El desarrollo como expansión de la libertad real de amartya sen
Autor | Jairo Roa |
Páginas | 145-186 |
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En el capítulo anterior se indicó cómo el marco antropológico del capitalismo neoliberal redujo la concepción del ser humano al homo economicus y la libertad a la no-coacción o a la libertad de elegir. Por otro lado, se señaló que el desarrollo constituyó una de las preocupaciones centrales de la reflexión teológica durante la década del '60, perdiendo relevancia para la teología en la medida que ésta última se articula con la teoría de la dependencia, en la cual el concepto de liberación adquiere un carácter prioritario. Es importante precisar que si por un lado, la teoría de la dependencia aportó elementos significativos para la teología, por otro lado, significó una ruptura entre desarrollo y liberación. Los nuevos desafíos, que representa el desarrollo para la teología en la actualidad, exigen preguntarse por un nuevo marco teórico que posibilite recuperar el tema del desarrollo y superar las rupturas presentadas a finales de la década de los años sesenta.
En este capítulo se analiza la propuesta de desarrollo de Amartya Sen, como marco teórico que le permite a la teología latinoamericana retomar el tema de la libertad y a partir de éste recuperar la problemática del desarrollo en la actualidad. Por ende, se provee de un instrumental que hace posible superar la ruptura entre desarrollo y liberación. La pertinencia de la propuesta de Sen se establece con base en el concepto de la Page 146 libertad del ser humano, entendida como fin y como medio para el desarrollo. En este capítulo no se pretende hacer un análisis de la totalidad de los aspectos planteados por Sen, sino sólo de aquellos que permiten una mejor comprensión de las relaciones entre la libertad y el desarrollo.
Antes de analizar específicamente la propuesta de desarrollo de Amartya Sen es importante tener en cuenta algunos antecedentes al respecto. Desde los inicios de las discusiones sobre el desarrollo en América Latina se fueron presentando críticas a los énfasis economicistas del desarrollo y a la necesidad de una concepción más amplia del mismo. Quizás vale la pena recordar las diferencias hechas por el pensador francés François Perroux sobre crecimiento económico y desarrollo en 1981. Para Perroux, el crecimiento económico es un indicador cuantitativo (PNB, PIB, etc.), mientras que el desarrollo tiene que ver con el progreso económico y social del ser humano224. Si bien el desarrollo humano comienza a ser motivo de reflexión en los años 90, la preocupación por una concepción más amplia del desarrollo ya la encontramos en Joseph Louis Lebret, la Populorum Progressio, la teología del desarrollo de los años 60, los pensadores protestantes de ISAL, el Consejo Mundial de Iglesias, las propuestas marxistas; y en economistas como Ernst Schumpeter. De igual modo, las críticas al énfasis economicista y cuantitativo habían estado presentes, en 1987 con el "Informe Brundtland" de la Comisión Page 147 Mundial del Medio Ambiente donde se planteó la necesidad de un desarrollo sostenible. Desde ese entonces ya se abogaba por un nuevo paradigma de desarrollo que replanteara nuevos modelos de producción y de consumo viables para todos los seres humanos, ahora y en el futuro. Un desarrollo sostenible que respondiera a las necesidades presentes sin comprometer las generaciones futuras en la satisfacción de sus necesidades. El Informe Brundtland consideraba que el desarrollo sostenible cuya búsqueda sea la erradicación de la pobreza y la protección del medioambiente tenía como objetivo225: 1. Revitalizar el crecimiento, 2. Cambiar la calidad del crecimiento, 3. Satisfacer las necesidades esenciales de trabajo, alimentos, energía, agua, higiene, 4. Asegurar un nivel de población sostenible, 5. Conservar y acrecentar la base de los recursos, 6. Reorientar la tecnología y controlar los riesgos, 7. Integrar la economía y el medio ambiente en la adopción de decisiones, y 8. Introducir cambios profundos en las relaciones económicas internacionales y modificar los esquemas de cooperación mundial.
