Maximiliano Arboleya Martínez (1870-1951): El catolicismo social avanzado: la política de reforma social desde la democracia cristiana

AutorJosé Luis Monereo Pérez
CargoCatedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social Presidente de la Asociación Española de Salud y Seguridad Social Director de la Revista Derecho de la Seguridad Social Laborum
Páginas289-312
Revista de Derecho de la Seguridad Social. Laborum 31 (2º Trimestre 2022)
Clásicos de la Seguridad Social ISSN: 2386-7191 - ISSNe: 2387-0370
Pags. 289-312
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MAXIMILIANO ARBOLEYA MARTÍNEZ (1870-1951): El
catolicismo social avanzado: la política de reforma social desde la
democracia cristiana
MAXIMILIANO ARBOLEYA MARTÍNEZ (1870-1951):
Advanced social catholicism: the politics of social reform from the
perspective of christian democracy
JOSÉ LUIS MONEREO PÉREZ
Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
Presidente de la Asociación Española de Salud y Seguridad Social
Director de la Revista Derecho de la Seguridad Social Laborum
O ht tps://orcid.org/0000-0002-0230-6615
Cita sugerida: MONEREO PÉREZ, J.L. "MAXIMILIANO ARBOLEYA MARTÍNEZ (1870-1951): El catolicismo social
avanzado: la política de reforma social desde la democracia cristiana". Revista de Derecho de la
Seguridad Social, Laborum. 31 (2022): 289-312.
“El sufrimiento se halla aquí por casualidad
Y somos el suelo donde todo se ha edificado
Y estamos en cualquier parte
Donde se eleva el cielo de los demás.
Allí donde negarse a vivir es inútil”.
Paul ELUARD1
1. ELEMENTOS DE UNA BIOGRAFÍA INTELECTUAL
Maximiliano Arboleya (Pola de Laviana, Asturias, 9 de octubre de 1870-Meres, Concejo de
Siero, Asturias, 19 de enero de 1951), canónico y deán de la catedral de Oviedo, sobrino del obispo
dominico Ramón Martínez, Arboleya Martínez, fue un reformador social y fun dador de los
“sindicatos independientes” de inspiración católica. Es una de las grandes personalidades del
catolicismo social y de los inicios de la democracia cristiana en España. Fue al mismo tiempo un
pensador (constructor y artífice de teorías sociales) y un hombre de acción social. Defensor de las
ideas sociales en la democracia y crítico con el integrismo católico y en general un gran polemista
frente a las ideologías del liberalismo social krausista y del socialismo. Pertenece a la corriente del
catolicismo social “progresista” y “avanzado” y estuvo fuertemente comprometido con la
Democracia Cristiana y la acción social, en una perspectiv a coherente con la defensa de la justicia
social de manera inseparable respecto de la defen sa de los principios democráticos, en
contraposición a los católicos sociales conservadores. Arboleya era un luchador de la acción so cial
que creía sinceramente en la viabilidad de un sindicalismo social católico de masas. Su propuesta
sindicalista era más ambiciosa que la q ue estaba llevándose a cabo de los “Círculos Obreros” a
impulso del Padre Vicent2. Su posición nunca fue radical buscando soluciones intermedias desde la
1 ELUARD, P.: El amor y la poesía (1929), trad. de Manuel Álvarez Ortega, Madrid, Visor Libros, 3ª ed., 1997, pág. 47.
2 Ya en su libro, ARBOLEYA MARTÍNEZ, M.: Liberales, Socialistas y C atólicos ante la cuestión social, Valladolid,
Imprenta y Librería Cat. de José Manuel de la Cuesta, 1901, pp. 61 y s., Arboleya defendió la creación de
sindicatos independientes de trabajadores.
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defensa de la justicia social y el régimen democrático3: un verdadero luchador en la apuesta por este
doble objetivo que dio sentido a su vida activa.
En 1884 ingresó en el seminario diocesano de Ov iedo cursando en él dos años de
Humanidades, tres de Filosofía y cuatro de Teología. Se vincularía después al “Ateneo Asturiano”.
Estuvo becado por la Diócesis al Pontificio Colegio Español d e Roma. En Roma -a la que se
trasladó en octubre de 1893- obtuvo en tres cursos los títulos de Licenciado en Sag rada Teología por
la Universidad Gregoriana y Doctor “in utroque jure” por el Pontificio Seminario de San Apolinar.
