STSJ Cataluña 158/2023, 16 de Mayo de 2023
| Jurisdicción | España |
| Fecha | 16 Mayo 2023 |
| Emisor | Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, sala civil y penal |
| Número de resolución | 158/2023 |
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTÍCIA DE CATALUNYA
SECCIÓ D'APEL.LACIÓ PENAL DE LA SALA CIVIL I PENAL
Rollo de Apelación Penal nº 98/2023
AP Tarragona (Sección 4ª)
Sumario 35/2021
Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº 1 de Tarragona
Sumario 10/2021
APELANTE: Eduardo
SENTENCIA Nº 158
TRIBUNAL:
Dª. Àngels Vivas Larruy
D. Francisco Segura Sancho
Dª. María Jesús Manzano Meseguer
En la ciudad de Barcelona, a dieciséis de mayo de dos mil veintitrés.
VISTO por la Sección de Apelación de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, integrada por las Magistradas al margen expresadas, el rollo de apelación número 98/2023, formado para substanciar el recurso de apelación interpuesto por el Procurador D. Manuel Vicente Ramón Gaspar, en nombre y representación de Eduardo, contra la sentencia dictada en fecha 29 de diciembre de 2022, por la Audiencia Provincial de Tarragona (Sección 4ª) en el procedimiento arriba referenciado, seguido por los delitos de maltrato habitual, lesiones, contra la integridad moral, daños, agresión sexual y detención ilegal, en el ámbito de la violencia de género. Como parte apelada el Ministerio Fiscal y Vanesa, representada por la Procuradora Dª. Olivia García García.
Ha correspondido la ponencia de la causa a la Magistrada Dª. María Jesús Manzano Meseguer, quien expresa el parecer del Tribunal.
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La Audiencia Provincial de Tarragona (Sección 4ª) dictó Sentencia en su Sumario 35/2021, con fecha 29 de diciembre de 2022, en la que se declaraban como probados los siguientes hechos:
"Primero.- Vanesa y Eduardo se conocieron a través de una aplicación de móvil para grupos de amigos deportistas, cuando contaban con cuarenta y uno y cuarenta y cuatro años de edad respectivamente. Iniciaron una relación sentimental el mismo día que contactaron a través de la red social, concretamente el 20 de agosto de 2020, con convivencia propia de pareja de hecho desde el comienzo, en el domicilio de Eduardo, sito en la CALLE000 nº NUM000, de la localidad de DIRECCION000, que finalizó la madrugada del 26 de mayo de 2021. Ambos compartían cuentas bancarias y Vanesa conocía a la familia de Eduardo, en cuyo entorno estaba integrada y era reconocida como su pareja.
Segundo.- Aproximadamente al cabo de un mes de haber iniciado la convivencia, y hasta el final de la misma, Eduardo adoptó una conducta de control, dominio y violencia sistemática sobre Vanesa, aislándola de su entorno familiar, social y laboral, haciéndola objeto de insultos, amenazas, menosprecios, y agresiones físicas y verbales del tenor hija de puta, puta, zorra, calientapollas, no sirves para nada, eres un pedazo de guarra, lo que quieres es ir a calentar pollas a los clientes y venir con las bragas chorreando, no sirves ni para follar, te voy a poner en la carretera a comer pollas, que es lo único para lo que sirves, no sirves ni para darme un hijo, no te puedo poner ni de puta, si llamas a la policía te voy a matar, te voy a cortar el cuello, te voy a arrancar los dientes, a sacar los ojos y la yugular, voy a ir a por tu hijo, si voy a la cárcel te mato, si te vas cojo mi Audi A6 y te paso por encima....
Le propinaba puñetazos, empujones, patadas, en alguna ocasión la intimidó con una catana, como también la agredió con algún objeto (mechero metálico y bolígrafo). Le vertía en la cara y en la cabeza sprays, productos para el pelo y otros productos de aseo, le cortaba mechones de pelo, le tiró y le rompió ropa y objetos personales.
Además, le coartaba en la búsqueda de empleo asignando a ese propósito de Vanesa, que intentaba trabajar en el sector de la hostelería, una finalidad de provocación a los hombres, le controlaba el teléfono móvil y la obligaba a llevar activado el geolocalizador, le imponía la forma de vestir y su look en general, cuando nombraba a su hijo se dirigía a él como maricón, a base de golpes la hacía sentarse y le preguntaba y le hacía describir tanto en número como en detalles, sus anteriores relaciones sexuales con otros hombres. En alguna ocasión la hizo dormir con la luz encendida y en el suelo sobre un nórdico previamente mojado con agua por él, y la amedrentaba diciéndole que iba a matar a su propio perro, el cual convivía con ellos, expresando varias y macabras alternativas posibles para llevarlo a cabo.
Las agresiones e insultos se producían principalmente en el domicilio, aunque en ocasiones también la agredía e insultaba en presencia de su familia -la de Eduardo-, y tanto en la calle como en casa de la madre de Eduardo.
Vanesa nunca denunció estas conductas hasta el mismo día en que salió huyendo del domicilio y que terminó la relación, debido a la gran dependencia emocional que tenía hacia Eduardo, de quien estaba profundamente enamorada y hacia quien sentía un gran temor.
