Las reformas agrarias. De Zapata a Mao-Tsé-Tung y la FAO, de Jean Le Coz.
| Autor | Francisco Corral Dueñas |
| Páginas | 278-285 |
LE COZ, JEAN: Las reformas agrarias. De Zapata a Mao-Tsé-Tung y la FAO. Editorail Ariel, Barcelona, Caracas, México, 1976, un tomo de 340 págs.
En un ciclo de conferencias sobre la propiedad y la distribución de la tierra en España, que tuvimos ocasión de resumir y comentar, uno de los conferenciantes sorprendió al auditorio porque, habiendo sido presentado precisamente como «hombre de izquierdas», al estudiar la ideología y la realidad en el campo de la reforma agraria, afirmó que los principios ideológicos en los que se han basado sus defensores han caído actualmente ante unas realidades inexorables que los han dejado sin sentido.
Fundamentaba su argumentación en que las críticas a los latifundios solían basarse o en motivos éticos, las grandes diferencias sociales por la mala distribución de la tierra, o bien en motivos productivos, es preciso reformar el campo para que rinda más. A partir de ahí, fue examinando y refutando, uno por uno, los argumentos aducidos de antiguo y dijo que las creencias tan trilladas y conocidas sobre el campo eran puramente ideológicas, inconsistentes y con poca base real; habían permanecido ancladas en la reforma agraria clásica y se iban quedando anticuadas. Por eso, concluyó que respecto a la reforma sólo subsistía como válida la razón ética de aminorar las diferencias sociales en el campo; en cambio, en lo económico, resucitar el tema era algo así como alancear moros muertos, pues se ha conseguido fomentar la producción por medios muy distintos a los que se pensaba en una visión ideológica del mundo. La reforma agraria, según el conferenciante a que nos referimos, no puede quedar reducida a un simple problema de reparto y propiedad, sino que supone algo mucho más amplio, tendente a mantener Page 279 la verdadera naturaleza de la actividad agraria, que es tanto como mantener y enriquecer la vida humana.
Pasados unos meses, vemos ahora confirmada esta tesis por los supuestos contenidos en el libro que vamos a comentar, verdadera exposición panorámica de la reforma agraria por todo el mundo. En él Jean Le Coz, profesor de la Universidad de Montpellier, examina con amplia perspectiva las cuestiones relacionadas con la ordenación de los espacios agrarios, estudiando las diversas situaciones, modelos y soluciones que se han propuesto en distintos países en el intento de adecuar las estructuras de producción agraria a las ideas políticas en ellos imperantes, de acuerdo con su respectivo entorno socio-económico.
En la primera parte, Le Coz expone el recorrido histórico que va de «La sublevación popular a la revolución y la estrategia del desarrollo», contemplando las tensiones rurales en las que llama las tres épocas agrarias: precapitalista, caracterizada por una débil capacidad de producción típica de los tipos de comunidad campesina y organización feudal de poder; la capitalista o de economía liberal, que utiliza medios técnicos para aumentar los rendimientos basándose en la explotación y la potenciación de los derechos dominicales, y la época agro-científica que presenta un desfase entre las técnicas de producción y la planificación de la economía agraria y que da lugar a diversas estructuras en el mundo liberal y en el socialista.
Se suele citar como precedente la tentativa de Tiberio Graco, que quiso tomar las tierras del dominio público y repartirlas entre los ciudadanos pobres de Roma, pero aquello fue, más que una reforma, una pretensión de reajuste social que tomó la forma de enfrentamiento político, fracasando precisamente por las profundas divisiones de criterio entre el proletariado ítalo y romano. Tampoco vale como antecedente la confiscación de bienes privados en la Revolución francesa, que se configuró como castigo a los adversarios acusándolos de rebelión o traición, pero sin articular a seguido una política agraria capaz de conformar a las muchedumbres.
La idea de reforma agraria, según el autor, llega a su completo significado en el siglo xx, coincidiendo la Revolución rusa en 1917 con la violenta agitación agraria de Méjico, donde los hombre de Zapata y Pancho Villa se alzaron contra el sistema de plantaciones que beneficiaba al gran capitalismo. Una generación después, tras la victoria castrista, se llevó a cabo en el Caribe la alianza entre el pensamiento marxista y la revuelta del campesinado endémica en Iberoamérica.
Dos acontecimientos de gran alcance se han producido durante este intervalo para la difusión de las reformas agrarias en el mundo: la liberación de los pueblos colonizados y la creación de la O N. U y la F. A. O. Recuperadas las tierras de los colonizadores, los nuevos gobiernos son impotentes para resolver sus problemas agrarios, de los que depende nada menos que el sustento alimenticio de su abundante población, y entonces han de intervenir las organizaciones internacionales. Bajo el patrocinio de la F. A. O. se celebró en 1951 la primera conferencia sobre régimen territorial, que tenía como objetivo hacer comprender a los países la necesidad de proceder debidamente en esta materia; otros jalones han sido el tratado de Punta del Este de 1961 y la conferencia mundial de la reforma agraria de 1966 en Roma.
Page 280Para hacer frente a la movilización campesina acaudillada por Che Guevara se decidió un auténtico cambio táctico: sacrificar la oligarquía de los grandes propietarios para disminuir las tensiones agrarias y evitar que las sublevaciones populares fueran el inicio de movimientos de mayor amplitud. La F. A. O. ha recomendado que se suministre a los países que lo soliciten, dentro de sus programas respectivos, la asistencia necesaria para la planificación y la aplicación de medidas de reforma agraria, encargando tal asistencia a los países evolucionados en favor de los en vías de desarrollo.
Estamos, pues, dice el autor, ante dos políticas de reforma agraria, dos estrategias del desarrollo: una de ellas revolucionaria, apoyada en las armas de los...
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