Los delitos de odio. Una perspectiva holística (a modo de presentación)

AutorMª Ángeles Hernández-Prados y Mª Ángeles Hernández-Prados y Marina Dólera González
Cargo del AutorUniversidad de Murcia/Asociación Columbares
Páginas9-15
LOS DELITOS DE ODIO. UNA PERSPECTIVA HOLÍSTICA
(A modo de presentación)
Mª Ángeles Hernández-Prados
Universidad de Murcia, mangeles@um.es
Mª Ángeles Hernández-Prados y
Marina Dólera González
Asociación Columbares, m.dolera@columbares.org
Negar que el odio existe, es caer en un absurdo ideológico que nos atrapa en una visión
utópica de la sociedad, pero alejada de la realidad. Además de andar un poco escasos de me-
moria histórica, pues son múltiples los sucesos que aoran en los medios de comunicación
a diario con devastadoras y alarmantes historias dramáticas de violencia gratuita hacia una
persona desconocida por el hecho de pertenecer a un colectivo vulnerable, estigmatizado so-
cialmente por ser diferentes.
Los delitos de odio existen, y gozan, desgraciadamente, de una buena representación en
España. En palabras de Pina-Castillo y Ruiz-Alegría (2021, p.112) “Pocas personas están
exentas de ser víctimas del discurso de odio a lo largo de su vida, de forma directa o indirecta,
(...), los motivos por los cuales se pueden sufrir son varios”. En esta misma dirección, y aten-
diendo a los datos recabados en informes recientes del Ministerio de Interior sobre los delitos
de odio1, éstos han experimentado un incremento considerable en los últimos años, excepto
en pandemia, donde disminuyeron fruto del aislamiento y sensibilidad social ocasionada por
la vulnerabilidad extrema a la que se expuso la humanidad. Este mismo estudio pone de ma-
niesto que “el ámbito que mayor número de delitos registra en el año 2021 es el de “racismo/
xenofobia, con 639 hechos conocidos constitutivos de delitos de odio” (López-Gutiérrez et
al., 2021). Otros estudios constatan que un 35% de los jóvenes ha emitido mensajes de odio,
de los cuales la mayoría ha sido de forma esporádica, mientras que el 28% de ellos recurre a
esta práctica con frecuencia (Pina Castillo et al., 2022).
Reconocer que el odio habita entre nosotros, no implica caer en la demagogia de un absurdo
imposibilitador de cualquier alternativa en el ser humano. Esto por naturaleza es imposible, ya
que desde su condición antropológica de ser inacabado, decitario genéticamente, pero educa-
ble, está evocado a admitir que pocas cosas en su vida vienen determinadas, y por lo tanto, no
son denitivas, sino elegibles y por tanto, posibles de modicación-cambio. En denitiva, en el
ser humano habitan en potencia múltiples formas de sentir, vivir, pensar y actuar. La libertad
del ser humano a decidir constantemente el sentido de su vida, conlleva también el riesgo de que
el odio, entendido como el sentimiento más negativo, penetre en ella. Se trata de una respuesta
primaria y que puede surgir de forma automática o instigada por otros, pero en ambos casos,
1 “Informe sobre la evolución de los delitos de odio en España, https://www.interior.gob.es/
opencms/es/servicios-al-ciudadano/delitos-de-odio/estadisticas/

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