Evolución del terrorismo yihadista en Indonesia: de Jamaah Islamiyah a los lobos solitarios

AutorJavier Gil Pérez
Páginas14-41

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1. Introducción

Indonesia es el mayor país musulmán del mundo con alrededor de 200 millones de seguidores de la fe mahometana. Junto a esta característica crítica, Indonesia es, desde 1999, la gran democracia del mundo musulmán y tercera mundial, y se distingue por características tan importantes como albergar una gran diversidad en términos lingüísticos, raciales, culturales o religiosos y, al mismo tiempo, por ser el mayor archipiélago del mundo con más de 17.000 islas. Además, a día de hoy, Indonesia ostenta los mejores índices de libertades políticas y derechos civiles de toda la región del Sureste Asiático. Pero junto a ello, Indonesia, al igual que el resto del mundo musulmán, tiene un grave problema con el extremismo religioso personificado en Jamaah Islamiyah, la gran organización yihadista por excelencia en la zona en la primera década del Siglo XXI (Tan, 2007:760-103) y otros pequeños grupos que se han ido desarrollando desde la caída de Suharto en 1998 hasta el día de hoy, y que se analizarán a continuación. Por ello, Indonesia fue catalogada como epicentro de lo que se denominó como el «second front» en la guerra al terrorismo (Comboy, 2006:147) ya que no sólo ha sido una zona de perpetración de atentados sino también para la realización de otro tipo de actividades delictivas relacionadas con el terrorismo como la recogida de dinero, la falsificación de documentos, compra de armas, etc. (Smith, 2005:45). Al mismo tiempo, el gobierno de Indonesia recibió muchas críticas tras el 11-S por su escasa lucha contra el terrorismo yihadista, aspecto que facilitó varios atentados en el país e incluso que algunos expertos llegaran a calificar a Indonesia como un paraíso de terroristas (Ramakrishna, 1-38:2003).

El presente artículo tiene por objeto analizar el importante cambio que se está produciendo en Indonesia tras el debilitamiento de Jamaah Islamiyah como organización terrorista hegemónica debido a la detención o muerte de buena parte de sus componentes y que ha conllevado que pequeños grupos o células autónomas, junto a los denominados como «lobos solitarios», estén implantado el terror por todo el archipiélago del país. Para analizar dicha evolución y cambio, se analizan los seis principales atentados perpetrados desde el año 2009, fecha de la muerte de Noordin Top, el que fuera el último gran líder militar de Jamaah Islamiyah en Indonesia hasta la reciente

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condena1 del pasado mes de junio contra el gran ideólogo del terrorismo en el país, Abu Bakar Bashir (Banlaoi, 2004:24), condenado recientemente a 15 años de cárcel por su rol protagonista en el campo de entrenamiento en Aceh (Sumatra). Dentro de estos acontecimientos destaca la desmantelación del campo de entrenamiento terrorista en Aceh en marzo de 2010, el atentado suicida en bicicleta contra el puesto policial en septiembre de 2010 en Bekasi (Java occidental), el atentado suicida dentro de una mezquita en Ci-rebon (Java occidental) en abril de 2011, el intento de voladura de la iglesia católica de Serpong, cerca de Yakarta en abril de 2011, los envíos de cartas bomba a distintas personalidades del país en marzo de 2011, los atentados en Cibubur y contra el centro de investigación tecnológica de Puspiptek (ambos en Java occidental) y el atentado en junio de 2011 contra el puesto policial en Palu, Sulawesi. Junto a estos atentados se analizarán las implicaciones estratégicas de la detención de Umar Patek, uno de los grandes líderes de Jamaah Islamiyah en la conocida ciudad de Abbottabad en Pakistán, un mes antes de la muerte de Osama Bin Laden en dicha ciudad.

El terrorismo yihadista lleva presente muchos años en Indonesia (Siaha-an, 2011). Las navidades del año 2000 con los múltiples atentados contra iglesias católicas y protestantes por todo el país (Abuza, 2003: 121-188) marcaron el camino de lo que vendría después: doble atentado suicida de Bali en 2002, atentado suicida contra el hotel Marriot de Yakarta en 2003, atentado suicida contra la embajada de Australia en 2004 en Yakarta, triple atentado suicida de nuevo en Bali en 2005 y por último los dos atentados suicidas de 2009 contra los hoteles Marriot y Ritz en Yakarta.

En todos ellos había una característica común y fácil de contrastar, los objetivos eran ciudadanos extranjeros o intereses extranjeros en Indonesia, a excepción de los primeros ataques contra iglesias. Sin embargo, la última serie de atentados ponen de manifiesto2 que los ciudadanos indonesios también son un nuevo objetivo preferente por parte de los terroristas y no sólo los no musulmanes, como ilustró el intento de atentado contra la iglesia en

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Serpong, sino también musulmanes, que en opinión de los terroristas, no siguen las enseñanzas correctas del Islam o bien colaboran o trabajan en las Fuerzas de Seguridad del Estado, caso del atentado contra la mezquita que se encontraba dentro del cuartel de la policía de Cirebon y que se encontraba repleta de policías. Si a ello le sumamos las cartas bomba a un político musulmán representante de Islam liberal, a un músico y a un líder juvenil, el panorama es más que sombrío, ya que es la totalidad de la sociedad la que está en el punto de mira del terrorismo yihadista en Indonesia. Así, y de acuerdo a lo defendido por el International Crisis Group, la denominada como yihad individual contra «enemigos locales» está emergiendo con fuerza en Indonesia. Esta idea viene apoyada por las aseveraciones de uno de los grandes expertos en terrorismo en el país, Noor Huda Ismail, fundador del Jakarta's Institute of International Peace Building, que defiende que hay un cambio dentro de los objetivos del mundo yihadista en Indonesia. En su opinión, en el pasado «los terroristas solían atacar a los Estados Unidos y sus aliados. Ahora, ellos se centran en los símbolos del Estado que son considerados como el enemigo» (Jakarta Globe, 2011).

La situación de peligro y tensión tras esta última cadena de atentados en el país es tan grande que el actual presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, ha decidido introducir la enseñanza de la ideología nacional3 dentro de las escuelas del país ante el hecho constatado de que cada vez más jóvenes se radicalizan (Jakarta Globe, 2011) y pasan a formar parte de algunas de estas células (San, 2011). El objetivo del presidente es reforzar los llamados cuatro pilares del Estado indonesio: la Pancasila4 (ideología oficial),

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la Constitución, la unidad nacional y el lema nacional, Bhinneka Tunggal Ika (Unidos en la diversidad), que está más que en entredicho como muestra la actual situación. Junto a ello, el pasado mes de octubre el parlamento indonesio aprobó una importante revisión de la ley que regulaba el funcionamiento de los servicios de inteligencia con el objetivo de reforzar las herramientas de la lucha contra el terrorismo yihadista.

De hecho, los números son muy claros respecto al terrorismo yihadista en Indonesia (Kurniawati, 2011). De acuerdo a Timur Pradopo, alto cargo de la Policía Nacional Indonesia, desde el año 2000 hasta la actualidad, 55 terroristas han sido abatidos, 583 detenidos, de los cuales 388 han sido sentenciados a penas de prisión, 56 están en juicio y 37 han sido liberados por falta de pruebas. Estas cifras muestran que Indonesia se encuentra bajo la amenaza seria, constante e intensa del terrorismo yihadista y que éste se constituye como la principal amenaza a la seguridad del país.

A continuación, y por orden cronológico, se analizan los diferentes atentados perpetrados por: 1) viejos restos de Jamaah Islamiyah vinculados a la organización creada por Abu Bakar Bashir, JAT (Jamaah Ansharut Tauhid), 2) células autónomas y 3) «lobos solitarios».

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2. Campo de entrenamiento en Aceh

El descubrimiento del campo de entrenamiento de terroristas en la región de Aceh5 en marzo de 2010, concretamente en la región montañosa y, por lo tanto no de fácil acceso, de Jalin Jantho, produjo una desagradable sorpresa para la sociedad indonesia y mostró la creciente actividad del yihadismo en el país, que lejos de disminuir tras el doble atentado suicida de 2009 en Ya-karta, ha aumentado.

[VER PDF ADJUNTO]

De acuerdo a fuentes policiales, el campo de entrenamiento de Aceh estuvo liderado por terroristas de gran predica entre la masa radical indonesia como los históricos de Jamaah Islamiyah, Dulmatin, Abu Tholut y el propio

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Abu Bakar Bashir, y por dicho campo pasaron alrededor de 50 terroristas cercanos al nuevo grupo liderado por Abu Bakar Bashir, la Jamaah Ansharut Tauhid (JAT)6. Las investigaciones sobre dicho campo están llevando a conclusiones inquietantes, sobre todo una: que el principal objetivo del campo, más allá de dar formación militar, era copiar los atentados de Mumbai perpetrados en diferentes localidades de Mumbai, entre ellos el hotel Taj Mahal, la estación de tren, una sinagoga, etc. Es decir, se estaba preparando un ataque a gran escala con el objetivo de desestabilizar al país y se buscaba «una yihad frontal contra las fuerzas gubernamentales» de la misma manera que lleva a cabo el Frente Moro de Liberación islámica y Abu Sayaf en Filipinas, lugar por donde una parte importante de los líderes del campo como Dulmatin o Tholut, pasaron por allí y la experimentaron (Crisis Group, 2011:4)

Tras la sentencia a varios de los terroristas que participaron en el mismo se puede establecer una clara fotografía del campo de entrenamiento respecto a las funciones de los dirigentes y a la propia organización.

Así, Abu Bakar Bashir ha sido condenado a 15 años de cárcel por planificar la organización del campo e incitar a la...

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