Editorial.

El consorcio Euromediterráneo, anunciado durante la Conferencia Interministerial de Barcelona en noviembre de 1995, comprende una serie de declaraciones políticas y acuerdos sobre cooperación económica, técnica y financiera, diseñados para constituir la base de una zona de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y los Países Socios Mediterráneos (PSM), no miembros de la UE, que se establecerá en el año 2010.

¿Cuál es el papel de la C&T para conseguir que esto suceda y que sea duradero? Existen al menos dos canales en los que la contribución de la C&T puede ser crítica; los dos se basan en el crecimiento de los ingresos. En los PSM existen presiones demográficas y de migración significativas que se exacerban a causa de niveles de crecimiento de ingresos insuficientes, y que continuarán así.

Dos de los caminos por los que un país puede elevar sus ingresos son el comercio y el progreso tecnológico. La creación del Área de Libre Comercio Euromediterránea no solamente explorará el primer canal sino que promoverá también el segundo. El establecimiento del Área de Libre Comercio Euromediterránea aumentará probablemente la difusión de tecnología hacia los PSM. Pero éste no es el final de la historia...

En el contexto de libre comercio, los PSM pueden aumentar sus ingresos especializándose en tipos de producción en los que tienen ventajas comparativas; sin embargo, esta situación puede llevar a los países del sur de la Unión Europea y a los PSM a competir en las mismas actividades económicas. Mientras que antes hemos visto cómo el libre comercio puede favorecer el papel de la tecnología en el aumento de los ingresos (mediante la difusión de dicha tecnología), la tecnología a su vez puede salvaguardar las ganancias del comercio y aliviar las tensiones que se derivan de una mayor competencia mediante la promoción de relaciones simbióticas.

La tecnología puede permitir dos clases de relaciones simbióticas entre los países del sur de la Unión Europea y los PSM. En primer lugar, la UE y los PSM pueden dirigirse a diferentes segmentos de un mercado ocupando diferentes nichos tecnológicos. En segundo lugar, se puede conseguir una división del trabajo eficaz entre las actividades intensivas en capital de la UE y las actividades intensivas en mano de obra de los PSM a través de un proceso de integración vertical. Por ejemplo, en los últimos cinco años el aumento significativo del comercio entre los PSM y las regiones del sur de Italia en industrias tradicionales puede atribuirse a la mayor cooperación entre las PYME de la cuenca mediterránea.

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