Madrid tendrá una fiscalía para delitos de odio en 2010

MadridHa salido en los periódicos: los casos de corrupción en los ayuntamiento españoles han crecido como por esporas en la primera década del siglo XXI. Clave en este fenómeno -que en realidad ha trasladado a la ciudadaía la impresión de que hay más corruptelas que antes, cuando lo que sucede es que ahora se investigan- ha sido la creación de fiscalías dedicadas especialmente a hurgar en los entuertos urbanísticos de la mayor burbuja inmobiliaria que este país haya conocido nunca. Es lo lógico: cuanto más se investiga, más corrupción emerge. Ahora, la fiscalía madrileña pretende similar efecto con los delitos de odio, tras casos como el de Carlos Palomino y después de las peticiones de organizaciones como el Movimiento contra la Intolerancia.

Los delitos de odio tendrán una fiscalía diferenciada a partir del próximo año en Madrid, como ya sucede por ejemplo en Barcelona.

Lo confirmó a este diario recientemente Eduardo Esteban, fiscal jefe de Madrid, que explicó: «Simplemente estamos esperando que nos asignen más personal, y eso es algo que podría suceder en diciembre. Pero sí, habrá una fiscalía acotada para los llamados delitos de odio, y cuyo campo de trabajo será también por ejemplo el problema de las maras, al que hay que prestarle mucha atención».

Los llamados delitos de odio, o de móvil ideológico y racista, han generado desde hace años la petición de una fiscalía diferenciada desde asociaciones como el Movimiento contra la Intolerancia, dirigido por Esteban Ibarra: «Tendemos a pensar que por ejemplo los grupúsculos nazis son una minoría, que son inofensivos, pero cada cierto tiempo hay una célula desarticulada, saben cómo calar en la sociedad y por ejemplo la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa ya ha llamado la atención a España sobre el aumento de este tipo de casos».

Para el Movimiento contra la Intolerancia, creado en 1992 a raíz del asesinato racista de la dominicana Lucrecia Pérez, la creación en Madrid de una fiscalía anti-odio es «un paso muy trascendente, la respuesta a una demanda que comenzó hace 15 años con el nuevo Código Penal, el de la democracia, que es de por sí un instrumento que podría actuar con eficacia contra los delitos de odio, pero se necesitaba formas desarrollo de esas previsiones: la fiscalía es fundamental en este punto».

Por ejemplo, el caso Palomino, la muerte de un simpatizante izquierdista a manos de un ex militar, supuso la primera vez que en España se aplicaba el artículo 22.4...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR