El escenario de la justicia
| Autor | Julio Picatoste |
| Cargo del Autor | Magistrado (jubilado) - Académico de número de la Real Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación |
| Páginas | 102-105 |
EL ESCENARIO DE LA JUSTICIA 29
I
Los tribunales ejercen en nosotros
una extraña atracción, ¿no?
F. Kaa, El proces o
Era estudiante de Derecho cuando asistí como espectador, y por pri-
mera vez, a un juicio, invitado por el juez de mi pueblo, Betanzos. La sala
de audiencia era mínima, compacta: podría decir que, por su simplicidad y
ausencia de boato, era austera, pero explicarlo así sería un eufemismo encu-
bridor de la pobreza y mezquindad con que tradicionalmente ha sido tratada
la Administración de Justicia en España, y esta descarada postergación no
merece ser contada con sigilo ni recordada con piedad. El juzgado, como en
tantos otros pueblos de España, estaba instalado en un piso donde cualquier
rincón, incluido el cuarto de baño, era útil para servir de archivo, y alguna
estancia concebida para salón-comedor pasaba a convertirse en apretujada
sala de audiencia. Pese a tal indigencia, togas, formas y ritos, dotaban al lugar
y al acto de una cierta seriedad y dignidad.
Pues bien, de aquel primer juicio al que asistía, fue su estructura tea-
tral lo que más llamó mi atención. Durante el desarrollo de la vista, y en el
acotado recinto de los estrados, juez, scal y abogado defensor vestían toga,
con camisa y corbata, y se ajustaban a una liturgia que pautaba las diversas
secuencias del juicio. Algunas expresiones tenían el tono adusto y breve de
lo formulario; el tratamiento era solemne (“señoría”) y enfático el comienzo
de las intervenciones (“con la venia”), el abogado era “letrado”; hasta las de-
claraciones de los testigos iban precedidas de la fórmula ritual del juramento.
Terminada la vista, el acusado abandonó la sala de audiencia, dejando
tras de sí una estela de incertidumbre. Inmediatamente después, se desmon-
taba toda aquella parafernalia, aquel armazón escénico. Todos se levantaron
de sus asientos, del lenguaje formal se pasó a otro coloquial, los semblantes
29 Faro de Vigo, 30 y 31 de mayo de 2020.
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba