Angel Ossorio y Gallardo ante la "solución corporativa" (1913-1931). El impacto histórico de la representación política del trabajo

AutorSergio Fernández Riquelme
Páginas181-200

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I El corporativismo y la tecnificación de la política

"Pero yo me he preguntado muchas veces: ¿Habría la República sufrido las desconfianzas y agresiones de las que ha sido objeto si nuestro anteproyecto hubiera prevalecido?.¿No hubiera servido para moderar el encono de los conservadores del país?. ¿No hubiera brindado mejores cauces para el concierto de los cauces contrapuestos?". Este testimonio autobiográfico Page 182 de Ángel Ossorio y Gallardo [1873-1946]1 apuntaba sobre las posibilidades de institucionalización que tuvo, y dejo de tener, el Corporativismo como "instrumento técnico" en la gestión política nacional, ante el impacto de los nuevos grupos sociales/laborales surgidos del impacto de la economía industrial en España; primero durante la redefinición constitucional de la Monarquía demoliberal, y segundo, tras los debates constitucionales germinales de la Segunda República. La reflexión recogida nos muestra encontramos una de facetas menos estudiada del jurista madrileño y doctrinario democristiano: su proyecto de reforma corporativa del Régimen político español entre 1913 y 1931.

Desde 1913 Ossorio aspiró a una notable reforma del sistema constitucional diseñado por la Restauración, principiando una fórmula jurídicopolítica de nuevo cuño con ingredientes técnicos y colaboraciones grupales. El significado corporativo de esta reforma, generada frente al turnismo bipartidista monopolizado por los partidos dinásticos "fusionistas", fue contenido en el nuevo movimiento político "maurista" que ayudó a fundar. En 1924 el jurista madrileño se opuso frontalmente a la "expediente dictatorial" implantado por Miguel Primo de Rivera y Orbaneja [1870-1930], y en 1927 criticó duramente el proyecto de constitucionalización neotradicionalista gestado en la Asamblea nacional consultiva.

Entre ambas fechas, las ideas de su primer gran mentor, el estadista conservador mallorquín Antonio Maura [1853-1925], y las tesis del doctrinario católico-social italiano Don Luigi Sturzo [1871-1959], fueron los grandes referentes de una empresa que pretendía dar contenido netamente liberal y concretar los referentes organicistas a la incipiente democracia cristiana española. Pero en 1931, en pleno debate constitucional de la Segunda República, y tras comprobar la falta de apoyos solventes a su propuesta de integración del sindicalismo obrero y de la patronal empresarial en los cauces de representación y participación del Estado de Derecho liberal, Ossorio desechó toda especulación corporativista.

Por ello su nombre, como el de los liberales Salvador de Madariaga [1886-1978] y Adolfo González Posada [1860-1944], o los socialistas Julián Besteiro [1870-1940] y Ricardo Oyuelos [1865-1943], nos recuerdan una primera pluralidad doctrinal e ideológica de la tradición corporativa española, y su vinculación con cierta tendencia a convertir la política en un "expediente técnico". Estos autores representan una línea de "tecnificación de la política" fundada en la representación, participación y asociación del "trabajo organizado" corporativamente no siempre advertida. Dentro de esta tendencia corporativa podemos advertir, historiográficamente, distintas especulaciones sobre el instrumento democrático (orgánico, social, industrial), fundadas en la introducción de los "grupos de interés" en la reforma del contenido y dirección de la forma política estatal española. Especulaciones de las que Gonzalo Fernández de la Mora [1924-2002], Francisco Félix Montiel [1908-2005] y Jesús Fueyo [1922-1993] fueron quizás sus epígonos doctrinales y documentales. Pero esta línea fue eclipsada, progresivamente, ante la Page 183 "contaminación fascista" de su significado ideológico, y ante el advenimiento de la moderna tecnocracia (neologismo acuñado por William H. Smyth en sus ensayos Industrial Manegement), definida ya en su momento por Eduardo Luis Llorens Clariana [1886-1943] "como una de las manifestaciones de la mentalidad posbélica hacia la dictadura"2.

La obra de Ossorio y Gallardo representa, en este sentido, una modalidad corporativa de "tecnificación de la política" siempre ligada al ideal democrático-liberal. El proyecto corporativo que aquí narramos fue, pues, paralelo a su intento de edificar en España una "nueva democracia cristiana" capaz de sintetizar el organicismo social propio del Magisterio católico, con los principios básicos de la democracia liberal en el proceso de estatización definitiva de la nación española. Pero al final del camino, Ossorio abandonó sus pretensiones corporativas, escoradas a su juicio hacia las posiciones autoritarias y neotradicionalistas de la derecha antiliberal, tras el fracaso de la representación corporativa contenida en el Anteproyecto constitucional que presidió; a ello se unió la concepción de los Jurados mixtos industriales y agrícolas, que respondían muy parcialmente al modelo de los comités paritarios del ex ministro de Trabajo Eduardo Aunós [1894-1967], y la limitada aplicación de la propuesta de la creación de un Consejo consultivo para materias económicas y sociales recogida en la Carta Magna de 1931 (Comisiones técnicas), a semejanza de la Constitución de Guanajato mexicana o la Constitución de Weimar alemana.