Hizo estudios especializados en Griego y Arqueología. En Roma recibió igualmente casi todas las
órdenes sagradas, aunque el prebisterado se lo confirió el padre Martínez Vigil el día 20 d e julio de
1895 en la capilla de su palacio episcopal de Oviedo. Tuvo un su pensamiento una gran influencia
las doctrinas de León XIII, que le abrieron nuevos horizontes reflexivos y críticos. Es así que la
vocación sacerdo tal y la vocación social que descubrió quedaron en él indisociablemente unid as4.
En R oma conoció al sociólogo Monseñor Portier, el cual había sido llamado por León XIII para
impartir enseñ anza de sociología en el Instituto que lleva su nombre. Sus primeras publicaciones
reflejan ya un fuerte sen tido social y sus planteamientos innovadoras se reflejan en su libro
Liberales, socialistas y católicos ante la cuestión social” (1901). En ella, frente a las soluciones
postuladas en los “círculos obreros” (del Padr e Vicent), defenderá el asociacionismo profesional5, el
sindicalismo independiente de trabajadores, como instrumento más adecuado para la solución de los
problemas sociales. Dirigiría también el periódico local, “El Carbayón”, en cuyas páginas se
reflejaría su pensamiento social católico. En 1902 fundaría adicionalmente el periódico semanario
“El Zurriago Social”, en el que se trata de la cuestión social y se pretendía contrarrestar la influencia
de las doctrinas socialistas y republicanas en las clases trabajadoras. Participaría, además, en otros
muchos periódicos, llevando a cabo una extraordinaria labor de propagandista de la acción social.
De propagandista social pasaría a ser impulsor y organizados de sindicatos obreros.
Pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios, realizó en 1913 un viaje por Europa a fin de
conocer las acciones sociales que se estaban emprendiendo en los países más avanzados del
momento. A partir de ah í desplegaría una amplia labor de difusión, con la dirección del Sindicato
Obrero Independiente (1913), que culminaría en la fundación de los Sindicatos Independientes
(“Estatutos del sindicato obrero independiente”, presentados en el Gobierno Civil de Oviedo el 17
de octubre de 1913) y la creación de la Casa del Pueblo, que sería la sede de la Federación
diocesana de Sindicatos Agrícolas (creada también en 1913). Fundó la Fed eración Asturiana
Católico-Agraria. En el año 1922 el obispo de Oviedo, Juan Bautista Luis Pérez, le nombra director
de la Federación Diocesana de Sindicatos Agrarios a Maximiliano Arboleya, nombrándolo también
deán del cabildo catedralicio en 1923; también por el mismo obispo. Este mismo año Maximiliano
Arboleya organiza la Federación Asturiana Católico-Agraria, la cual llega a acoger a medio centenar
de sindicatos agrícolas de todo el Principado y edita la revista Asturias Agraria. La Federación
Diocesana de Sind icatos Agrarios agrupa a sindicatos obreros independientes, in tegrados
exclusivamente por obreros de todas clases. El Sindicato Obrero Independiente de Oviedo, “se
constituye única y exclusivamente para defender los intereses sociales de todo género y
particularmente los económicos de los asociados por todos los medios que las leyes permitan
3 BENAVIDES GOMEZ, D.: Maximiliano Arboleya (1870-1951): un luchador social entre las dos Españas, Madrid,
2003. Asimismo, MONEREO PÉREZ, J.L.: “Arboleya Martínez, Masimiliano (1870-1951), en Diccionario crítico de
Juristas Españoles, Portugueses y latinoamericanos, Vol. II (=tomo 4º de la colección), M ANUEL J. PELÁEZ
(Director, editor y coordinador), Cátedra de Historia del Derecho y de las Instituciones de la Universidad de
Málaga, Barcelona-Zaragoza, Impreso en Zaragoza-Talleres Editoriales Cometa, 2012, pp. 48-57.
4 BENAVIDES GÓMEZ, D.: El fracaso social del catolicismo español 1870-1951, Barcelona, Editorial Nova Terra,
1973, p. 20.
5 No deja de ser significativo que un católico social conservador reformista como Eduardo Sanz y Escartín, fuese
también un acérrimo defensor decidido y coherente del asociacionismo libre de trabajadores. Véase MONEREO
PÉREZ, J.L.: El catolicismo social conservador: Eduardo Sanz y Escartín, Granada, Ed. Comares, 2010, pp. 68 y
ss., y 116 y ss. passim.

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