El voto accesible para las personas ciegas

AutorLucas García Guirao
Páginas129-145

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Siento una gran emoción porque he votado por primera vez solo, sin ayuda. Hasta ahora siempre tenía que ir acompañado para que cogieran la papeleta que yo quería, hoy ya lo he podido hacer solo.

José Ángel Carrey, Presidente de la Asociación Catalana para la Integración del Ciego (ACIC), 9 de marzo de 2008.

El 15 de abril de 2008, Fermín Mendoza se encontraba en su despacho ordenando sus papeles, cuando encontró un recorte de prensa que contenía el siguiente texto:

Las Elecciones Generales de 2008 han sido las primeras en la historia de la democracia española en las que las personas ciegas han podido votar con autonomía y sin necesidad de recurrir a una tercera persona. Esto ha sido posible gracias a un novedoso procedimiento de voto accesible que garantiza el secreto del sufragio mediante la utilización de material complementario en braille.

Fermín guardó el recorte en una carpeta y esbozó una ligera sonrisa. Como Jefe de Área de Cooperación Electoral, y coordinador del voto accesible, estaba especialmente contento con el resultado del primera experiencia del «voto braille». El nuevo procedimiento se había desarrollado de forma satisfactoria y había obtenido el reconocimiento de las Asociaciones de Ciegos y de los medios de comunicación.

El camino no había sido fácil y Fermín sabía que el procedimiento era susceptible de mejora. Además, después del éxito de la primera experiencia, era previsible que, en las próximas elecciones, el número de usuarios aumentase considerablemente; cosa que complicaría en gran medida la logística. Por otra parte, no estaba claro que el modelo sirviese para las elecciones locales: unos comicios de gran complejidad técnica, con más de ocho mil circunscripciones electorales.

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Fermín miró la hora en su teléfono móvil y vio que quedaban cinco minutos para su primera reunión con el nuevo jefe de su unidad: la Subdirección General de Política Interior y Procesos Electorales, dependiente de la Dirección General de Política Interior. El Subdirector anterior y la Subdirectora General Ad-junta habían cambiado de puesto de trabajo justo después de las elecciones.

La reunión transcurrió con normalidad y Fermín se llevó una buena impresión del nuevo Subdirector. Le dijo que la mejora de la accesibilidad en los procesos electorales constituía un objetivo prioritario para los próximos años y que se quería profundizar en la línea marcada por «el voto braille». Como primera tarea, le encargó un informe sobre procedimiento de votación accesible que incluyera:

  1. Una evaluación de la primera experiencia del voto braille.

  2. Posibles medidas que se podrían adoptar para mejorar el procedimiento a largo y medio plazo.

  3. Análisis de la viabilidad del nuevo procedimiento en las elecciones locales y posibles alternativas para esta clase de proceso electoral.

Fermín Mendoza volvió a su despacho, se sentó en su mesa y tecleó en la pantalla del ordenador: «Informe sobre la imple...» Antes de completar el título del documento Word que había abierto, se quedó paralizado mientras miraba una foto que colgaba del corcho de su despacho. Alguien había realizado la instantánea el día de las elecciones, a última hora de la tarde, y en ella aparecía el antiguo equipo de la Subdirección, con rostros de felicidad y fatiga.

Fermín empezó a recordar las diferentes vivencias que había experimentado en el intenso año y medio que llevaba en la Subdirección. También se acordó de las primeras noticias que tuvo del voto accesible, cuando la Subdirectora General Adjunta le explicó los orígenes de aquella historia...

1. El inicio modesto de la historia

«Aunque te parezca increíble, Fermín, el origen del voto accesible no parte de una reivindicación histórica de la ONCE, sino de las acciones emprendidas por un ciego que vivía en Cataluña», le comentó en su día la Subdirectora General Adjunta.

En efecto, en esta ocasión la iniciativa no tuvo su origen en una gran Asociación sino en las protestas de un individuo: José Angel Carrey. En el 2004, este invidente acababa de cambiar su domicilio a Barcelona, y cuando llegaron las elecciones se dio cuenta de que en su nueva ciudad no tenía una persona de confianza que le ayudara a votar.

«Cuando llegaron las elecciones de marzo de 2004, yo ya no tenía la posibilidad de votar en Zaragoza y en Barcelona no tenía una persona de confianza

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como exige la ley para ir a votar. En ese momento me planteé que si el voto es secreto para todos, ¿por qué yo no puedo?».

