Conclusiones generales

AutorAgata Serranò
Cargo del AutorLicenciada suma cum laude en Ciencias Políticas por la Universitá della Calabria (Italia)
Páginas94-97

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En el primer capítulo de este libro hemos examinado las raíces conceptuales de la violencia islamista, de extrema izquierda y de extrema derecha. A pesar de que las ideologías en las cuales el terrorismo trata de legitimarse son diferentes entre ellas, la lógica que desarrollan es muy similar, puesto que sus raíces ideológicas se sustentan en la necesidad de la violencia, reivindicando una "teoría de la justicia" que, desde el punto de vista democrático, es gran injusticia y una grave violación de los derechos humanos que no debe quedarse impune. El significado de comparar el terrorismo islamista, el terrorismo de extrema izquierda con el de extrema derecha se encuentra no sólo en las diferencias ideológicas entre uno y otro, a pesar de que sean determinantes, sino también en las similitudes que comparten. En efecto, aunque el grupo terrorista yihadista se sienta un grupo de fieles que encarnan la verdad absoluta y que tienen que someter a los hermanos infieles a través de la fuerza, el terrorista de extrema izquierda se sienta oprimido y un conjunto de víctimas sometidas, y el grupo de extrema derecha se sienta una élite de superdotados y un conjunto de héroes, los tres grupos se perciben como una minoría que está separada de la sociedad y en desacuerdo con la mayoría. A pesar de que el enemigo sea diferente, el odio y la voluntad de aniquilación es común a los tres, como también la visión dicotómica de la sociedad.

Aunque la violencia sea justificada con conceptos diferentes como la Gihad en el terrorismo islamista, la revolución en la ideología de extrema izquierda y la guerra y el consecuente renacimiento de una nueva humanidad en la de extrema derecha, ella es considerada por ambos necesaria, indispensable y justa. De hecho, los tres terrorismos nacen y se manifiestan como consecuencia de la interiorización de una supuesta ofensa, de una amenaza imaginaria y conciben a la violencia como inevitable para la supervivencia y la defensa de su esencia.

La violencia es, además, medio para poder conseguir los objetivos finales. Pese a que el fin último sea para el terrorismo islamista la conquista de los territorios musulmanes en pos de la creación de un Califato, para el terrorismo de extrema izquierda conseguir la instauración de la dictadura del proletariado y para el de extrema derecha poder restaurar los viejos regímenes dictatoriales, el fin común a ambos es conseguir el poder y destruir el sistema existente liberal-democrático.

En el segundo capítulo, hemos analizado al terrorismo como un delito que afecta a toda la comunidad internacional. Sin embargo, a pesar de la gravedad de este crimen, no habiendo obtenido un consenso entre los Estados sobre su definición no ha sido incluido en el Estatuto de Roma como delito específico de competencia de la Corte Penal Internacional (CPI). Asimismo, se ha destacado que la falta de competencia de la CPI sobre este delito ha determinado un vacío normativo que favorece la impunidad y al mismo tiempo causa una desprotección de las víctimas de tales crímenes

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a nivel internacional. Igualmente, se ha especificado que aun no siendo el delito de terrorismo un delito específico de competencia de la Corte, en los supuestos de que se tratara de un ataque sistemático y generalizado contra la población civil, la CPI podría calificarlo como un crimen de lesa humanidady en consecuencia declararse competente para juzgarlo.

En segundo lugar, se ha destacado que para perseguir de forma eficaz los actos de terrorismo...

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