Los malos resultados de las políticas de ajuste, llevaron a varias instituciones internacionales, como la UNICEF, a exigir un desarrollo con rostro humano. A principios de los años 90, el economista Mahbuh Ul Haq introdujo el concepto de desarrollo humano en la discusión en torno al desarrollo. La propuesta de Ul Haq no suponía una ruptura con el desarrollo económico, pues consideraba el crecimiento económico como un elemento importante, pero lo veía como un medio y no como un fin del desarrollo. Ul Haq considera que la dimensión humana del desarrollo no es un agregado más al diálogo sobre el desarrollo, sino una perspectiva completamente nueva, una manera revolucionaria de redefinir el acercamiento convencional al desarrollo. En este sentido los seres humanos deberían convertirse en sujetos y objetos del desarrollo. Las personas Page 148 deben ser quienes controlen el desarrollo y no ser esclavizadas por el mismo.
Las críticas al desarrollo por parte del economista ya se habían iniciado con la publicación de su libro, La Cortina de la Pobreza (1976). Ul Haq comienza su libro diciendo: "Una cortina de pobreza ha descendido sobre nuestro mundo, dividiéndolo en dos mundos material y psicológicamente diferentes, en dos planetas separados, en dos humanidades desiguales: una embarazosamente rica y otra desesperadamente pobre"226. Sus propuestas iniciales se irán concretando hasta expresarlas finalmente en el primer Informe sobre el Desarrollo Humano del Banco Mundial, en 1990. Para él, el desarrollo tiene que ver con la ampliación de las opciones de las personas227. Estas opciones no necesariamente pueden expresarse en cifras o en datos estadísticos. En este sentido más que una preocupación por el ingreso, el desarrollo debe apuntar a la creación de un ambiente que permita a las personas disfrutar de una vida larga, saludable y llena de creatividad228. Esto de ninguna manera significa un desconocimiento de la importancia de los ingresos para las personas, pero éste no debe ser un fin en sí mismo. El desarrollo humano, desde este nuevo paradigma significa; en primer lugar, que las personas deben ser el centro de la preocupación del desarrollo. En segundo lugar, el desarrollo humano debe apuntar a mejorar las capacidades de las personas, esto implica una mayor preocupación por la salud y la educación y un mayor acceso equitativo a las oportunidades. En tercer lugar, el desarrollo humano mantiene una distinción entre los fines y los medios del desarrollo. En cuarto lugar, el desarrollo humano incluye todas las dimensiones del ser humano, y no únicamente la economía. En quinto lugar, las personas no pue- Page 149 den ser vistas como medios en la producción de mercancías, sino como un fin del desarrollo229. El desarrollo como libertad de Amartya Sen está en relación con la propuesta de Ul Haq, con quien había trabajado en el Human Development Report del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo230.
La concepción del "desarrollo como libertad", es tomada del texto de Amartya Sen titulado: "Development as Freedom"231. Amartya Sen es un economista y filósofo indio nacido en 1933 en Santiniketan, India. Ha sido profesor en la India, Inglaterra y Estados Unidos en diferentes universidades. En 1998 fue galardonado con el premio Nobel de economía por sus estudios sobre la economía del desarrollo. Además de este reconocimiento ha sido galardonado por una gran cantidad de premios y de doctorados honoris causa, de las universidades más prestigiosas del mundo232. Dentro de las obras más importantes escritas por Sen, encontramos: Elección Colectiva y Bienestar Social (1970), La Desigualdad Económica (1973), Pobreza y Hambrunas (1981), Recursos, Valores y Desarrollo (1984), Sobre Ética y Economía (1987), Nuevo Examen de la Desigualdad (1992), Libertad como Desarrollo (1999) y recien- Page 150 temente Libertad y Racionalidad (2002). La gran parte de su obra está atravesada por las preocupaciones éticas y sociales; razón por la cual ha sido considerado como la conciencia moral de la economía contemporánea. Al ser interrogado sobre las razones por las que decidió ser economista, Sen responde:
Nací en la India, donde hemos tenido numerosos problemas económicos. Así que no creo que necesitara muchas excusas para dedicarme a la economía, porque daba la impresión de que eran unos problemas enormemente importantes en mi época. Cuando era niño, cuando tenía nueve años y medio, tuve la desgracia de presenciar una hambruna en nuestra región. Murieron casi tres millones de personas. Pasé por la experiencia de ver a seres humanos atacados por el hambre y la enfermedad, muriendo a millares. Y fue una experiencia que me afectó tremendamente, que influyó cuando empecé a pensar qué dirección seguir233.
Esta es una de las experiencias que ha marcado la vida de Sen y ha llevado a...
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