El día de las elecciones José Ángel organizó una protesta en su mesa electoral y al día siguiente su foto salió en el periódico El País. Fue este el inicio de un movimiento que se articuló, primero, como Plataforma de Voto Accesible y, posteriormente, como Asociación Catalana para la Integración del Ciego (ACIC).

Este movimiento desarrolló una intensa actividad con la idea de difundir su reivindicación: protestas, manifestaciones, recursos contra la junta electoral, contra el Tribunal Constitucional, escritos dirigidos a grupos parlamentarios, al Defensor del Pueblo, contactos con medios de comunicación...1Finalmente, el problema entró en la Agenda Pública y pasó a formar parte de los debates parlamentarios en las Cortes Generales y en el Parlamento de Cataluña.

2. Las primeras acciones de la Administración Pública

A partir de 2005, la Subdirección General de Política Interior y Procesos Electorales empezó a recibir las primeras consultas y propuestas relacionadas con la implementación del voto accesible.

En principio, la idea tuvo una buena acogida en la Administración; si bien las diferentes consultas y preguntas parlamentarias se contestaron con precaución: no se conocían las complejidades técnicas que podía tener el proyecto.

Las primeras acciones en torno al voto accesible coincidieron con la llegada de un nuevo Subdirector de Política Interior y Procesos Electorales, Jorge López. Se trataba de un Administrador Civil del Estado que ya tenía experiencia en la materia porque había trabajado anteriormente como Jefe de Área de Gestión Económica de la Unidad.

«Cuando yo me hice cargo de la Subdirección, no se había avanzado demasiado en la materia de voto accesible. Es cierto que existían muchas consultas, preguntas, y algún que otro informe; pero no había nada firme. La Directora General me dijo que existía la voluntad política de impulsar este tema y nos pusimos a trabajar en ello. Pero al principio había mucha confusión, la mayor parte de iniciativas y presiones venían de una asociación pequeña de Cataluña; pero ni siquiera se sabía cuál era la posición de la ONCE.» (Declaraciones de Jorge López.)

Lo primero que hizo la Directora General en esta materia fue constituir un Grupo de Trabajo, liderado por el Ministerio del Interior e integrado por representantes de los ministerios que tenían competencias en materia electoral y de accesibilidad, así como por el Comité Español de Representantes de Personas con

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Discapacidad (CERMI) y la ONCE. La ACIC no fue incluida en el Grupo de Trabajo aunque se le mantuvo informada de las acciones y estudios emprendidos.

3. El grupo de trabajo y sus objetivos

La primera reunión del grupo se celebró en el Ministerio del Interior, en un despacho que todo el mundo conocía como la Sala Barco por su forma ovalada.

En la primera reunión los integrantes del grupo acordaron que lo más importante era fijarse unos objetivos. De esta forma, el grupo estableció la meta de perfilar un procedimiento innovador que cumpliera los siguientes requisitos:

- Que permitiera que los invidentes pudieran votar con autonomía.

- Que se garantizara que el voto fuera secreto.

- Que se ajustara al principio de proporcionalidad en la utilización de los medios públicos.

- Que el procedimiento se pudiera desarrollar dentro de los plazos del proceso electoral que marca la ley.

Los dos últimos objetivos fueron fijados a instancias de Jorge López, con la clara intención de limitar las posibles opciones. El procedimiento no debía ser excesivamente caro y además debía acomodarse a los exigentes plazos del calendario electoral.

El Grupo no se planteó una fecha para terminar los trabajos ni tampoco se comentó cuándo, hipotéticamente, podría implementarse por primera vez el voto accesible. En la Subdirección tenían claro que el nuevo procedimiento no llegaría para las elecciones locales de 2007.

4. Las diferentes alternativas

Las primeras reuniones del grupo mostraron que el desarrollo del voto accesible iba a ser más complicado de lo hubiera podido parecer en un primer momento. Muchas de las propuestas no garantizaban los requisitos más básicos. Por ejemplo, la idea de imprimir algunas papeletas en braille, exclusivamente para los invidentes, aseguraba la autonomía del ciego a la hora de seleccionar su papeleta pero no garantizaba el secreto del voto: en el escrutinio se sabría que la papeleta braille era la del invidente.

El Grupo decidió encargar un estudio comparativo, que se realizó en la Subdirección, sobre el voto de las...

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