Tercero.- Sobre el mes de noviembre de 2020, Eduardo obligó a Vanesa, a base de empujones y puñetazos, a entrar en una habitación que tenía acondicionada para hacer gimnasia. Una vez dentro la hizo sentarse en una bancada, la desnudó rajándole la ropa con una catana, le ató las manos y los pies con bridas, le introdujo, provocándole arcadas y daño en la comisura de los labios, un calcetín o algo similar en la boca tapándola con cinta americana, que también le puso en los ojos. Le habló de su hijo dirigiéndose a él como maricón, bajó la persiana de la habitación y cerró la puerta. Pese a las constantes súplicas de Vanesa, que intensamente atemorizada le preguntaba qué le iba a hacer y le pedía que no la matara, Eduardo le pinchó con la catana, la amenazó diciéndole que le iba a quitar las cuencas de los ojos, y la tiró, colocándola con las rodillas encima de una alfombra áspera y los brazos apoyados en un saco que también había en el suelo, el cual contenía ropa de Vanesa, rota y rajada por él en anteriores ocasiones, al tiempo que la golpeaba en la zona de la nuca.
Ya en esa posición, terminó penetrándola analmente, sin preservativo, eyaculando en su interior, y también golpeándola.
Eduardo salió de la habitación, quitándole previamente la cinta americana de los ojos y dejándole la de la boca después de sacarle el calcetín o prenda similar que le había introducido anteriormente, cerró la puerta tras de sí y la dejó atada de pies y manos, quedando Vanesa en el suelo en posición fetal, físicamente agotada, dolorida y sin noción del tiempo, llegando a orinarse encima. Transcurrido un lapso temporal indeterminado, desconociéndose si breve o extenso, Eduardo volvió a entrar en la habitación y poco a poco le fue retirando las bridas y la cinta de la boca, la puso en su regazo, la abrazó y le dijo: tranquila cariño, lo he hecho para hacerte un favor, para que aprendas cómo son los hombres y lo que te puede esperar en la calle.
Cuarto.- El 23 de mayo de 2021 Vanesa y Eduardo se dirigían, en compañía de las dos hermanas de este ( Felisa y Lucía) y el bebé de una de ellas, hacia un supermercado para comprar ingredientes, ya que iban a comer todos en casa de la pareja. Durante el trayecto, Eduardo, que llevaba el carrito del bebé, se enfadó con una de sus hermanas o como consecuencia de lo que habló con esta y comenzó a correr con el carrito. Una vez en el supermercado, insultó a Vanesa llamándola puta, y le echó la culpa de su enfado. Cuando llegaron a casa Eduardo empezó a pelearse con la hermana y a insultar a Vanesa diciéndole nuevamente que era una puta. Vanesa le propuso hacer juntos la comida y él le contestó: Tú qué vas a hacer una fideuá si no sirves ni para follar, tu eres una puta, anda, largo de aquí.
Eduardo se quedó con la hermana en la cocina y empezó a hacer la comida hasta que, en un momento dado, estampó la olla contra el suelo y dijo ahora mismo salís de aquí las tres perras. Vanesa intentó tranquilizarlo y le dijo que ella vivía allí, contestándole Eduardo que le diera las llaves. Vanesa se negó a dárselas y las obligó a marcharse a empujones, aunque Vanesa pudo coger su bolso y las llaves.
Vanesa y las dos hermanas de Eduardo se dirigían a casa de la madre de estos últimos, Mónica, que en esos momentos se encontraba en Tarragona atendiendo a su marido en el hospital. Como Vanesa tenía conflicto con una de las hermanas, decidió continuar el trayecto sola y, mientras andaba, presintiendo que Eduardo la seguía, se giró y lo vio, echando a correr al ver su cara y temer por su seguridad. Mientras la perseguía, Eduardo le pedía el móvil y las llaves y le decía eres una hija de puta, como venga la policía tú no sales viva.
Vanesa logró escapar y estuvo deambulando durante unas horas, desactivó el geolocalizador del móvil y llamó por teléfono a Lucía, la cual le dijo que podía ir a casa de la madre, que Eduardo no estaba allí, pero cuando Vanesa llegó, le abrió la puerta Lucía y apareció detrás Eduardo con la cara desencajada, bebiendo vino de una botella y fumando.
Eduardo lanzó un mechero metálico a Vanesa impactándole en la cabeza y le propinó varios puñetazos también en la cabeza y en la zona cervical, además de insultarla diciéndole puta y guarra, abandonando posteriormente el domicilio.
Al cabo de unas horas Eduardo regresó a casa de la madre llamando al timbre y gritando. Vanesa lo vio por la mirilla con los ojos rojos y la cara lesionada, haciendo gestos de apuñalamiento hacia la puerta. Ante la negativa de Vanesa de abrirle, Eduardo le dijo ahora sí que soy un demonio, hasta que no te arranque los dientes ...
Como consecuencia de la agresión Vanesa sufrió lesiones que fueron examinadas por la médica forense el 28 de mayo, consistentes en cervicalgia con contracturas paracervicales bilaterales, hematoma fronto-parietal derecho y cefalea, tributarias de una primera asistencia facultativa y con una previsión de siete días de curación, sin secuelas.
Quinto.- Vanesa permaneció desde entonces en el domicilio de la madre de Eduardo, la cual le había aconsejado que se encerrara allí y que ninguna de las tres...
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