II La reforma constitucional en clave corporativa: el proyecto frustado de Ossorio y Gallardo

La biografía intelectual de Ossorio y Gallardo fue paralela a la configuración hispana del Corporativismo como representación jurídico-política del "trabajo organizado". Muestra por ello los debates y polémicas en su limitada institucionalización bajo la Restauración (no más allá de contados Tribunales de Arbitraje) y en su deriva antiliberal bajo la Dictadura de Primo de Rivera (en especial durante los debates de la Asamblea Nacional Consultiva).

Pero la Segunda República marcará un antes y un después. Frente a la tendencia europea de corporativización total o parcial de sus formas políticas, dónde Mihail Manoilescu [1891-1950] llegaba a confiar en "que el advenimiento del Corporativismo, como fenómeno universal de nuestra época, es inevitable"3, Ossorio se mantuvo fiel un sistema democrático parlamentario republicano, ajeno, a su pesar, a la realidad contemporánea de los "cuerpos sociales intermedios" y de la "representación política del trabajo" a la altura de 1933. Page 184

2.1. La regeneración maurista ante la crisis de la Restauración (1913-1922)

Ángel Ossorio y Gallardo nació en Madrid el 20 de junio de 1873. Hijo del literato Manuel Ossorio y Bernard [1839-1904], su primera formación estuvo marcada por una intensa educación humanista y religiosa que le acompaño buena parte de su vida (fue por ello grato el recuerdo de su estancia en las Escuelas Pías de San Fernando). Se licenció en Derecho en la Universidad Central de Madrid, teniendo como profesores a Augusto Comas, José Valdés, Álvarez del Manzano o Vicente Santamaría de Paredes [1853-1924]4. Tras una exitosa carrera como abogado, ingresó en las filas del Partido Conservador de la mano del estadista mallorquín Antonio Maura. Ahora bien, Ossorio situaba los inicios de su carrera política en su labor como Secretario de la asociación Fomento de las Artes, que le abrió las puertas del Ayuntamiento de Madrid, del que fue concejal.

Su primera elección como diputado independiente a Cortes fue por Caspe en 1903. En busca de apoyos oficiales tuvo su primer contacto con su admirado Maura, por entonces Ministro de Gobernación, que, pese a su incipiente amistad, negó a avalar su candidatura con las siguientes palabras: "ya sabe que este gobierno es una leal fusión de conservadores y liberales que nos hemos juntado por una disputa de nuestros antiguos jefes, Cánovas y Sagasta, hoy ya muertos. A pesar de ello, el jefe de gobierno es el conservador Silvela. A pesar de ello me han hecho el honor de confiarme la dirección de las elecciones. Es pues, mi primera obligación respetar a los candidatos conservadores. El contrincante de usted lo es"5. Ossorio consiguió, no obstante, un acta que defendió durante veintitrés años por Zaragoza, pese al odio confesado hacia el "podrido" Parlamento de una Restauración "donde el vicio de la política española" se encontraba en el "favoritismo"6.

Finalmente Maura integró a Ossorio en su equipo político7, nombrándolo Gobernador civil de Barcelona. Pero tras la declaración del "estado de Guerra" en la provincia, declarado por la Junta de Autoridades el día 26 de julio de 1909, dimitió por oposición a aquélla medida (siendo sustituido por el abogado valenciano Evaristo Crespo Azorín). Sus vivencias en estos trágicos sucesos fueron reflejadas en su obra Barcelona, julio de 1909 (1910). Tras ser defenestrado Maura del gobierno por la coalición liberal-izquierdista, y de la misma dirección del Partido conservador en favor de los "idóneos" de Eduardo Dato [1856-1921], Ossorio participó en la llamada "escisión maurista", escenificada en 1913, cuando a los pocos días de la formación del "gobierno Dato", Ossorio dio en Zaragoza los primeros pasos para la formación de esta disidencia conservadora. A su proyecto se sumaron algunos cuadros y dirigentes locales, varios sectores de las Juventudes Conservadoras y distintos simpatizantes de Maura. Ossorio intentó evitar, desde un primer momento, que Page 185 el nuevo partido que proyectaba naciera "con el estigma de una devoción personalista".

Frente al agotado sistema bipartidista del "turnismo" y frente a la redes clientelares y caciquiles que pervetían el sistema demoliberal de la Restauración, esta "escisión" pretendió...

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