de unos niveles de em pleo más altos (Dinamarca, Suecia, el Reino Unido y los Países Bajos) el número de traba jadores altamente cualificados es superior al de los EE.UU. Este país posee una tasa de ocupación general más elevada, lo que signi fica que crea más empleos para trabajadores poco cualificados que Europa. De hecho, en los EE.UU. el número de personas ocupadas que tienen un bajo nivel de cualificación es mucho mayor (alrededor de un 20% de la po blación en edad activa en EE.UU. frente a un 13% en la UE). Sin embargo, los países euro peos que tienen altas tasas de ocupación tam bién tienen un nivel elevado de empleos poco cualificados: en Dinamarca, el 21% de la po blación en edad activa y en Suecia y el Reino Unido, en tomo al 16%. Dado que los trabajadores poco cualificados representan un número desproporcionadamen te elevado de la población desempleada, un alto crecimiento del empleo es otra forma de hacer frente al problema. De hecho, está demostrado que los países que poseen las tasas más ele vadas de crecimiento del empleo tienden a crear un número mucho mayor de empleos poco cualificados que los que registran un lento crecimiento. Por otra parte, existe un amplio margen de maniobra para aumentar la tasa de ocupación de los trabajadores altamente cualificados. En los tres países europeos que presentan los me jores resultados en materia de servicios avan zados (Dinamarca, Suecia y los Países Bajos) un promedio de cerca del 30% de la población en edad activa ocupa empleos no manuales altamente cualificados. En el conjunto de la LE la cifra es del 22%, en Alemania del 24%, en Francia del 21% y en Italia del 14%. Un mayqr número de empleos en Europalignk fi caría unas tasas de ocupación más elevadas tanto de los trabajadores altamente, cualifi cados como de los poco cualificados. 301 COMISIÓN EUROPEA REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 SALARIOS Y CALIDAD DEL EMPLEO Se afirma a menudo que, en Europa la con tratación de trabajadores poco cualificados re sulta demasiado cara y que unos salarios más bajos les permitirían encontrar trabajo. Como se apuntaba en las Orientaciones Generales de Política Económica y se confir maba en la Resolución de Amsterdam sobre empleo y crecimiento: «los interlocutores socia les son responsables en el ámbito nacional, re gional, sectorial o incluso más descentralizado, según sus respectivas tradiciones de hacer compatible un nivel de empleo elevado con acuerdos salariales adecuados». Aunque no hay duda de que la dispersión salarial, especialmen te en el extremo inferior de la escala, es mayor en los Estados Unidos que en la mayoría de los Estados miembros, en Europa existen gran des diferencias en materia de retribución y mu chos trabajadores ganan menos de dos tercios del salario medio, como se ind~ca en el Informe sobre el Empleo en Éuropa de 1998 (Parte 1, Sección 4). En el Reino Unido, por ejemplo, el 10% peor pagado de los asalariados percibía menos del 42% del salario medio en 1995, mientras que en Francia y España recibía sólo entre un 47 y un 48%. Sin embargo, siguiendo siempre los datos del Informe de 1998, no existe una correla ción clara y sistemática entre una amplia dis persión salarial ---que mide la relación entre las ganancias del 10% peor pagado de los asa lariados y el salario medio--- y unas tasas de ocupación más altas, ya sea en el sector de los servicios, o en el conjunto de la economía. Así sucede en los sectores más avanzados de la banca, los seguros y los servicios a las empresas, donde a unas altas tasas de ocupa ción corresponden, en el extremo inferior de la escala, unos niveles de remuneración tanto relativamente altos como relativamente ba jos. Lo mismo ocurre, sin embargo, en los ser vicios más básicos, donde mayor es quizá el margen para dar empleo a los trabajadores menos cualificados. El único sector donde pa rece existir una cierta relación es el de la hos telería y la restauración, en el que los países que registran una mayor dispersión en los ni veles más bajos de la escala salarial (Reino Unido, Luxemburgo y España) tienden a te ner igualmente, por lo general, unas tasas de ocupación más elevadas. Por lo general, las mujeres tienden a ga nar menos que los hombres en todos los Esta dos miembros. Un número desproporcionado del 10% peor pagado de los asalariados son mu jeres, mientras que un número desproporciona damente elevado del 10% mejor remunerado son hombres. Además, la dispersión salarial en tre los hombres es mayor que entre las mujeres en casi todos los Estados miembros. Las diferencias de ganancias son mayores entre los hombres y las mujeres mejor paga dos que entre los peor pagados en todos los Estados miembros sin excepción. Ello signifi ca que las diferencias entre las ganancias me dias de los hombres y las mujeres se deben más bien a las diferencias registradas entre los trabajadores mejor pagados que entre los peor remunerados y que las mujeres están es casamente representadas en la primera cate goría. Las mujeres, independientemente del tipo de empleo que ocupan, parecen experi mentar más dificultades que los hombres a la hora de progresar en sus carreras, al menos por lo que respecta a las condiciones salariales. Es evidente que el panorama resultante es complejo y no tiene una explicación simple. Esta impresión se ve reforzada por el análisis del informe de este año (Parte II, Sección 2), que destaca la falta de una correlación estre cha entre los bajos salarios de los trabajado res que ocupan empleos poco cualificados y el número relativo de trabajadores que ocupan estos empleos. EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN EUROPEA Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la Unión Europea consiste en encon 302 DOCUMENTACIÓN E INFORMES REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 trar el modo de hacer pleno uso de los traba jadores de más edad y de detener la caída de las tasas de actividad y de ocupación de los que superan los 55 años de edad (y, cada vez más, los 50 años). En el Capítulo 3 de la Parte II se presenta un análisis pormenorizado de esta cuestión. La caída de la tasa de natalidad y la pro longación de la esperanza de vida han dado como resultado un envejecimiento de la po blación en toda la Unión Europea. Se prevé que esta tendencia se acelerará en los próxi mos 10 a 15 años, con el consiguiente incre mento del número de personas de 65 años o más, cuando la generación del «babyboom» de la posguerra alcance esta edad. El envejecimiento de la población europea es sólo uno de los factores que contribuyen a un aumento de la dependencia. Un análisis de las tasas efectivas de dependencia, que mi den la relación entre todas las personas de 15 años o más que no tienen un empleo (y que no contribuyen, por tanto, a la financiación de la protección social) y las ocupadas, muestra una imagen bastante diferente de la que ofre ce la tasa «teórica» de dependencia, es decir, el cociente entre las personas que han alcan zado la edad de jubilación y las personas en edad activa (la definición usual). Mientras que esta última categoría se sitúa actualmen te en la Unión en un 24% (algo menos de una persona de 65 años o más por cada cuatro personas en edad activa) y se prevé que al canzará cerca del 32 % a lo largo de las dos próximas décadas (una persona de 65 años o más por cada tres personas en edad activa), la tasa de dependencia efectiva supera ya el 100% (es decir, más de una persona de 15 años o más sin trabajo por cada persona ocu pada), habiendo aumentado 10 puntos por centuales tan sólo en la década de 1990. Sin embargo, aunque estos datos parecen indicar que el problema es más grave de como se describe habitualmente, también sugieren que hay más visos de encontrar una solución. Dos son los factores que han contribuido a la situación actual. En primer lugar, la caída de las tasas de actividad de los hombres de más de 50 años, analizada en los últimos años en diversos informes sobre el empleo en Europa, supone que la edad efectiva de jubi lación ha descendido una media de 5 años por debajo de la edad oficial en la mayoría de los Estados miembros. Se han desplegado es fuerzos a fin de elevar la edad efectiva de ju bilación sobre todo en los Estados miembros en los que las tasas de inactividad económica de los hombres que tienen en torno a los se senta años han alcanzado unos niveles altos. En los nueve países que registran las tasas más elevadas de inactividad de los hombres de este grupo de edad (los tres países del Be nelux, Alemania, Austria, Francia, España, Italia y Finlandia), se han adoptado medidas destinadas a elevar la edad oficial de jubila ción, ampliar el número de años de cotización necesarios para tener derecho a la pensión completa o restringir el acceso a las presta ciones de jubilación anticipada. Es preciso re conocer, sin embargo, que uno de los principales objetivos de estas políticas consis te en reducir el coste de los regímenes de pro tección social, independientemente de su efecto sobre la jubilación anticipada propia mente dicha. En segundo lugar, los