La migración como reto de la sociedad actual. Desafíos de su gestión

AutorMiryam C. González-Rabanal
Cargo del AutorProfesora Titular de Universidad - Departamento de Economía Aplicada y Gestión Pública de la UNED
Páginas17-45
LA MIGRACIÓN COMO RETO DE LA SOCIEDAD
ACTUAL. DESAFÍOS DE SU GESTIÓN
M C. G-R
Profesora Titular de Universidad
Departamento de Economía Aplicada y Gestión Pública de la UNED
DOI: 10.14679/2578
1. INTRODUCCIÓN
Todo proceso migratorio supone la previa existencia de dos elementos: uno
subjetivo, el migrante, y otro objetivo, el elemento territorial y espacial, es decir, un
lugar de origen y otro de destino, a los que se pueden añadir diferentes factores
explicativos.
Lo que en primer lugar llama la atención al acercarse al estudio de las migra-
ciones es que, aunque no se trata de un proceso reciente, sino vinculado a la propia
historia de la humanidad, son novedosas sus actuales características en las que
se perciben algunos cambios en la dirección de los movimientos en virtud de los
cuales, algunos países que tradicionalmente han sido emisores de población se han
convertido en importantes receptores de inmigrantes. A ello se une, en ocasiones, la
falta de una trayectoria legislativa que regule y normalice la llegada de ciudadanos
del resto del mundo y el cambio operado en la población autóctona que percibe
el proceso migratorio (inmigración) como una amenaza y es víctima, en no pocas
ocasiones, de lo que se ha denominado “psicosis colectiva” ante la inmigración. A
esta percepción de la inmigración ha coadyuvado la mayor visibilidad de los inmi-
grantes pobres y no occidentales que tienden a instalarse en determinadas zonas
de los países más desarrollados, donde la marginalidad es la nota característica,
de modo que se desencadena un proceso de retroalimentación del fenómeno de
la exclusión social: en la medida en que los controles y la vigilancia policial, así
como la atención informativa, se focalizan en estas zonas, se da mayor notoriedad
al fenómeno migratorio, siendo frecuente que se vincule con comportamientos
delictuales como el terrorismo, el tráco o la trata de personas, o el narcotráco y
se le dispense el mismo tratamiento policial y represivo que a éstos últimos. De este
modo, se une inmigración y delincuencia casi de forma indefectible, aun cuando
no siempre exista esta relación de causalidad entre una y otra.
Aunque resulta innegable que el trato con personas procedentes de otros países
y/o culturas pone en cuestión la vigencia de códigos y de creencias de la sociedad
receptora y contribuye a relativizar la identidad colectiva y a resquebrajar sus bases
Miryam C. González-Rabanal
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más tradicionales, ello no debe ser óbice para percibir el fenómeno migratorio
como un ujo bidireccional de personas del que irradian benecios para todas las
partes implicadas: país emisor, país receptor y migrantes. Por ello, si bien es difícil
cambiar las actitudes y los comportamientos humanos, lo que se pretende con
estas reexiones es contribuir a desmiticar el fenómeno migratorio y los que se
perciben como perjuicios inherentes al mismo, tratando de aportar una visión lo
más aséptica y objetiva posible sobre él.
Con el n de contextualizar en términos cuantitativos el fenómeno de la migra-
ción, hay que señalar que, según la estimación más reciente de Naciones Unidas,
en 2023 hay cerca de 184 millones de personas, el 2.3 % de la población mundial
(incluyendo 37 millones de refugiados), que viven fuera de su lugar de nacionali-
dad. Esto signica que la inmensa mayoría de las personas del mundo reside en su
país natal, aunque casi el 80% de los desplazados lo hacen para lograr unas mejores
condiciones de vida1, lo que podría explicar que una gran parte de los movimientos
migratorios tiene una causa económica de fondo. Por otro lado, hoy en día, y a
diferencia de lo que sucedía en otras épocas no muy lejanas, los países de destino y
de origen pueden tener cualquier nivel de ingreso, y muchos países, como México,
Nigeria y el Reino Unido, envían y reciben migrantes al mismo tiempo.
En otro orden de ideas, la migración no es uniforme en el mundo, sino que
responde a diversos factores, que se tratarán de explicar más adelante, y a los
denominados “corredores migratorios”, que se establecen con el paso de los años,
que no siempre van de los países en vías de desarrollo hacia los más desarrollados.
Según Naciones Unidas, en 2020, la gran mayoría de los migrantes y ciudadanos
naturalizados (alrededor del 84 por ciento) vivía en un país con un ingreso superior
al de su país de origen, pero los niveles de migración más altos no se identicaban
con los corredores donde las disparidades de bienestar eran más signicativas. Los
datos publicados en abril de 2023 revelan que los ujos migratorios recientes están
determinados principalmente por las demandas de habilidades en los mercados
laborales de los países de destino, los vínculos históricos y geográcos y los costes
de la migración. Esto determina que la mayoría de los migrantes de países de bajos
ingresos migren a otros países de bajos ingresos o a países de ingresos medios por-
que el precio en términos económicos de la migración a destinos de ingresos más
altos es prohibitivo; que, al tiempo, los migrantes de países de ingresos medios, a
menudo, se trasladen a países de ingresos altos y muchos emigrantes de los países
de altos ingresos se dirijan hacia otros países de altos ingresos; pero también que
las personas con mayores cualicaciones vayan de forma preferente hacia países
con niveles de vida superiores, aunque estén más lejanos.
1 https://www.worldbank.org/en/publication/wdr2023

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