Perspectiva social de los recursos residenciales para mayores en andalucia. Propuestas y retos de futuro para la coordinación sociosanitaria

AutorYolanda María de la Fuente Robles
CargoCatedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales Universidad de Jaén
Páginas355-374
Revista de Derecho de la Seguridad Social. Laborum nº Extraordinario 4
Monográfico
ISSN: 2386-7191 – ISSNe: 2387-0370
355
Perspectiva social de los recursos residenciales para mayores
en andalucia. Propuestas y retos de futuro para la coordinación
sociosanitaria1
Social perspective of residential challenges for the elderly in
andalusia. Proposals and future challenges for socio-health
coordination
Yolanda María de la Fuente Robles Catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales
Universidad de Jaén
Resumen Abstract
El impacto de la pandemia por COVID-19 ha convertido en urgente
la coordinación de los sistemas sanitario y social y ha puesto el
foco en nuevos riesgos y necesidades. Las medidas de coordinación
social y sanitaria deben asegurar una atención de calidad en los
centros residenciales y garantizar que las personas residentes
conserven y conjuguen sus derechos al cuidado sanitario desde el
Sistema Nacional de Salud con los derivados de su situación de
dependencia, con los estándares de calidad de ambos sistemas.
Entre las condiciones para una efectiva coordinación de servicios
sanitarios y sociales, es necesario destacar: una decidida inversión
tecnológica y organizativa, visión a largo plazo, un marco de
derechos garantizados en materia social y sanitaria, responsabilidad
pública con participación privada. Para la cohesión de la atención
sociosanitaria es fundamental definir los perfiles de la población
sociosanitiaria, estableciendo para ello un procedimiento único
de información y acceso que sea común a nivel estatal, defini
la composición del equipo de gestión de casos y una historia
sociosanitaria única y compartida. La implantación de la Historia
Social Única Digital (HSUE) ha supuesto una apuesta por la gestión
digital, así como un importante avance e innovación en el ámbito de
los Servicios Sociales en Andalucía.
The impact of the COVID-19 pandemic has made the coordination
of health and social systems urgent and has put the focus on new
risks and needs. Social and health coordination measures should
ensure quality care in residential centers and ensure that residents
retain and combine their rights to health care from the National
Health System with those derived from their dependency status,
with the quality standards of both systems. Among the conditions for
effective coordination of health and social services, it is necessary to
highlight: A decisive technological and organizational investment,
a long-term vision, a framework of guaranteed rights in social and
health matters, public responsibility with private participation. For
the cohesion of social and health care, it is essential to define the
profiles of the social and health population, establishing a single
information and access procedure that is common at the state level,
definingthe composition of the case management team and a single
and shared social and health history. The introduction of the Single
Digital Social History (HSUE) has meant a commitment to digital
management, as well as an important advance and innovation in the
field of Social Services inAndalusia.
Palabras Clave Keywords
coordinación sociosanitaria; centro residencial; innovación
tecnológica; historia social única digital
socio-sanitary coordination; residential center; technological
innovation; unique digital social history
1. LA ESTRATEGIA ACTUAL. DÉCADA DEL ENVEJECIMIENTO SALUDABLE
Nunca una sola palabra, social, aplicada a la salud ha cobrado tanto sentido como en el
momento actual; la aparición de una pandemia, la gestión de la misma y lo que es peor los efectos de
ésta, ha evidenciado que estamos inmersos en una sociedad individualista y que se ha enfrentado a
las necesidades de la población de una manera cortoplacista y en ocasiones egoísta. En el momento
actual, hay que centrarse en la atención holística de la salud, sin olvidar algo tan importante como
es la salud social, que entre sus objetivos fundamentales se encuentra el mejorar las condiciones de
1
Estudio realizado en el seno del Proyecto de Investigación B-SEJ-213-UGR18 “Retos de la modernización de la
asistencia sanitaria en Andalucía: Cohesión interterritorial, envejecimiento y revolución digital. Proyectos I+D+i del
Programa Operativo FEDER 2018. Junta de Andalucía-Consejería de Economía y Conocimiento. Universidad de
Granada
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vida cotidiana. Para la OMS2, la salud no sólo es la ausencia de enfermedad sino lo que denomina el
completo bienestar, y eso incluye los aspectos físicos, psíquicos y sociales. No podemos olvidar, que
la salud social es un componente clave para la salud y el bienestar en general.
Si aplicamos este concepto al envejecimiento, la salud social puede llegar a representar una
completa red de apoyo que se tornaría fundamental en la lucha contra la soledad no deseada y el
aislamiento social, lo que al mismo tiempo permitiría aumentar el sentimiento de pertenencia a la
comunidad, una participación más activa, la protección de la salud física y el cuidado de las relaciones
sociales, que comporta una de las formas para el autocuidado. Esta es la principal conclusión de
la investigación más larga de la historia promovida por la Universidad de Harvard bajo el título
Harvard Study of Adult Development3, un proyecto de investigación que desde 1938 ha evaluado de
forma continuada la vida de más de 700 hombres, y en algunos casos de sus parejas. A medida que
los científicos analizaban los factores que influían sobre la salud y el bienestar, encontraron que las
relaciones con los amigos, principalmente con la pareja, eran fundamentales. La gente que tenía las
relaciones más estrechas estaba protegida contra enfermedades crónicas y mentales, así como pérdida
de la memoria, aunque esas relaciones tuvieran varios altibajos.
Recogiendo esta línea argumental, debuta el nuevo concepto de envejecimiento saludable,
que es el proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar
en la vejez. La Organización Mundial de la Salud en su Informe Mundial sobre Envejecimiento y
Salud (2015)4, amplió el concepto de envejecimiento saludable al proceso de fomentar y mantener
la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. Con este nuevo concepto, envejecer de
manera saludable no significa envejecer sin enfermedades, signific ser capaz de hacer durante el
máximo tiempo posible las cosas a las que cada persona le da valor, respondiendo a lo que consideran
su propio plan de vida, pero para que todo esto sea posible, es necesario que de una manera urgente,
se desarrollen acciones de salud pública y el rediseño de los servicios sociales para poder responder a
estos nuevos desafíos que ya forman parte de la agenda pública.
A nivel internacional se reconoce, que aunque las personas viven más años que nunca, muchas
no tienen acceso a una buena vida en la edad avanzada a causa de la mala salud, las deficiencias de
los servicios de salud y los obstáculos físicos y sociales que limitan la inclusión y participación de las
personas mayores en todos los aspectos de la vida comunitaria, siendo en la mayoría de las ocasiones
los propios entornos los que discapacitan a las personas, independientemente de la edad que tengan.
El envejecimiento saludable, con el enfoque del ciclo vital, presenta tres escenarios de
intervención: adultos mayores con capacidad funcional alta y estable, con deterioro de la capacidad, y
con pérdida de la capacidad. Los objetivos son prevenir enfermedades crónicas o asegurar la detección
temprana, promover conductas que mejoren la capacidad funcional, retardar la disminución de la
capacidad, manejar enfermedades crónicas avanzadas, asegurar la dignidad, eliminar las barreras a la
participación y compensar la pérdida de la capacidad. La intervención sociosanitaria puede contribuir
a la consecución de estos objetivos, pues actúa en todos los niveles de atención: en la promoción de la
salud, prevención de la enfermedad, recuperación y rehabilitación, por lo cual su principal estrategia
es el autocuidado (Espinoza, 2016)5.
Entre las líneas de acción para promover el envejecimiento saludable se pueden destacar:
2
Organización Mundial de la Salud. Constitución de la Organización Mundial de la Salud. Disponible en: http://
www.who.int/gb/bd/PDF/bd46/sbd46_p2.pdf.
3 Harvard Medical School. Harvard Study of Adult Development. Disponible en: https://www.adultdevelop mentstudy.
org/
4 Organización Mundial de la Salud. Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud. Disponible
en: http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/186471/WHO_FWC_ALC_15.01_spa.
pdf;jsessionid=865834CBEB089191E9731E919AFC95CD?sequence=1
5
Espinoza, L.: “El envejecimiento saludable y el bienestar: un desafío y una oportunidad para enfermería”, Enfermería
Universitaria núm 3, 2016.

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