El cultivo de lo humano

AutorJavier Gracia Calandín
Páginas75-99
75
CAPÍTULO 3.
EL CULTIVO DE LO HUMANO
Así como un campo, por fértil que sea, sin cultivo no puede
ser fructífero, así el ánimo sin la educación y formación
teórica. Mas el cultivo del ánimo [cultura animi] es la filo-
sofía: ésta extrae los vicios de raíz y prepara a los ánimos
para recibir las semillas, y les confía la siembra, por así
decir, aquellas cosas que, desarrolladas, produzcan frutos
abundantes.
CICERON (Las Tusculanas, II, 13).
1. DE LOS FINES AL FIN ÚLTIMO DE LA EDUCACIÓN
En el capítulo anterior hemos planteado la cuestión
acerca de los fines de la educación. Más allá de las diversas
respuestas que los diferentes autores puedan dar, valoramos
muy positivamente el resurgimiento mismo de la pregunta
acerca de los fines porque ello implica una indudable ga-
nancia en términos de una mejor comprensión del fenómeno
de la educación y la función que ésta ha de tener en nuestra
sociedad. La pregunta acerca de los fines desafía la concep-
ción instrumentalista de la educación que la deja a merced
de los objetivos del mercado y aboga por una reflexión que
trasciende el ámbito de la descripción sociológica y nos sitúa
en el de la ética. Pues no se trata solo de determinar cuáles
son de hecho los fines que priman en la educación (formal
o no formal) sino cuáles deberían ser los fines que regulan la
Javier Gracia Calandín
76
actividad educativa. Esta es una pregunta fundamental y de
marcado carácter normativo.
Entre los fines de la educación que algunos autores se-
ñalan encontramos el pensamiento crítico, la autonomía,
la autodeterminación, el bien-ser (well-being), la justicia, la
forja de una ciudadanía crítica y responsable... (Marples,
1999). A mi juicio todos ellos constituyen aspectos que no
pueden perderse de vista en la labor educativa e iremos con-
siderándolos a lo largo del libro, pero me pregunto si acaso
es posible encontrar un denominador común que pueda
establecerse como el fin último de toda educación en tanto
que educación. O dicho de otro modo, conviene plantearse
si existe un criterio o elemento regulativo que permita de-
finir (de-finir, encontrar el fin de) qué es la educación y qué
diferencia guarda, por ejemplo, respecto al aprendizaje, la
instrucción, la enseñanza o el adoctrinamiento. A esta sazón,
¿podemos hablar del fin último de la educación? ¿Cuál ha
de ser éste?
2. EL FIN ÉTICO Y NO TÉCNICO DE LA EDUCACIÓN
Lo singular de la educación respecto a la “instrucción” o
a la mera “enseñanza” es que introduce variables éticas que
inciden en la dimensión ética del carácter y de la personali-
dad de los sujetos. Por eso estaría bien que no se confundiese
la educación con una mera instrucción porque la instrucción
se refiere a un conocimiento técnico y en este sentido lleva
implicadas connotaciones de neutralidad axiológica y otros
intereses epistemológicos. Pero hay que recordar que esta
neutralidad solo es parcial pues es sabido que aquellos que
imponen la racionalidad científico-técnica como la única
posible y hegemónica están haciendo ideología y negando la

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR