Prólogo
| Autor | Ana Pérez Adroher |
| Páginas | 1-6 |
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Prólogo
En 2020 se cumplen 75 años del nacimiento de Naciones Unidas y 72 de la
Declaración Universal de losDerechos Humanos. Desde la ado pción de la Declaración,
el marco jurídico internacional h a ido evolucionado y adaptando dichos principios
básicos a nuevas realidades y reclamos de distintos segmentos poblacionales. Así, los
instrumentos de las Naciones Unidas han detallado, entre otros, los derech os de los
pueblos indígenas, las mujeres, las minorías nacionales, étnicas, religiosas y
lingüísticas, los niños y niñas, las personas con discapacidad y los trabajadores
migrantes y sus familias. Además, los diferentes mecanismos region ales y nacionales
han completado el marco que dota a la comunidad internacional de una serie de
principios fundamentales básicos que protegen la dignidad del ser humano. Con
alcance diverso y no extenso de polémica, los derechos humanos necesitan de una
actualización continua.
Este marco internacional ya nació ideológicamente dividido entre lo que se
denominaban derechos de primera y segunda generación. Por un lado, los derechos
civiles y políticos y por otro, los derechos económicos, sociales y culturales. Los
derechos sociales –a la vivienda, al trabajo o a la salud– son normas orientativas
dirigidas a los poderes públicos, pero carentes de la efectividad que pueden tener en
algunos países occidentales los derechos civiles. A esta problemática se suma la
necesidad de reconocer nuevos derechos, o adaptar los existentes a nu evas realidades
o situaciones que no habían sido reconocidas con anterioridad. Los «nuevos» derecho s
humanos están en constante reescritura y formulación: el derech o al medio ambiente,
a la paz, a la protección de los usuarios (en medios tecnológicos) o a una muerte digna
son ámbitos en los que el debate y la investig ación pueden arrojar luz.
Esta evolución no está exenta de cuestionamientos y pasos hacia atrás. De
hecho, el mundo se encuentra en u n contexto de creciente etno -nacionalismo,
populismo, autoritarismo y retroceso de los derechos humanos en algunos países.
Durante el disc urso de apertura ante la Asamblea Gen eral de Naciones Unidas a finales
de enero de 2020, el Secretario General de la ONU, António Guterres, identifica cuatro
problemas contemporáneos claves –“los cuatro jinetes” – que el mundo enfrenta en el
siglo XXI: el aumento de las tensiones geopolíticas, la crisis climática, la creciente
desconfianza y los riesgos de la cuarta revolución industrial (Guterres, 2020a). El
Secretario General advierte que existe un riesgo de gran fractura. Además, en una
multitud de países se aprecia inquietud y descontento social que moviliza a los
ciudadanos y deriva en protestas en las calles (Guterres, 2020a). Uno de los orígenes
de estas revueltas es la sensación de que la globalización no va a favor de todos. No en
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