Editorial
| Autor | Fernando Velasco Fernández y Diego Navarro Bonilla |
| Páginas | 11-14 |
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Coincide la publicación de este número 6 de Inteligencia y seguridad con la puesta en marcha de la primera edición del Máster Interuniversitario en Analista de Inteligencia. Con ello se cumple otro de los objetivos que nos marcamos para crear una Cultura de Inteligencia en España: impartir formación académica sobre esta materia. España se sitúa así entre el grupo de países que incluye la Inteligencia como disciplina de los programas académicos de enseñanza superior o de postgrado.
La formación es en la actualidad una de las principales herramientas de las que disponen todas las organizaciones, tanto públicas como privadas, para gestionar el cambio al que nos obligan los nuevos retos que plantea la sociedad de la información y del conocimiento. Es innegable, y las empresas así lo demuestran día a día, que el aprendizaje es una capacidad estratégica para las personas y las organizaciones. Las organizaciones públicas, y entre ellas las de Inteligencia, no son una excepción a esta regla. De hecho la necesidad de agilizar su funcionamiento constituye uno de los principales retos a los que se enfrentan las administraciones de todos los países occidentales, como condición imprescindible para gestionar la complejidad actual. La productividad y la innovación, valores fundamentales de las empresas más competitivas, son aplicaciones del saber al trabajo. La capacidad para aprender de las personas y de las organizaciones constituye la única fuente de ventaja competitiva.
En el caso de los Servicios de Inteligencia, y a pesar de la importancia que la Inteligencia ha adquirido en los últimos años, en especial desde finales del siglo pasado, el mundo académico ha reaccionado muy lentamente a la demanda que sobre estas cuestiones planteaban las sociedades occidentales. La oferta académica ha sido muy escasa hasta finales de la última década del si-Page 12glo XX. La inversión pública en la enseñanza de estas materias ha estado muy por detrás de las necesidades educativas reales.
En los últimos años se han ido poniendo en marcha una serie de iniciativas académicas en materia de Inteligencia, principalmente en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia y España. La lentitud de este proceso, que ha tomado impulso en los últimos cinco años, se ha debido al recelo de las organizaciones de Inteligencia a abrirse a la sociedad y a la tradicional reticencia del mundo académico hacia estas organizaciones. Acabar con estos recelos mutuos constituye uno de...
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