La educación en el desarrollo humano de África, una aproximación bayesiana

AutorAgustín Alonso Rodríguez
CargoReal Centro Universitario 'Escorial-María Cristina'. San Lorenzo del Escorial.
Páginas451-469

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I Introducción

La Organización de Naciones Unidas ha establecido el Índice de Desarrollo Humano (IDH, o HDI, en inglés)) para permitir comparar la situación socioeconómica de los países miembros de Naciones Unidas, en lo que respecta al desarrollo humano.

Hay que destacar que en la versión del Informe relativa al 2010 se ha hecho un profundo esfuerzo metodológico para tener en cuenta no sólo factores de índole económico, sino también para tener en cuenta características sociológicas como la esperanza de vida al nacer, los años de escolarización media, los años de escolarización esperada, además del PIB per cápita, e incluso se facilita el valor del IDH a partir tan sólo de la esperanza de vida y de la educación.

Este IDH intenta mostrar el desarrollo medio humano alcanzado en una triple dimensión: vida larga y saludable, conocimientos y un nivel de vida decoroso. (Véanse las Notas Técnicas del Informe.)

En función del valor del IDH, Naciones Unidas clasifica a los estados miembros en cuatro niveles:

- Muy alto nivel de desarrollo;

Alto nivel de desarrollo;

Nivel medio de desarrollo, y

Bajo nivel de desarrollo.

En el primer grupo, un total de 42 estados, el IDH varía entre 0.788 (Barbados) y 0.938 (Noruega); en el segundo grupo, 43 estados, el IDH varía entre 0.677 (Tonga) y 0.784 (Bahamas); en el tercer grupo, otros 42 estados, el IDH varía entre 0.488 (Santo Tomé y Príncipe) y 0.669 (Islas Fiji). Por último, en el cuarto grupo, un total de 42 estados, el IDH varía entre 0.140 (Zimbabwe) y 0.470 (Kenya). Al margen de estos datos existen otros 25 estados o territorios con datos incompletos que impiden cuantificar su IDH.

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En este trabajo vamos a centrar nuestra atención en el continente africano, haciendo la salvedad de que el recientemente incorporado Sudán del Sur, (2011), no está desglosado de Sudán, y que la situación de intranquilidad, actualmente presente en el norte de África, no está considerada en el Informe.

Son 50 los países africanos para los que Naciones Unidas ha calculado el IDH, y que presenta un rango de variación que va desde 0.140 (Zimbabwe) hasta 0.755 (Libia).

Los 50 países africanos de nuestro estudio, considerados en el informe de las Naciones Unidas, Table1, son los siguientes, ordenados en orden alfabético:

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En la primera columna aparece el orden de aparición; en la segunda columna el ranking del país en la clasificación de Naciones Unidas; en la tercera columna, el nombre del país; en la cuarta columna el correspondiente IDH; en la quinta columna los años de esperanza de vida (Elife); en la sexta columna los años de escolarización media (Mschool); en la séptima columna la esperanza de años de escolarización (Eschool); en la octava columna, el PIB per capita; en la novena columna el GNPHDI, un índice híbrido de desarrollo, función de los conocimientos, años de escolarización y del PIB per capita; y, por último, en la columna décima, (NincomeHDI), el IDH calculado a partir sólo de la esperanza de vida y de los años de escolarización. Véanse las Notas Técnicas que acompañan al informe.

La revista Mundo Negro en su número extraordinario de abril-mayo, 2010, añade a la anterior lista, cuatro países más. A saber: Eritrea, Somalia, República Árabe Saharaui y las Islas Seychelles, países para los que el informe de Naciones Unidas no tiene datos del IDH.

Como datos de referencia, el informe de Naciones Unidas, Table1, presenta los siguientes:

Países desarrollados:

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Valores medios de los distintos niveles y global mundial:

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Acompañando al informe, se encuentran las ya mencionadas Notas Técnicas, que justifican los valores estadísticos que aparecen en el mismo.

II Objetivo de este trabajo

Abordamos el informe de Naciones Unidas desde un punto de vista aplicado, buscando establecer el impacto esperado o promedio sobre el IDH de cada país, de un año más en el número medio de años de escolarización, sirviéndonos del enfoque bayesiano.

III ¿por qué bayes?

Desde que el reverendo Thomas Bayes (1702-1761) publicó póstumamente su teorema, en 1764, la Estadística, con mayúscula, está dividida en dos corrientes o enfoques que podríamos denominar como "frecuentista" y "bayesiana".

Resumiendo al máximo la idea central de ambas corrientes, cabe afirmar que para los primeros, el modelo, dado los valores de los parámetros, determina la probabilidad de los datos, mientras que para los segundos, los datos establecen la probabilidad del modelo.

Desde el punto de vista práctico que aquí nos interesa, se puede afirmar que para los "frecuentistas" los parámetros son magnitudes constantes, aunque desconocidas, que es necesario estimar, mientras que para los "bayesianos", los parámetros son variables aleatorias, caracterizadas por distribuciones de probabilidad, que es necesario encontrar.

Un nombre más técnico para la corriente frecuentista, al menos en inglés, es el de "Null hypothesis significance testing, NHST" que tiene como figura relevante a Ronald Fisher (1890-1962), cuya inicial del apellido se ha inmortalizado en la Distribución de probabilidad F, la distribución más...

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