Aprendizaje-Servicio
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Hablamos de Derechos Humanos
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SOBRE EL APRENDIZAJE-SERVICIO
A/ ¿QUÉ ES EL APRENDIZAJE-SERVICIO o APRENDIZAJE POR
SERVICIO?
Cuando hablamos de aprendizaje-servicio o aprendizaje por servicio (ApS), nos referimos a una
metodología pedagógica, de educación experiencial, que aplica el conocimiento que ha de
adquirirse en centros educativos a la resolución de problemas o a la mejora de necesidades
de la comunidad en la que se ubican esos centros y, los más atrevidos, en entornos lejanos. A
través de un proyecto, el alumnado tiene la oportunidad de poner en práctica los
conocimientos que adquiere en el aula y da un contenido social al conocimiento académico,
al tiempo de tiene oportunidad de mejorar ciertas habilidades (principalmente sociales, pero
no las únicas) durante el desarrollo de unas competencias previstas en una asignatura o los
estudios en curso.
Llevamos al espacio de radio “Hablamos de derechos humanos” de RADIO URJC el
tema del ApS porque, en nuestra opinión, supone una poderosa herramienta para el
aprendizaje de los valores y principios que sustentan los derechos humanos, y más poderosa
aún para contribuir materializar todos y cada uno de esos derechos mediante proyectos
especialmente diseñados para ello. Hay evidencia de que el alumnado participante en
proyectos de ApS adquiere una mayor sensibilidad hacia los problemas sociales que existen
en sus entornos y, en general, los problemas sociales, lo que redunda en que se muestren más
comprometidos y se sientan más responsables, estén más motivados viendo que sus
conocimientos y su acción sirven para resolver problemas reales existentes en su comunidad,
pasando de la teoría a la práctica.
Este método pedagógico tiene su origen en Estados Unidos. Encontramos los primeros
antecedentes del aprendizaje-servicio (service-learning, SL) en la corriente educativa en la que
destacan William James y, sobre todo, John Dewey, dos puntos de vista distintos con el
carácter pragmático en común. Para James el servicio civil a la sociedad podría equipararse al
“equivalente moral de la guerra” que impulsa el deseo de servir a la sociedad, mueve la
cooperación por un bien común y aumenta el sentido de pertenencia. Dewey, con su
experiencia como profesor (de educación primaria y secundaria y, sobre todo, universitario),
postulaba el aprendizaje a través de la experiencia [1].
El concepto formal de aprendizaje-servicio se acuñará en los años 60 y entrará en las
universidades norteamericanas, para luego ir difundiéndose entre los centros de Secundaria y
también Primaria. Así, durante las siguientes décadas las distintas iniciativas se fueron
institucionalizando y extendiendo por todo el país. En los años 80, Kolb introduce un
elemento que será clave para todo proyecto de ApS, la reflexión. Según David Kolb el
aprendizaje experiencial cumple un ciclo donde se relaciona una experiencia concreta, con la
observación reflexiva, la conceptualización abstracta y la experimentación activa. Más
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