La Justicia sale a la calle, la justicia en huelga

AutorJulio Picatoste
Cargo del AutorMagistrado (jubilado) - Académico de número de la Real Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación
Páginas84-85
LA JUSTICIA SALE A LA CALLE,
LA JUSTICIA EN HUELGA 24
Fue lo nunca visto. Increíble. Lo ocurrido era inimaginable hace unos
años. Los más viejos del lugar no daban crédito a lo que veían. Jueces y Fis-
cales, a toga remangada, manifestándose en plena calle San Bernardo, ante
el Ministerio de Justicia, para demandar la dimisión del ahora ya exministro
Catalá; le pedían que hablase menos y escuchase más. Allí se dieron cita
hombres y mujeres que quieren trabajar con dignidad y medios en el seno
de una Justicia que en todas sus instancias y niveles quiere ser y parecer in-
dependiente.
Se repitieron una vez más las ya viejas reivindicaciones por las que des-
de hace años vienen clamando los jueces de modo paciente e insistente para
remediar carencias y restañar grietas de la Administración de Justicia; son
pretensiones constantemente desoídas de forma injusta y displicente por
ministros y Consejo General del Poder Judicial. Los manifestantes exhibían
carteles con cuya lectura debían enrojecer ilustres mejillas y enaquecer au-
gustos carrillos: “Catalá dimisión, “Cargas de trabajo saludables”, “Indepen-
dencia de la Justicia”, “Dotar de personal y medios como en UE”.
Allí estaban en la calle jueces y scales demandando justicia para ellos,
para su trabajo, para la Justicia. Todas las miradas se dirig ían hacia las alturas
de un poder recluido en el Sinaí de San Bernardo. Dicen que allí se encuentra
la zarza incandescente de la Justicia avivada por el soplo divino de emis,
la de hermosas mejillas. Tal vez lleguen allí nuestras plegarias –pensaban
los manifestantes– y se nos manieste Catalá, a lo Charlton Heston, con la
mirada engravecida, la cabellera repentinamente cana y, en sus brazos las
Tablas de unos mandamientos nuevos que habrían de llevarnos a la tierra
prometida de una Justicia independiente y ecaz, moderna y resplandecien-
te, con cargas razonables de trabajo, bien pertrechada de medios y recursos,
una Justicia para el siglo XXI.
Pero nadie descendía del Sinaí de San Bernardo. Entre los manifestantes
cunde el desconcierto; dicen que la zarza ardiente hace años languidece y
24 Faro de Vigo, 3 de junio de 2018.

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