altos niveles de de sempleo, especialmente de los trabajadores poco cualificados y de edad avanzada, han provocado el abandono del mercado de traba jo de muchos de ellos. En la actualidad, una parte considerable de los gastos en seguridad social se consagra a las personas en edad ac tiva que no ocupan un empleo y, de hecho, la carga financiera de estos gastos recae sobre los trabajadores asalariados. En el futuro, la evolución de la tasa de dependencia efec tiva dependerá, en la práctica, tanto del nú mero relativo de personas en edad activa que requieren asistencia de las que traba jan, como del número relativo de personas que han alcanzado o superado la edad de ju bilación. 303 COMISIÓN EUROPEA REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 Además, muchas de las personas acogidas a la jubilación anticipada se encuentran en esta situación simplemente por la imposibili dad de encontrar un empleo una vez perdido el que ocupaban. Muchas de ellas eran obreros que trabajaban en la industria, la minería o la agricultura. Con el declive de estos sectores y el crecimiento de los servicios, serán mucho me nos numerosas las personas que se vean obliga das a recurrir a lajubilación anticipada por no reunir las condiciones fisicas necesarias para realizar las tareas propias de su trabajo. En cualquier caso, se observa un cambio de orien tación de la política en todos los Estados miem bros de la Unión, que en lugar de animar a los trabajadores a acogerse a la jubilación anticipa da los incitan a mantenerse en activo. Otra forma de reducir el número de traba jadores de edad avanzada que abandonan de finitivamente el mercado de trabajo consiste en adoptar medidas para que las personas que se aproximan a la edad de jubilación pue dan trabajar a tiempo parcial. En una coyun tura en la que la escasez de puestos de trabajo sigue siendo un problema acuciante, este tipo de solución supone en cierto sentido una solución de compromiso entre. la lucha contra el desempleo y el mantenimiento en activo de los trabajadores de edad avanzada. De hecho, en algunos países, se impone a las empresas en estos casos la obligación de con tratar a otras personas. Por el momento, sin embargo, son relati vamente poco numerosos los hombres que trabajan a tiempo parcial, incluso en los gru pos de edad más avanzada: sólo alrededor del 6% de los trabajadores de 5559 años y del 12% de los de 6064. EL PROCESO DE LUXEMBURGO Una estrategia a medio plazo para lograr más y mejores empleos. La Estrategia europea para el empleo, también denominada «proceso de Luxembur go», es un esfuerzo a escala europea para ha cer frente a los retos antes planteados. Esta estrategia ha iniciado ya su andadu ra. Se basa en el Título sobre el empleo del Tratado constitutivo de la Comunidad europea, modificado por el Tratado de Amsterdam, que establece que el empleo es un asunto de «inte rés común» y marca los objetivos y los procedi mientos para promover el empleo en la Unión. Con la entrada en vigor del Tratado, la Estrate gia adquirirá carta de naturaleza propia. Su ta rea fundamental consiste en definir y aplicar cada año las Directrices para el empleo, adop tadas por los Estados miembros a propuesta de la Comisión y que incluyen un procedi miento de vigilancia nacional basado en los Planes Nacionales de Acción y en los infor mes anuales de aplicación examinados por la Comisión y el Consejo. Las primeras Directri ces fueron aprobadas por el Consejo Europeo Extraordinario de Luxemburgo en 1997, a raíz de la decisión del Consejo Europeo de Anisterdam de aplicar inmediatamente las disposiciones del nuevo Título, sobre el em pleo. Las Directrices para el empleo en 1999, en gran medida similares a las de 1998, tienen en cuenta la experiencia adquirida por los Es tados miembros en la aplicación por primera vez de las Directrices del año anterior. Una serie de seminarios organizados en todos los Estados miembros para examinar la aplica cióñ de los Planes Nacionales de Acción per mitieron aprovechar las lecciones extraídas de la aplicación, por primera vez a escala co munitaria, de una serie de directrices en ma teria de política de empleo. Aunque la Estrategia europea para el em pleo no es una solución instantánea y serán precisos varios años de aplicación continuada para alcanzar los objetivos marcados, los pro gresos realizados hasta la fecha son ya alen tadores. Utilizando los cuatro pilares de la estrategia como instrumentos principales, se pueden identificar una serie de desafíos. 304 DOCUMENTACIÓN E INFORMES REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 El Consejo Europeo de Viena atribuyó al empleo un lugar central en la estrategia para el futuro desarrollo de la Unión. Destacó que el empleo constituye la máxima prioridad de la Unión y la mejor forma de proporcionar oportunidades reales a la población y de com batir con eficacia la pobreza y la exclusión, sirviendo, por tanto, de base para el modelo social europeo. El Consejo Europeo de Colonia recomendó el desarrollo de un Pacto Europeo para el Empleo encaminado a reducir de una manera duradera el desempleo. El Pacto incluye tres elementos fundamentales que representan en conjunto las piezas clave de una respuesta de los poderes públicos a los desafíos a los que ha de enfrentarse la Unión en materia de em pleo: --- La piedra angular del Pacto para el Em pleo consiste en lograr una sinergia más estrecha entre una política macroeconó mica basada en el crecimiento y la esta bilidad, la Estrategia europea para el empleo destinada a mejorar la eficiencia de los mercados de trabajo y las reformas estructurales de los mercados de bienes, servicios y capitales. Consta de medidas destinadas a favorecer el crecimiento y el empleo en los Estados miembros y de una estrategia acordada a escala euro pea, a fin de aprovechar al máximo la in teracción eficaz entre ellos. El Pacto para el Empleo considera que las reformas es tructurales son esenciales para mejorar la competitividad y el funcionamiento de los mercados. --- Pide una aplicación más vigorosa de las Directrices para el empleo, en el marco de los Planes Nacionales de Acción para el empleo, que abordarán muchas de las cuestiones estratégicas particulares a que se ha hecho referencia. --- Recomienda reforzar el papel de los in terlocutores sociales, en el marco de un diálogo centrado en el empleo y en los as pectos macroeconómicos, con un plantea miento de cooperación orientado a hacer compatibles los objetivos económicos y los definidos en materia de empleo. CONCLUSIONES El informe sobre el empleo en Europa de 1999 examina el contexto de estas cuestiones y analiza las principales características del mercado de trabajo europeo. Las principales conclusiones son las siguientes: Europa debería ser considerada una enti dad económica. Aunque la Unión Europea es el primer bloque comercial del mundo, nunca podrá estar a salvo de las convulsiones del co mercio y de la economía mundial. El hecho de considerar Europa un'conjunto heterogéneo' permite compartir los problemas y las venta jas que se desprenden de este marco común, poniendo de relieve al mismo tiempo las dife rencias existentes entre las regiones y entre los Estados miembros. Promover el empleo en todas las categorías de la población activa. En la Unión, sólo una categoría se aproxima al pleno empleo. Mien tras que la tasa de ocupación de los hombres de los grupos de edades centrales se sitúa en tre un 80 y un 90%, la de los jóvenes y la de los hombres y mujeres de edad avanzada son mucho menores. Evitar los desequilibrios regionales. Con la introducción del euro, los problemas estruc turales que pueden frenar el crecimiento y el empleo no se limitan sólo a la falta de flexibi lidad del mercado, sino que están igualmente relacionados, sobre todo, con las disparidades regionales, que pueden mermar la capacidad de las políticas macroeconómicas de contri buir al crecimiento y al empleo. Mejorar los resultados en materia de em pleo del sector de los servicios. La creación de más puestos de trabajo en el sector de los ser vicios favorecerá al conjunto de la mano de 305 COMISIÓN EUROPEA REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27 obra, independientemente de su nivel de cua lificación. Mejorar la calidad de la mano de obra. Mantener y actualizar las cualificaciones de la mano de obra favorecerá su capacidad de ocupar y conservar los tipos de empleos que se creen en los nuevos sectores. Mantener activos a los trabajadores de edad avanzada. El 16% de la población tiene actualmente más de 65 años y la tasa de de pendencia de la Unión ha pasado de un 20% en 1980 a más de un 23% en la actualidad. Esta alza tiene consecuencias particularmen te importantes para los regímenes de protec ción social (no solamente para las pensiones, sino también para los gastos en salud y asis tencia prolongada y para la relación entre la generación que trabaja y la que ya está jubi lada). 306 DOCUMENTACIÓN E INFORMES REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 27

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR