Las deficiencias endémicas en la descentralización territorial del derecho a la asistencia sanitaria en españa y propuestas de mejora

AutorMª Teresa Díaz Aznarte
CargoCatedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social Universidad de Granada
Páginas133-149
Revista de Derecho de la Seguridad Social. Laborum nº Extraordinario 4
Monográfico
ISSN: 2386-7191 – ISSNe: 2387-0370
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Las deficiencias endémicas en la descentralización territorial del
derecho a la asistencia sanitaria en españa y propuestas de mejora1
Endemic deficiencies in the territorial decentralization of the right
to health care in spain and proposals for improvement
Mª Teresa Díaz Aznarte Catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
Universidad de Granada
Resumen Abstract
La crisis sanitaria generada por la pandemia ha dejado al
descubierto problemas estructurales de nuestro modelo de atención
a la ciudadanía. El escenario actual es el de una multiplicidad de
servicios autonómicos de salud que son susceptibles de albergar
diferencias territoriales en materia de prestaciones sanitarias.
Nuestra Constitución ampara la disparidad territorial manifestada
en una mayor o menor oferta de prestaciones sanitarias cubiertas
por el sistema público, pero es en la concreción de los límites donde
cobra especial relevancia la labor del Estado a la hora de elaborar la
legislación básica y coordinar el sistema en su conjunto. La política
de salud ha de estar orientada a superar los desequilibrios sociales y
territoriales, lo que requiere un intenso esfuerzo de implementación
de mecanismos eficaces de coordinación y cohesión. Los
mecanismos de coordinación previstos legalmente siempre han
adolecido de graves deficienciasy no se ha cumplido el objetivo de
superar los desequilibrios territoriales y sociales. Las prestaciones
sanitarias sobre las que se observan más desigualdades territoriales
son las listas de espera; la atención primaria y especializada; las
dotaciones de aparatos de Alta Tecnología Médica-ATM; la oferta
geriátrica y la oferta de psiquiatría. Las propuestas de mejora que se
plantean en este estudio son: reforzar al Consejo Interterritorial del
Sistema Nacional de Salud y repensar sus funciones; fortalecer los
servicios de referencia; blindar presupuestariamente con cuantías
adecuadas tanto el Fondo de Cohesión Sanitaria como el Fondo de
Garantía Asistencial; y avanzar en la construcción de la noción de
“interés colectivo sanitario” nacional, comunitario e internacional,
fundamentado en políticas preventivas y no solo reparadoras.
The health crisis generated by the pandemic has exposed structural
problems in our model of care for citizens. The current scenario
is that of a multiplicity of autonomous health services that are
susceptible to territorial differences in terms of health benefits.Our
Constitution covers the territorial disparity manifested in a greater
or lesser supply of health benefits covered by the public system,
But it is in the concretion of the boundaries that the work of the
State in drafting basic legislation and coordinating the system as a
whole takes on particular importance. Health policy must be aimed
at overcoming social and territorial imbalances, which requires an
intense effort to implement effective coordination and cohesion
mechanisms. The coordination mechanisms provided for by law
have always suffered from serious shortcomings and the objective
of overcoming territorial and social imbalances has not been met.
The health benefits for which territorial inequalities are most
evident are waiting lists; primary and specialized care; provision
of high-tech medical-ATM equipment; geriatric provision; and
provision of psychiatry. The proposals for improvement proposed
in this study are: To strengthen the Interterritorial Council of the
National Health System and to rethink its functions; to strengthen
the reference services; to protect both the Health Cohesion Fund
and the Health Care Guarantee Fund with adequate amounts in
budget; and to move forward in the construction of the notion of
“collective health interest” national, community and international,
based on preventive and not only remedial policies.
Palabras Clave Keywords
sistema nacional de salud; descentralización; desigualdades;
cohesión territorial; reformas; interés colectivo
national health system; decentralization; inequalities; territorial
cohesion; reforms; collective interest
1. CUESTIONES INTRODUCTORIAS. UNA MIRADA A LA ASISTENCIA SANITARIA
DESCENTRALIZADA EN ESPAÑA EN TIEMPOS DE PANDEMIA
La profunda e inesperada crisis sanitaria generada por la pandemia, ha dejado al descubierto
problemas estructurales de nuestro modelo de atención a la ciudadanía. No estábamos preparados
para una catástrofe de esta naturaleza y dimensiones y, desde principios del mes de marzo de 2020,
este tsunami sanitario ha desplegado efectos devastadores en nuestra vida cotidiana. Los discursos
1
Estudio realizado en el seno del Proyecto de Investigación B-SEJ-213-UGR18 “Retos de la modernización de la
asistencia sanitaria en Andalucía: Cohesión interterritorial, envejecimiento y revolución digital. Proyectos I+D+i del
Programa Operativo FEDER 2018. Junta de Andalucía-Consejería de Economía y Conocimiento. Universidad de
Granada
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neoliberales que de manera persistente han venido poniendo en tela de juicio desde hace décadas la
idoneidad y sostenibilidad del Estado del Bienestar, han experimentado (o al menos deberían haberlo
hecho) una importante deslegitimación, a la vista de lo acontecido. Ciertamente, el manto protector
del Estado del Bienestar se ha quedado pequeño ante la emergencia vital, económica, laboral y por
supuesto sanitaria que hemos padecido y aún sufrimos. Pero, a pesar de las evidentes carencias y la
imposibilidad de atender a la totalidad de las situaciones de necesidad, sin el despliegue de políticas
públicas implementadas desde las distintas Administraciones, el escenario habría sido muy distinto.
Es por ello que no podemos dejar de insistir en la centralidad del modelo público de protección social.
No habíamos superado las terribles consecuencias de la pandemia, cuando en el escenario
internacional ha irrumpido un conflicto bélico de proporciones y efectos imprevistos, que ya está
materializándose en un grave problema energético, con todo lo que esto conlleva. La invasión rusa de
Ucrania, junto a la desoladora e inaceptable catástrofe humanitaria que está provocando, ha llevado
aparejada una contienda por los recursos energéticos que ha sacudido los cimientos de Europa y de la
que no saldremos indemnes.
El derecho a la asistencia sanitaria no escapa a estas consideraciones. Es en momentos de crisis
cuando el sistema se pone a prueba. El colapso, desconcierto y descoordinación que reinaron durante
meses -no solo a nivel nacional, dicho sea de paso- son los indicadores principales que conducen -o
deberían reconducir- a replantearnos cómo solventar los errores y deficiencias detectadas, con un
enfoque esencialmente preventivo. Porque, sin ánimo de resultar catastrofistas, todo parece indicar
que una situación similar puede volver a producirse.
La ciudadanía asistió atónita, pero también atemorizada y desconcertada, a órdenes y
contraórdenes de las autoridades sanitarias (mascarillas inicialmente no, pero posteriormente
sí), insuficiencia de material de protección básico (ni tan siquiera EPIs disponibles para quienes
estaban luchando en primera línea, como ha sido el caso del personal sanitario), confusión sobre las
principales vías de contagio (primero se puso el acento en las superficies de contacto, para terminar
constatando que la transmisión fundamental es a través de aerosoles), etc. Sin embargo, lo realmente
trágico ha sido poner el foco en el número de camas por habitante disponibles en las instalaciones
hospitalarias, fundamentalmente en las UCIs. Resulta demoledor ser conscientes de la incapacidad
de nuestro sistema hospitalario para absorber a enfermos de COVID-19 especialmente graves que
requerían tratamiento en planta y/o en las Unidades de Cuidados Intensivos. Mención aparte requiere
el drama acontecido en las residencias de ancianos, hechos que no sólo tendrán que investigarse en
sede judicial, sino que han de propiciar una profunda reflexión político-jurídica sobre el trato que
dispensamos a nuestros mayores, fallecidos a millares en una situación de absoluta indefensión. Las
fallas del sistema nacional de dependencia y su deficiente implementación territorial, han quedado
puestas de manifiesto de manera descarnada durante el punto álgido de la pandemia. ¿Podemos
permitirnos que algo similar vuelva a suceder?
La emergencia sanitaria generada por la pandemia ha dejado al descubierto las serias
deficiencias presentes en nuestros sistemas de protección de la salud. Desde hace décadas, a pesar de
haber experimentado algunas situaciones de crisis sumamente graves (recordemos la gripe aviar en
2009 o el brote de ébola en los años 2016-2018), no habíamos tenido que hacer frente a un virus con
una velocidad de transmisión semejante que, unida a su elevadísima letalidad en grupos de riesgo, nos
ha colocado en un escenario realmente trágico.
En España, en términos generales, la ciudadanía tenía una percepción sumamente positiva del
sistema público de atención sanitaria. A pesar de los incesantes recortes que ha venido experimentando
el modelo público sanitario, de la puesta en cuestión de su sostenibilidad (en un discurso paralelo al
esgrimido para acometer constantes reformas del sistema público de Seguridad Social) y la precariedad
creciente del personal sanitario, etc., daba la impresión de que la calidad de atención sanitaria no se
había visto seriamente dañada. Los términos racionalidad, eficiencia o eficacia se han tergiversado

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