1. MANDAR EN TIEMPOS REVUELTOS NO ES UN CULEBRÓN

DIRIGIR EN ÉPOCA DE BONANZA TIENE poco que ver con hacerlo cuando las cosas van mal. Lo mismo una empresa que un país que un equipo de fútbol. Hay que estar hecho de una pasta especial para tener motivado al equipo cuando las cosas no van bien, porque cuando todo son buenas noticias la inercia hace mucho por la causa. Y es importante conseguirlo, porque de ello dependen los resultados de una compañía. Según un estudio de la consultora Mercer, el 77% de los empleados se comprometen con la organización cuando sienten confianza en su futuro laboral y el 87%, cuando los líderes explican las decisiones más importantes del negocio. Confianza es una de las palabras claves, y liderazgo su compañera de viaje.

No todo el mundo tiene estos dones, sin embargo, a todo se aprende. Consultoras de recursos humanos y expertos en gestión han tenido que hacer cursillos acelerados para directivos en estos dos últimos años para entrenarlos a desenvolverse en circunstancias adversas, ya que muchos no sabían lo que eran los números rojos ni tenían un equipo preparado para ello.

"Un consejero delegado en tiempo de crisis debe, antes de nada, ser objetivo a la hora de evaluar el mercado para marcarse a él y a su equipo un reto claro y realista", dice David Suárez, vicepresidente y socio director de la consultora Booz & Company en España. "Una vez que está claro el objetivo, hay que comunicárselo a la plantilla para situar sus expectativas y evitar frustraciones. Hay que lograr su compromiso, no la resignación, y para eso es importante ilusionar pero sin levantar falsas aspiraciones".

Elena Méndez, profesora de Recursos Humanos en IE Business School y autora del libro Profesionales en Evolución (Lid Editorial), insiste en este punto: "No hay que trabajar desde la cultura del miedo, sino de la motivación. Dejar espacio para la innovación sólo es posible si sientes que puedes equivocarte sin que se vayan a tomar represalias desproporcionadas contra quien ha intentado algo nuevo".

Para el éxito de una organización, la gestión de los equipos es tan importante como la del propio negocio. No se entiende lo uno sin lo otro, sobre todo a largo plazo. De los líderes de esa organización depende que se acometan los objetivos. "Y no sólo del consejero delegado, los cuadros medios son igualmente importantes porque son ellos los que pueden reactivar o intoxicar un equipo", dice Méndez. Según recoge el profesor de Standford Robert I. Sutton en su libro Buen jefe, mal jefe (recién...

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